Es algo plausible que el nuevo reflejo de la sociedad incluya mensajes de protestas y problemas sociales, sin embargo, no es correcto que algunas marcas, como la campaña e Sprite, solo se sumen en un discurso y no en las acciones.
La publicidad no sólo es el intermediario entre las marcas y el consumidor, sino que a través de sus mensajes se puede dimensionar el reflejo de la sociedad. En los comerciales se muestra un producto con el propósito de ser comprado, sin embargo, también se vende un pensamiento.
El 2 de febrero de 2021 la marca Sprite lanzó un comercial titulado ‘Seamos Claros’. En dicha propuesta publicitaria se muestra una rutina cotidiana en la que con pequeñas acciones se puede mejorar un entorno. Pero ¿realmente hay un mensaje progresista o se trata de un simple comercial que busca vender?
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El comercial muestra a una adolescente de color que practica el rugby, un juego popular entre el género masculino. Se transporta en una bicicleta con la intención de reducir su contaminación. Toma un refresco Sprite y captura una foto de sí misma con un mensaje de body positive. Todo esto lo narra en una cena con su familia interracial.
Seamos claros. Buscar romper estereotipos, combatir los cuerpos perfectos que se muestran siempre, hacer una denuncia ante los problemas de contaminación y hablar sobre el racismo parecen demasiados temas para un target que no está acostumbrados a ellos.
Los temas, bien intencionados, no son los suficientemente claros, ya que sólo son descritos de manera superficial. De manera crítica, parece que Sprite sólo quiso lanzar este comercial semanas antes del 8M, para posicionarse como una marca incluyente y aliada a los movimientos sociales que actualmente acontecen.
Por otro lado, buscar eliminar la huella de carbono y reducir la contaminación como mencionan en el comercial, no se logra solo transportándose en una bicicleta, sino que contribuiría más si se deja de consumir productos de plástico con los que casualmente Sprite vende su bebida.
La evolución de las marcas y el encuentro con nuevas generaciones consumidoras ha obligado a los emisores a construir nuevos mensajes que relaten una historia y no vendan un producto para lograr conmover a la audiencia, y se puede afirmar que no fue logrado en su totalidad con este refresco.
Tan sólo el problema de la contaminación se quedó en el discurso, pues al pertenecer a la familia Coca Cola, Sprite se posiciona en el número uno de las empresas más contaminantes del mundo, de acuerdo con un informe de 2016 de Break Free From Plastic.
Es algo plausible que el nuevo reflejo de la sociedad incluya mensajes de protestas y problemas sociales, sin embargo, no es correcto que las marcas solo se sumen en un discurso y no en las acciones.