Sin duda alguna, todos hemos podido apreciar importantes murales en la Ciudad de México, ya sea en un museo, edificio público, hospital, Universidad o en los mismos recorridos hacia nuestros lugares de trabajo. Muchos de ellos son apreciados y visitados con gran número de afluencia y hasta selfies nos hemos tomado.
Sin embargo, muchos de ellos necesitan de un milagro o ayuda extraterrestre (al mero estilo de Steven en ‘Milagro en la Calle 8’) para poder restaurarlos y así, mantenerlos en buen estado, ya que muchos están agonizando.
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Como si se estuvieran juntando conchitas en la arena
En la inmediaciones de la avenida Insurgentes Centro, en las oficinas del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, se puede apreciar el deterioro que sufre la obra ganadora de Francisco Eppens sobre los tres momentos que marcaron a toda una nación: la Independencia, la Reforma y la Revolución.
El creador del Escudo Nacional, jamás pensó que al cabo de poco menos de 50 años su obra se estuviera cayendo a mosaicos. Sí, sobre el piso se pueden recoger pedazos de pared con restos del mural.
En varios puntos de la ciudad de México existen obras muralistas al fresco, con teselas de mosaico, acrílicos, oleos, piroxilina sobre masonite o de algún otro material que no cuenta con presupuesto para su conservación, restauración y mantenimiento y que se está perdiendo.
¿Quién o quiénes son los responsables?
Con el objetivo de conservar en óptimas condiciones el patrimonio muralístico de los mexicanos, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), por medio del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), ha dado seguimiento a los murales que resultaron afectados por los sismos de septiembre de 2017. Entre ellos se encuentran los murales de Diego Rivera , ubicados en el Palacio de Cortés en la ciudad de Cuernavaca y su Capilla Riveriana en la Universidad de Chapingo, Estado de México. Pero ¿Y el resto de obras, quién las protege, cura o conserva?
Sin embargo, es necesaria la asignación de un presupuesto amplio para atender las labores de restauración de los acervos del INBA. Dentro de sus objetivos está el de “preservar el patrimonio artístico para su conocimiento, puesta en valor y disfrute, como fuente de identidad y desarrollo comunitario”
En otro ejemplo, por desacuerdos entre autoridades del INBA, delegación y del mercado, los murales ubicados en el edificio comercial Abelardo Rodríguez, se encuentran en un claro deterioro por la humedad, se están ‘deshaciendo’.
El movimiento muralista en México
Considerado al grado de renacentista, el muralismo mexicano es un movimiento artístico-político- social que nació de la idea principal de sacar de las lúgubres y frías paredes de museos el arte en México y enseñar (educar) al pueblo la historia de nuestro país.
¡Pero Carmen, no lo eres todo!
Gerardo Murillo, Dr. Atl, considerado como padre del muralismo mexicano, fue comisionado y patrocinado por el entonces Secretario de Educación Publica, José Vasconcelos, para poder enseñarle a la gente la historia de México a través de las artes. El Dr. Atl, a la par de la conquista de su ‘monopólica musa’, Nahui Ollin, invitó a jóvenes artistas nacionalistas para unirse a su programa, de entre ellos se encuentran nombres como : Diego Rivera, Roberto Montenegro, Ramon Alva, Fermin Revueltas, Jose Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, entre otros.
En el segundo momento del muralismo mexicano, se encuentran obras de Gonzalez Camarena, Francisco Eppens, José Chavez Morado, Rufino Tamayo y Juan O’Gorman, solo por mencionar algunos.
Algunos de los trabajos de estos últimos también se encuentran en notable deterioro, como los trabajos de Chavez Morado en el edificio de la Secretaria de Comunicaciones y Transporte en el Eje Central y cruce con Xola.
«El arte es un medio comunicativo humano y resulta un crimen tratar de deshumanizarlo, y cuando se hace impenetrable, pierde la más alta y noble de sus funciones» F. Eppens
¡Sí fotos! ¡No privatización!
Están sin acceso al público grandes obras que exhiben a la clase explotadora sobre la trabajadora, a veces porque el mural se ecuentra en edificios privados, pero, ¿cuándo es un edificio gubernamental? .
En la actualidad existen colectivos de artistas que apuestan por salir a las calles y que las paredes de los edificios y la ciudad misma cuente su propia historia.
El muralismo mexicano se encuentra en la Unidad de Terapia Intensiva de algún hospital para la reconstrucción de México, esperando que lo pasen a piso para retomar su fuerza.
¿Quién es responsable de cuidar nuestro patrimonio?
Pero, ¿Cuales son los criterios de selección para la restauración de las obras? ¿Bajo que directrices se determina cuál obra es de mayor importancia? Si la obra está bajo el resguardo de alguna Institución autónoma como la UNAM o si la posee un organismo público,¿como se define y destina el presupuesto? ¿Y quién va primero?
Hemos de suponer que las obras que se encuentran en edificios privados no tienen ningún inconveniente para su mantenimiento y conservación, aunque sea poca o nula la oportunidad de admirarlos. Solo resta esperar que el muralismo mexicano, tan atractivo y representativo de nuestra historia, sea valorado, cuidado y no visto como un rayón en la pared.