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‘Levadura Repostería’: Una mordida no es suficiente; alimentos ricos y accesibles para todos

“Oye, me van a entrevistar. No quiero que estés haciendo ruido”, explica Priscila a un pajarito, cliente frecuente, que todos los días va en compañía de sus amigos a comer galletas de naranja. “Es curioso, sólo les gustan esas galletas: les hemos ofrecido de otros sabores y no las comen. Y una vez les compramos alpiste y no lo quisieron”.

Estamos en la calle Federación Mexicana de Fútbol #11, en Tlalpan, que alberga un lugar único: Levadura Repostería y Café. Priscila, su fundadora, está consciente de que los alimentos y bebidas ricas deben ser accesible para todxs y en compañía de Ricardo —primero su compañero de clase, después su socio y ahora su esposo— busca alegrar el día de las personas a través de sus creaciones. Acompáñanos a descubrir esta historia en donde los postres y el café no faltan.

Priscila, muchas gracias por recibirnos. Cuéntanos la historia de este proyecto

Desde que salí de la carrera tenía muy claro que quería tener un negocio; mientras estudiaba la prepa trabajé en cafeterías y me gustó mucho ese ámbito, pero centrarme sentía que era muy limitado centrarme únicamente en ese sector. Así que decidí fusionar el mundo de la cafetería, que era algo que ya dominaba, con la repostería, que fue lo que estudié y con la experiencia que tuve en los restaurantes que trabajé.

Así nació esta idea que me enorgullece decir es muy original, no hay cafeterías donde te preparen todo desde cero. En Levadura Repostería desde el pan del sándwich hasta los aderezos, los postres y cualquier cosa que veas en exhibición, se hace aquí. No manejamos nada congelado ni conservadores: ¡todo es natural y se hace día a día!

Este año Levadura Repostería cumplirá su sexto aniversario. Los primeros meses del proyecto sólo estuve yo, y posteriormente se incorporó Rick y empezamos a darle con todo. El anterior propietario tuvo el negocio por 10 años, y nosotros ya llevamos cinco ¡el tiempo pasa volando! Y lo mejor es que todavía pasan personas y nos dicen “son nuevos, ¿verdad?”.

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Compártenos un poco de tu formación en el mundo de la gastronomía y la repostería

Rick y yo estudiamos la carrera en Cocinero y pastelero profesional, hace casi diez años, en el Instituto Superior Mariano Moreno. En ese entonces la carrera era técnica y duraba dos años, pero lo que agradezco de la experiencia son los profesores que me tocaron, especialmente mi chef Karla Hentschel: me dio una carta de recomendación, me consiguió mi primer trabajo y gracias a ella adquirí toda la experiencia profesional; me acuerdo mucho que siempre decía “Antes de poner un negocio vayan y aprendan a una empresa grande”.

Nos graduamos en 2012, nuestra fiesta fue un sábado y el martes ya estaba en restaurante. Yo creo en el ámbito restaurantero: si no me hubiera fogueado, como dicen, no tendría la experiencia que tuve para poner Levadura Repostería. A pesar de que yo era chef de cocina salada, la parte de la administración y la contabilidad fueron un aprendizaje valiosísimo que me ayuda mucho aquí.

«Alguien que trabaja en el INE me encargó este pastel para su jefa, pero dejo la idea a mi criterio. Eso me encanta, porque no sólo me permite explorar mi creatividad, sino que siento la confianza en mi trabajo.»

¿Qué pueden degustar las personas que los visiten?

La carta principal se compone de bebidas (café y té), postres (tartas, pays, galletas, rebanadas de pastel) y panes, además de nuestros brownies que son los que más gustan; siempre intentamos tener disponibles estas piezas para nuestros clientes. Además, hacemos pasteles sobre pedido y personalizados.

Yo me encargo de los pedidos de pasteles, decoraciones de fondant y betún. Rick es el experto panadero y se encarga del pan de caja, así como los otros postres de Levadura. También en esta lista incluimos la repostería de temporada —panes de muerto, rosca de reyes  — que a nuestros clientes les fascinan; eso sí, como somos un lugar chiquito todo es sobre pedido. En enero rompimos nuestro récord de producción de rosca de reyes: ¡hicimos 104! Mucha gente se quedó con el antojo y como todo se hace a mano ya no podíamos hacer más: ¡no cabíamos!

