La pandemia ha traído con sí, la evidencia de las verdades que aquejan a México, algunas son la ignorancia y falta de comprensión auditiva y lectora que la población tiene. Las tres principales problemáticas que generan estas condiciones son, el mal uso de protección personal ahora necesaria en la nueva normalidad, el miedo hacia el termómetro infrarrojo e incredulidad de la enfermedad.
Existe una variedad de actitudes ante esta situación que la mayoría de las veces no soluciona el problema principal. Ya que la parte consciente de la población, en vez de enseñar y explicar, critica, se enoja y ofende a las personas que no lo entienden. Bien es cierto, que la población no posee conocimientos mínimos necesarios de ciencias biológicas. Como son, aspectos de nutrición, cuidados de la salud en general e información básica sobre microorganismos. Por ello es que se dan casos de auto medicación, desnutrición o creencias de sustancias mágicas que bajan de peso o curan algún padecimiento.
Por lo tanto, es importante concluir que la difusión de temas de ciencias de la salud en la población es de suma importancia. El INEGI reportó para la población de 15 años o más, en promedio 9.1 grados de escolaridad, lo que equivale a tener un poco más que la secundaria como educación básica. Según los planes de estudio de la secundaria, se enseñan aspectos de ciencia y tecnología, aspectos de la salud humana y del cuidado al medio ambiente. Tal vez los planes de estudio no estén incompletos, lo que hace falta es crear una verdadera conciencia en casa y reforzarla en las escuelas, para que la población pueda entender los acontecimientos y no tener miedo, pero si respeto hacia la situación. Aunque es pertinente argumentar que, es preocupante la escolaridad promedio con la que México cuenta y que puede ser un factor importante ante la ignorancia que existe.
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Por otro lado, se sabe por un reporte del INEGI del 2015 que el 18.6% de la población tiene educación superior. Y según imco.org.mx, la carrera de medicina está posicionada en el lugar 7 de 10, de carreras con mayor número de profesionistas, mientras que enfermería se encuentra en el lugar 9. En esta lista no se encuentran otras carreras relacionadas con las ciencias biológicas. Los datos anteriores indican que los intereses de los jóvenes universitarios no son prioritariamente las ciencias de la salud. Los datos de escolaridad promedio de la población mexicana, asi como los intereses de los universitarios, proporcionan una posible razón por la que la mayoría de la población no entiende todo lo que engloba a la enfermedad del coronavirus.
Es importante mencionar que, la escolaridad e intereses de la población no debe ser un impedimento para la difusión de información verídica que, siendo de fácil acceso, ayude a toda la población a llevar una vida sana. En general no se necesita ser científico para entender temas comunes de ciencia de la salud. De esta forma se podrían prevenir muchos padecimientos y se tendría una conciencia en la población, así como una responsabilidad ante cualquier enfermedad que se pueda contagiar fácilmente.
El gobierno se ha encargado de hacer propaganda a las instrucciones de la nueva normalidad que se deben llevar a cabo para vivir en sociedad. Aunque debe mencionarse que la cultura de respeto e información hacia las enfermedades es de suma importancia, se esté en una pandemia o no. Es decir, saber estornudar y usar el cubrebocas debería ser un conocimiento común y actividad indispensable para no propagar cualquier tipo de enfermedad respiratoria. Por otro lado, el constante lavado de manos inclusive ayuda a no contraer fácilmente enfermedades estomacales.
Artículos recientes de la OMS y del IMSS, explican el correcto uso del cubrebocas. Se debe cubrir nariz y boca, ya que, de lo contrario, los microorganismos que queden en la parte superior de la mascarilla pueden ser respiradas por la nariz y entonces provocar una enfermedad. No debe tocarse el cubrebocas con las manos, ya que se contamina y también se provoca una enfermedad. Por otro lado, es conveniente mencionar que un cubrebocas desechable debe cambiarse cada 4 horas y las instituciones pertinentes recomiendan y aprueban los cubrebocas de tela siempre y cuando se laven y se coloquen correctamente. Por último, es importante mencionar que antes y después de colocarse el cubrebocas, asi como al quererlo retirar, hay que lavarse las manos.
En cuanto al termómetro se refiere, en los últimos días se cambió la forma de tomar la temperatura en los establecimientos, pasando de la frente a la muñeca o el cuello. Esto debido al rumor que asegura que el aparato funciona con un rayo láser que puede dañar la vista. Evidentemente, esta aseveración no está nada cerca de la realidad. El termómetro funciona con un sensor infrarrojo que puede registrar la temperatura del individuo y no daña ninguna parte del cuerpo humano; al contrario, es ideal para la nueva normalidad, porque no requiere de un tacto con la persona.
Existen diferentes medidas de seguridad para la nueva normalidad, como lo son, la sana distancia, el continuo lavado de manos, el uso de cubrebocas y la toma de temperatura como requisito para entrar a los establecimientos. En cada uno de ellos existen dudas y oposiciones que las personas establecen para no seguirlas correctamente. Lo cierto es que la “nueva normalidad” es como su nombre lo dice, nueva para toda la población. Es bueno saber que la pandemia puede traer cosas positivas como lo son una correcta y respetuosa actitud para vivir en sociedad y resguardar la seguridad sanitaria de todos. Es difícil hacerse de nuevas rutinas, pero no imposible. Definitivamente la solución no es enojarse ni ofender a las personas que no logran comprender y seguir las instrucciones tan rápido como el sector de la población que lo ha logrado. Es mejor informarse e informar a otros, mantener una cordial pero imponente instrucción ante cualquier persona; en casa, en los trabajos y en los establecimientos que ofrecen cualquier servicio. Y siempre poner el ejemplo para que más rápido se logre educar a todas las personas de la población.
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Foto portada: fuente/Reuters. Ricardo Moraes