Antes de que entres en pánico por la idea de que los robots cuiden de ti o de tus familiares tienes que recordar que en la actualidad ya convives con la inteligencia artificial y no sólo a través de tu smartphone.
El primer mes del 2021 ya acabó, y antes de que entremos de lleno a nuestras recomendaciones para el Día del Amor y la Amistad —con sana distancia— hacemos una parada en un tema que definitivamente revolucionará la vida y las labores de cuidado: los robots sociales. Aunque menos taquilleros que los informes de suministros de vacuna, las noticias falsas alrededor de la vacunación y la diplomacia de la salud, la inteligencia artificial involucrada en nuestro día a día no es algo nuevo. Repasemos un poco de los últimos avances en materia científico-tecnológica hasta llegar al momento en que los humanoides podrían cuidar a nuestra especie.
[Te puede interesar ‘100 segundos antes de la medianoche: el reloj del fin del mundo‘]
Inteligencia artificial en el día a día
Antes de que entres en pánico por la idea de que un robot cuide de ti o de tus familiares tienes que recordar que ya convives con la inteligencia artificial y no sólo a través de tu smartphone. Si tienes un televisor inteligente—básicamente que se conecte a internet y tengas la posibilidad de acceder a servicios de streaming— que tenga reconocimiento de voz, ya convives con inteligencia artificial en tu casa.
De hecho, durante los primeros años de estas tecnologías hubo un escándalo con los televisores LG, pues enviaba información a terceros acerca de los programas y canales que consumían los dueños, sin olvidar de que aprovechaban estos datos para hacer sugerencias de contenido que podían ser de su agrado. Claro que la situación escaló un poco más cuando se descubrió que la situación persistía incluso cuando se desactivaba el reconocimiento de voz.
La anterior no es la única tecnología que ha revolucionado nuestra cotidianeidad: también existen los refrigeradores inteligentes, capaces de conectarse a internet y señalar a través de su pantalla los alimentos que hacen falta para que se compren (después de un estudio detallado de los artefactos que compras o a través de fotografías). A pesar de su precio, casi prohibitivo, más de unx adultx mayor agradeció tener esta tecnología.
Lo anterior sin olvidar al defenestrado 5G —los partidarios de la teoría de la conspiración le adjudican desde ser la fuente de fuertes dolores de cabeza hasta ser las antenas de control de los microchips que tendremos una vez que se nos vacune— que conectará las ciudades que habitamos: con una velocidad de 10 gigabytes por segundo no sólo se cargarán las páginas web de manera inmediata y podrás descargar una película en segundos sino que se espera poder conectar a los autobuses con las paradas, calles e incluso edificios.
Aunque lo anterior no parece nada relevante, imagina las posibilidades: en caso de un accidente vial se podrían disminuir las aglomeraciones, si comienza un incendio en un edificio se puede alertar a los vecinos para que se resguarden y un larguísimo etcétera. Y si bien el escenario anterior es sólo especulativo los autos que se manejan remotamente y los drones de entrega de Amazon nos indican que vamos hacía una vida donde la inteligencia artificial será mucho más común y ¿más intrusiva?
No sólo Sofía: los robots cuidadores
Una de las principales complicaciones —no económica— que enfrentan las personas para quedarse en casa es la necesidad de interacción humana: nuestra especie es social y a pesar de que el individualismo exacerbado ha diluido el sentido gregario, nuestra necesidad de contacto con nuestros pares es natural. Aún es demasiado pronto para saber que efectos tendrá en las generaciones más pequeñas el relacionarse durante sus primeros años a través de una pantalla o incluso cuando salen el no ser capaces de leer las caras de los demás, pues las caretas, los cubrebocas y demás equipos de protección hacen imposible leer los gestos de lxs otrxs.
Y con la salud mental mundial a la baja —la Organización Mundial de la Salud estima que al menos una de cada cinco personas enfrenta/enfrentará depresión por causas relacionadas con la pandemia— se presentan soluciones variadas. Una de ellas viene de la empresa Hanson Robotics, creadora de Sophia, inteligencia artificial que en 2017 llamó la atención por ser la primera robot en hacerse de la nacionalidad saudí (amén de tener más derechos en ese país que las mujeres).
Así, esta robot que imita más de 60 expresiones humanas y gestos, habla, cuya piel de silicona despierta escalofríos en nuestra especie —probablemente por la hipótesis conocido como uncanny valley o valle desconocido— y que aprende con el paso del tiempo será producida en masa junto a cuatro robots más con la finalidad de brindar compañía y cuidados a las personas. Cabe resaltar que estos robots están pensados para atender labores de salud/hospitalarias, de servicios (ahora se considera ampliamente incorporarles como azafatxs/aeromosxs para evitar el riesgo de contagio) y educativos.
A lo anterior tenemos que sumar que Sophia y su familia no son la primera inteligencia artificial que se dedica a esta tarea: en Japón encontramos robots que ya desempeñan esta labor incluso con amigable forma de oso. También encontramos a estas inteligencias como camareros, asistentes educativos e incluso cuidadores en centros de día.
Sin embargo, al menos en este caso sí estamos frente a un escenario nuevo: es la primera vez en la que robots excesivamente parecidos a nosotros tomen estas funciones. Y dejando de lado la preocupación alrededor del dominio de la inteligencia artificial sobre nuestra especie, la masificación de esta tecnología abre más preguntas que respuestas:
- ¿Cuánto tiempo trabajaran estos humanoides? ¿Se les otorgarán derechos laborales o descanso? La línea entre herramienta a nuestro servicio y una inteligencia artificial a la que tendríamos a nuestra disposición 24/7 es muy delgada…
- ¿Qué pasará con los empleos en la industria de servicios que ocupen los no humanos? Porque si bien es una alternativa bastante tentadora incorporarlos como meseros, enfermeros, cuidadores, asistentes aéreos y recepcionistas la gente desempleada debe encontrar un nuevo trabajo y el futuro en la industria de los servicios, de continuarse la tendencia, no luce prometedor…
- ¿Cuáles serán los efectos del contacto prolongado (y tal vez único) con esta inteligencia artificial? Y de ahí tendríamos que desglosar los efectos por grupo poblacional, pues las necesidades son diferenciadas…
- ¿Qué pasará con estos dispositivos cuando volvamos a la vieja normalidad? Porque si bien se piensan como acompañantes, una vez que el ritmo en las ciudades recupere su curso, el destino de estos dispositivos no es claro (y la huella de carbono probablemente habrá incrementado)
Ahora te toca a ti, cuéntanos: ¿adquirirías uno de estos robots para atenderte? ¿Cuáles crees que sean las implicaciones del auge de la robótica durante la segunda mitad del año? No olvides sintonizarnos la siguiente semana para enterarte de nuestras sugerencias de actividades para el 14 de febrero.