De las cosas que más me gustan es que conocemos a lxs vecinos y todxs nos saludan. Eso y que la gente nos dice que lo que les vendimos estaba riquísimo.

¿Cómo es el proceso para pedirles un pastel personalizado?

En redes sociales tengo varias fotos de mis pasteles: pueden escoger ahí y como son diseños míos los replico. En caso de que sea algo personalizado les preguntó si tienes una idea en específico y después de hacer las cotizaciones comenzamos a trabajar.

Si el cliente me presenta alguna imagen de pastel —usualmente extraída de Pinterest— en el que quiere que me base, le señalo que yo no replicó lo pasteles de las imágenes por dos razones. La primera es que es imposible que me queden igual y luego hay clientes que se molestan: una vez tuve una mala experiencia con alguien que se enojo porque lo que le entregué no era exactamente igual: variaban los colores y el diseño, porque cada pastelero tiene su sello distintivo. Desde entonces le señaló a las personas que el pastel será lo más similar posible, pero no idéntico. Y dos, porque es el trabajo de alguien más y siempre hay que respetarlo; me baso en la idea, pero no es igual, salvo que sea mi diseño, entonces si lo puedo replicar.

Levadura Repostería es un lugar pet-friendly y también tienen galletas y cupcakes para las mascotas. ¿De dónde nació esta idea?

Amo a los perros y por aquí pasa mucha gente con perritos, a los que comencé a saludar. Una vez compré galletas comerciales para perros y se las daba, previa autorización de sus humanos. Se hizo costumbre y había días en que los perritos pasaban a saludarme y a conseguir su premio, pero no siempre tenía. Me metí a ver recetas en internet de galletas para perros y mis amigos caninos fueron conejillos de indias, cada vez que pasaban les decía a sus dueños “Acabo de hacer unas nuevas galletas para perros, ¿le puedo dar una a su mascota a ver si le gustan?”. Y a pesar de que eran un experimento los dueños comenzaron a preguntar cuánto costaban, pues a sus perros les encantaban: ¡las hice para regalarlas y les gustaron tanto que me las empezaron a comprar!

Las galletas sólo llevan la fruta y la verdura rallada, aceite vegetal —mantequilla no, porque les provoca gases— y avena; las endulzó con miel. Literalmente tienen puros ingredientes que nosotrxs también podemos comer y varixs clientes las han probado y comentado que sus perritos ya comen mejor que ellxs.

Aunque conozcas  los ingredientes de los productos que hacemos, el toque está en las manos, dice Pris antes de compartirnos su receta de galletas para perro.

Con cinco años en el mercado ¿cuál es el desafío más grande que ha enfrentado Levadura Repostería?

Siempre he tenido la idea de que Levadura Repostería se expanda, de tener varias franquicias, que sea como el Starbucks mexicano. Literal que entres a una sucursal y digas ¡qué rico huele! Tenía la idea de que existan Levaduras en todo México. Es muy difícil mantener el trato directo y la atención cuando lo haces en volumen: tendría que haber miles de Pris y de Ricks en los demás Levaduras para que fuera lo mismo. Si lo quieres hacer en grande si sacrificas mucho el detalle.

Así fue como surgió nuestra segunda, Levadura Lomas, que nació de la inquietud de expandirnos, pero nos faltaba el capital. Un chico que trabajo conmigo en restaurantes se acercó a mí, él tiene unos comedores ejecutivos y tenía espacio para un café y pensó en Levadura Repostería y en mí. Nos asociamos: yo puse mi proyecto y él el capital.

No tengo nada en contra suya, lo aprecio mucho, pero si es difícil trabajar con alguien, especialmente porque luego quieren cambiar tus ideales. Primero fue “Me encanta Levadura tal y como está” y todo era perfecto, y después era de “Me encanta Levadura tal y cómo está, pero también podríamos hacer…” y ya no me gustó tanto. Además Lomas es un mercado difícil: es zona de oficinas y está muerto después de las seis.

En enero, mes en que cumplimos un año con esa sucursal, decidimos cerrar: era mejor concluirlo antes de generar perdida. Creo que estuvo bien, porque poco después empezó la pandemia y mi ex socio tuvo que cerrar sus comedores. Fue algo muy matado pero muy padre: Rick se quedó en Levadura Acoxpa y contratamos a alguien más para que lo apoyara, mientras yo me fui a Lomas y contraté a alguien allá.  No teníamos competencia directa por costos y conceptos, lo difícil es que tenías un horario muy reducido: de 7 a 5 y después estaba muerto, porque todxs se iban a sus casas.

Creo que cuando creces pierdes cierta calidad: tienes que pensar que tan importantes son tus ideales, porque eventualmente los tienes que romper. Creo que eso fue lo que más enseñanza me dejo de Lomas. Todavía sigue mi sueño de tener muchos Levaduras: tener un Levadura en Morelos —donde vive mi familia—, uno más cerca de nuestra casa y capacitar personal para que la esencia no se pierda.

¿Están preparando algo por el sexto aniversario? Especialmente porque por la pandemia fue imposible celebrar el quinto

Sí, por la pandemia no hicimos nada por el quinto aniversario. Siempre quiero tirar la casa por la ventana, pero para bien o para mal nos sale un buen de trabajo por las fechas y no me da tiempo para nada. Este año tenemos la idea de hacer unos termos.  Nuestro primer aniversario aquí mandé a hacer bolsas de manta con el logo de Levadura y las rifamos: con tu consumo te pedíamos tu nombre y tu teléfono para contactarte si ganabas.

La idea de hacer bolsas y termos es una que tenemos cuatro años intentando ejecutar, pero este año el gobierno de la Ciudad de México con la prohibición de los plásticos prácticamente nos dijo que nos estamos tardando, porque los plásticos de un solo uso ya están prohibidos. Así apoyamos un poco a la disminución de uso de plástico.

¿De dónde nace esta conciencia ambiental en Levadura?

Lo padre de tener un negocio propio es que cuando te entran las locuras personales las puedes llevar a cabo. Desde hace unos años me interesa mucho la crisis ambiental, especialmente cuanta basura generamos y el inmenso consumo de recursos que ocasionamos al comer carne. 

Pensé que estaría padre tomar acciones y promover la lógica de reducción de desperdicio desde Levadura Repostería. Tenemos los lunes sin carne: movimiento pensado para lxs consumidores de carne que quieren empezar a hacer el cambio. Para que la transición no sea complicada se invita a las personas a que los lunes no coman carne y en aras de apoyar antes de la pandemia manejábamos una quiche de espinaca. Por el lunes sin carne, el poco tiempo que estuvimos en Lomas, En Especie nos otorgó el certificad eco-socialmente responsable nivel uno.

Antes de la crisis sanitaria si rellenabas tu termo con nosotros, te regalábamos una galleta. Siempre intento tratar a los clientes como me gusta que me traten, y cuando los clientes venían con su tooper y termo les pedía permiso para tomarles una foto y subirla a nuestras redes sociales: lo más genial es que se emocionaban. Lo que empezó como un granito de arena poco a poco se fue convirtiendo en una playa inmensa: cada vez venía más personas con sus contenedores. Nada más que ahora con la pandemia lo hemos puesto en pausa, pero lo vamos a empezar otra vez.

Levadura Repostería promueve la conciencia de reducción de desperdicios en sus clientes.

Con todo lo que nos has contado, ¿cuáles dirías que son los valores de Levadura Repostería?

La honestidad es lo más importante. Vivimos el auge de las cafeterías que intentan ser sustentables en el circuito Roma-Condesa y amo ir a conocerlas. A pesar de que no demerito la calidad del producto, porque yo nunca demeritaría el trabajo ni la mano de obra detrás, se me hace que tienen precios super inflados; por ejemplo, está la tendencia de que lo orgánico te cueste $40 más.

En Levadura Repostería trabajamos con productos de muy buena calidad, siempre con proveedores locales, tratando de apoyar a los pequeños comercios para fomentar la economía circular; prefiero comprar en la verdulería de la cuadra que ir a comprar a la central, en aras de hacer crecer mi colonia y no por ello infló los precios de mis productos. La idea de lo hecho en México está dando pasó a una inflación de precios y lo que yo buscó aquí es crear productos de muy buena calidad, con excelentes ingredientes y fomentando la economía circular y mexicana. Lo más importante: mis precios son justos y reales.

Rick y yo no somos personas de ingresos altos y yo creo que los alimentos ricos deben ser accesibles para todos, no solamente para las personas que pueden pagar cosas carísimas e infladas.

Tú puedes descubrir lugares super ricos, a muy buen precio y que valen la pena. A Rick y a mí nos encanta ir a buscar esos lugares y a mí me gusta creer que Levadura Repostería es de esos lugares que encuentras y dices “¡no manches, todo lo hacen ahí y esta super rico y super barato!”. Además, todo lo que vendemos está fresco.

Una de las cosas que más me sorprende es cuando los clientes nos preguntan si algo este fresco: ¡claro que lo está! Naturalmente no les voy a dar algo que acaba de salir del horno, porque se quemarían, pero no vendemos cosas rezagadas. Producimos poco para que todo el tiempo estén circulando los productos.

De hecho —señaló Rick— una de las franquicias de pan más populares del país vende pan congelado; el pan que compran con la idea de que está recién salido del horno lleva al menos un mes en la cámara de refrigeración. Lo descubrimos sin querer. Fuimos a comprar baguettes y salió la chef panadera a decirnos que si le dábamos unos minutos nos horneaba algunos, que los tenía congelados. Le dijimos que no, no porque no nos guste el pan congelado, sino porque ya era tarde y se nos hacía mala onda hacerla encender todo por unos pocos panes. Además es entendible, tienen tanta demanda que la logística tiene que ser así.

¿Qué cambios ha experimentado Levadura Repostería con la pandemia?

Con la pandemia me di cuenta de que somos privilegiados al estar en esta zona, porque nuestros clientes son nuestros vecinos y amigos, explica Rick. Muchos empezaron a trabajar desde casa y venían a comprar su café con nosotros, así que el acompañamiento siguió. Aunque por supuesto que el covid nos afectó porque hay ciertas oficinas alrededor y los empleadxs dejaron de venir, así que nos reinventamos un poquito.

Empezamos a surtir pedidos a domicilio los sábados. En la semana subíamos los postres que íbamos a tener y los sábados, en lugar de abrir Levadura Acoxpa, hacíamos entregas e hicimos nuevos clientes. Con esa idea surtimos nuestro primer pedido a Cuernavaca y gustó tanto que ahora se hace una vez al mes.

Y aunque no somos partidarios de la cocina a domicilio por la cuestión del desechable —pides algo que te vas a comer en diez minutos y el desechable dura años en el planeta— nos metimos a plataformas para abarcar un poquito más. No sé si es bendición o maldición, pero no nos piden tanto y eso nos tranquiliza un poco, pues tampoco somos partidarios de las aplicaciones de comida a domicilio: nos genera más gasto y aunque se vende más caro no vemos nada de eso entre lo que nos descuenta la aplicación y la inversión extra en desechables: terminamos sacando menos ganancia de varios de nuestros productos.

Por otra parte, la pandemia nos ayudó a valorar nuestro tiempo, señala Pris. Llevábamos mucho tiempo trabajando mucho. Esta pausa de pandemia nos enseñó que tenemos que darnos tiempo para nosotros, no es que dejemos de trabajar ni que queramos dejar de trabajar, pero después de un tiempo si empezamos a valorar más nuestro trabajo y nuestro tiempo. Tal vez hay gente que ya no nos puede consumir porque no coincidimos en horarios, pero la gente que conoce la calidad de nuestro trabajo y nuestros productos se dará el tiempo y el espacio de seguir viniendo. Y soy muy feliz ¡muchas personas nos siguen consumiendo!

Pero la lección más importante es que unx cosecha lo que siembra y en este caso cosechamos el cariño de nuestrxs clientes. Mucha gente vino a apoyarnos durante la reapertura y sentí el cariño y apoyo a los pequeños comercios como el nuestro, agrega Priscila. Yo sí estaba angustiada porque Levadura Repostería es nuestra única fuente de ingresos: ¡por eso me conmovió tanto el apoyo de la gente!

Para cerrar está sección, ¿qué recomendación le dan a alguien cuya cafetería o restaurante está despuntando?

Confíen en su visión y su proyecto. Cuando empezábamos varias personas nos decían que vendiéramos tiritas de pescado, arroz con leche, gelatinas e infinidad de cosas. No teman decir que no ni mantener sus precios, incluso si algunas personas se molestan. Tu clientela llegará y la que se va es porque no era tu clientela.

 

Conociendo a los chefs  

Ahora, es momento de conocer un poco más de las personas que están detrás de las creaciones de Levadura Repostería; así, cuando los visites no serán completos extraños. Y no pierdas la oportunidad de preguntarles varias cosas: ¡ellos no temen compartir! Descubre un poco de su formación, su amor por la repostería y su evaluación del mundo restaurantero, tan en boga por miles de denuncias de explotación que están surgiendo en redes sociales.

Ricardo/Rick

Irónicamente lo que más odiaba en la escuela era la repostería. Cuando realicé mis prácticas en el Hotel Camino Real Pedregal estuve en el área de banquetes y ver a las pasteleras hacer los pasteles para los eventos me sorprendía: no entendía como preparaban 200 postres para un evento en cuestión de horas y me llamaba mucho la atención.

Me integré a Levadura Repostería cuando tenía a cargo dos restaurantes y la situación empezó a complicarse. En el medio se maneja mucho la envidia, especialmente el “¿por qué le das el puesto a él si no es quien lleva más tiempo?”. El ambiente era muy tóxico y llevaba ya muchos años viviendo en estrés, así que decidí ponerle pausa a ese estilo de vida y me sumé a Levadura Repostería.

Cabe resaltar que incluso cuando trabajaba venía a ayudar a Pris con Levadura: salía a las 18:00 y trabajaba en la Benito Juárez; era la época en la que no teníamos coche ni bici, así que llegaba aquí a las 20:00 a lavar trastes, limpiar y terminar la producción. Después nos regresábamos a nuestras casas muertos de sueño en el camión.

Rick, experto panadero de Levadura Repostería.

Los lugares en los que trabaje antes son pequeños y ahí conocí a Daniel —que luego trabajo una temporada en Rosseta—, chef que se molestaba cuando la panadería y repostería no le quedaba bien: él me enseñó mucho, pues aunque yo tenía la teoría me dedicaba completamente a la comida salada. De hecho, fue Dani quien nos compartió la receta del pan danés.

En los lugares en los que trabaje tenían la idea de hacer todo ahí y eso me enseñó a administrar. En los restaurantes grandes tienen stocks gigantescos para que el servicio no se retrase; por ejemplo, compran tarros grandísimos de mayonesa y donde yo estaba la hacíamos: así fue como aprendí a manejar stock, muy útil porque en Levadura nada tiene conservadores y el tiempo de vida de los productos no es tan largo. Aquí todos los postres son recientes y sabemos cuándo hacerlos y cuánto tiempo duran.

Mi verdadero amor por la repostería nació aquí con Priscila. Me gusta la repostería, pero la sentía muy cuadrada. En los restaurantes en los que estuve amaba la comida salada por su flexibilidad: con un condimento puedes resaltar un sabor, con otra técnica la composición sabe completamente diferente, entre otras cuestiones. Fue aquí en Levadura que pude experimentar con la repostería: no modificó las cantidades, pero voy experimentando: así surgió nuestro famoso pan de caja, que es mi gran aportación y lo que más amo hacer.

Todas las recetas son una tropicalización de lo que fui aprendiendo en los restaurantes y el pan de caja surgió de una propuesta de hacer un pan de caja que yo conocía. Empezamos a hacer pruebas y poco a poco llegamos a nuestro pan actual. De hecho, ahora está en tendencia el pan de masa madre, pero en Levadura llevamos seis años haciéndolo de esa forma, aunque no lo vendemos así porque no considero que sea lo más relevante: después de un accidente que hizo que se muriera el fermento, nuestra masa madre lleva cuatro años.

Ricardo y Prsicila están listos para atenderte en Levadura Repostería.

Priscila/Pris

Estudié gastronomía como mi peor es nada. Primero me postulé para sobrecargo, luego intenté entrar a la licenciatura en Diseño Gráfico de la UAM Xochimilco, pero no quedé en ninguna opción. Me tomé un año sabático y gastronomía era una carrera que me llamaba la atención y estaba a mi alcance, así que me inscribí.

Todo el tiempo que estudié tuve beca completa y trabajaba en la escuela: estaba de lunes a sábado de 09:00 a 22:00. Así me fui enamorando de la cocina y en esos años decía “A mí no me gusta la parte dulce, yo amo la parte salada”. Y cuando entré a los restaurantes me encargaba de la parte salada y me encantaba, especialmente los mariscos: ¡una vez me tocó filetear un atún de casi 40 kilos y fue fantástico!

Trabajé en Grupo Tintorera cinco años antes de abrir Levadura Repostería. Algo que me ha caracterizado en mi ejercicio profesional es ser leal a mis ideales y cuando sentí que el ideal de Tintorera no estaba en sintonía con el mío supe que era tiempo de marcharme: una no va a cambiar a las grandes empresas.

Priscila, experta en pasteles y fondant.

Por supuesto, nunca es el momento ideal para irse y siempre va a existir temor: ¡yo en ese momento era chef ejecutiva y dirigía tres restaurantes! Además, poco tiempo antes había creado una carta de cocina mexicana, tanto de postres como de comida salada y dirigía casi a 30 personas. Y lo mejor que me queda de esa experiencia, además de todo el aprendizaje, es el cariño que tienen colegas que estuvieron bajo mi supervisión y guía.

Y es que me cuando empecé a trabajar, Karla Hentschel nos dijo “Ustedes son una generación de la gastronomía muy importante, porque son quienes van a profesionalizar las cocinas”. Con esa idea dirigía las cocinas, hacerlas profesionales, darle oportunidad a quienes venían de escuela y evitar la tradición de alguien que es lavaloza ya aprendió a picar cebolla y después ya está en la parrilla.

No es por demeritar la labor de nadie —interviene Rick—, pero de repente la gente que está en el gremio asciende y asciende y no conoce otra forma de trabajo más que explotar y violentar a los demás, porque así se formó y repite el ciclo. Entonces si yo soy chef y yo sufrí, eso te toca a ti. La gente que viene de escuela es tratada mal, porque bajo este esquema se concibe que se saltaron pasos.  Te lavan el cerebro: cuando había juntas de chefs competían para ver quien trabajaban más horas.

Eso que comenta Rick es algo con lo que nunca coincidí —continua Priscila.  De hecho, me criticaban mucho porque salía a mi hora y los supervisores me decían que así no iba a crecer. No tiene nada que ver la habilidad que tienes para cumplir tu trabajo con quedarte más horas.

Cada creación en Levadura Repostería es elaborada con la máxima atención, disciplina y cariño.

La manera de trabajar de mi esposa es siempre construir comunidad —agrega Ricardo—, aunque ella no lo reconozca. Las cocinas se dividen en áreas y a la hora del servicio Pris buscó la forma de hacer equipo: si no estás haciendo nada y tienes la posibilidad de apoyar a tus compañerxs, hazlo si no interrumpe tu trabajo. Creaba sentimiento de comunidad y eso a los jefes no les gusta.

Mi cocina era una de las que tenía más mujeres —comenta Priscila sonriente— y logré que imperara el respeto. Normalmente son muy llevaditos los meseros y los capitanes y al principio costaba trabajo que no repitieran prácticas sexistas como llamar a mis cocineras mi amor o que nos tocaran. Eso y desmontar la idea de la rivalidad entre cocina y salón. Yo siempre señalé que todxs estábamos en un mismo barco y si se hunde la cocina también el salón.

Cuando puse Levadura Repostería ya tenía la idea de negocio y estaba encantada, así que desempolvé mis libros y recetas de repostería y conforme mis amigos y familia vieron la idea dijeron “Era obvio, desde chiquita haces postres”. ¡Y es verdad! Recordé que desde los ocho años con una amiga hacíamos pastelitos de Betty Crocker y después de hornearlos los rebanábamos y ofrecíamos en las casas del fraccionamiento en el que vivíamos.

A los reyes magos les pedí el Micro Hornito y empecé a decorar los pasteles que horneaba. Igual unas amigas de la secundaria me recordaron que una vez fueron a mi casa y les hice un pastel, así que prácticamente toda mi vida los postres han estado presentes. No te aflijas si no tienes una idea clara de que quieres hacer con tu vida: no importa cuantas vueltas des, el destino te lleva al lugar al que perteneces.

Algunas de las delicias que puedes degustar en Levadura Repostería.

Los primeros meses que estuve sola en Levadura, la presión era mucha y yo sufría, pero Rick venía a ayudarme; siempre me ayudó, mucho. Después empezó a tener broncas en su trabajo, ya no estaba a gusto y lo invité a sumarse de tiempo completo a Levadura. ¡Error! Nos la pasamos peleando: ¡es broma!, pero si es difícil trabajar con quien vives.

Respecto a mis creaciones favoritas, son las que hago para mi familia. Me encanta prepararles cosas en sus cumpleaños: para el de mi mamá preparé un pastel de coco, relleno de mango con piña y betún de frambuesa y lo amo. A mi cuñada le encanta el brownie y hace dos años le hice un pastel de brownie con cheesecake y le encantó: ¡nada me pone más feliz que esos momentos!

Recomendaciones gastronómicas

Para cerrar, le pedimos a los chefs recomendaciones de lugares para comer que consideren ricos o de programas centrados en la cocina, porque ¿quién mejor que chefs para recomendarnos lo mejor del área?

Panadería Rosseta , el pan es riquísimo, dice Priscila. Pizza Local en la colonia Narvarte es buena, bonita y barata comparte Ricardo. El servicio es genial, te tratan como si fueran tus amigos y el ambiente —es una casa porfiriana— es hermoso. Y a pesar de que la pandemia los obligó a quitar sillas de las mesas comunales, sigue siendo un excelente lugar para comer pizza y acompañarla con cerveza.

‘Chef’s Table’: hemos visto hasta la tercera temporada y verla hizo resurgir nuestro amor por la cocina, señala Pris.

‘Somebody Feed Phil’:  verla nos da ganas de viajar y conocer los lugares que visita, de hecho hay un capítulo en el que Phil visita Panadería Rosseta. A mi lo que me gusta es el concepto, añade Rick, conocer lugares a través de la comida. No sólo va al mejor restaurante de la localidad, también va a los barrios a los que todos comemos. Cuando visitó México lo llevaron a comer tacos de tripa a Tepito. Y también va a países que no figuran en el ámbito gastronómico, como Portugal y la sorpresa es amplia.

‘Sugar Rush’: a Rick no le gusta, pero yo sacó ideas de ahí, aparte de que enseñan ingredientes que no conozco, comenta Pris

‘Las crónicas del taco’: el programa no sólo es buenísimo, también conocimos a Irad Santacruz —chef de Tlaxcala—, en una cata de vinos y es super buena onda. Esperamos ir pronto a Tlaxcala para probar sus tacos de canasta, cierra Rick.

No dudes en seguir a Levadura Repostería en  Facebook  e Instagram y sobre todo, compartirnos tus impresiones en la sección de comentarios cuando los visites: recuerda que el horario es de 10: 00 a 17:00 de lunes a sábado. Si te quedaste con ganas de más, corre a Probarte.mx, donde podrás ver historias exclusivas de Levadura Repostería, así como dejar recomendaciones de lugares a los que te gustaría que les hagamos la cobertura en esta nueva sección: ‘Una mordida no es suficiente’, en la que colaboramos con el blog de comida. Y no te despegues de Crea Cuervos, que el festival del Mes del Orgullo 2021 comienza la próxima semana: ¡hasta entonces!

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