John Erick Dowdle, el realizador de cine «experto» en el genero del horror, nos trajo ‘As Above so Below’ o ‘Así en la tierra como en el infierno’, una cinta de horror que utiliza una fórmula ya conocida en el séptimo arte: el concepto de found footage. Ya habíamos sido participes de este tipo de cintas en ‘Blair Witch Project’, ‘Paranormal Activity’ y otras tantas. Sin embargo, en la cinta que tiene como set principal Las Catacumbas de París (el famoso cementerio parisino que alberga por lo menos a 6000 personas enterradas en las paredes de sus casi 800 kilómetros de túneles), esta fórmula funciona a la perfección por el argumento de la cinta.
Sinopsis:
Miles de laberintos se enredan en las catacumbas que se encuentran debajo de las calles de París, el hogar eterno de las innumerables almas. Cuando un equipo de exploradores se adentra en el laberinto desconocido de los huesos, descubrirán aquello que oculta la ciudad de las muertos. Un viaje a la locura y el terror que cala hondo en la psique humana para revelar los demonios personales que nos persiguen a todos.
En la cinta contamos con la presencia de Ben Feldman (‘Mad Men’) quien es protagonista de la historia junto a Perdita Weeks (‘The invisible Woman’) que aderezan el argumento de una manera funcional a secas; sin embargo, a pesar de que la cinta es presentada en el formato de found footage, mantiene a los espectadores atentos durante toda su duración, a pesar de su lentitud, para hacer la presentación completa de los personajes, así como del conflicto principal.
Como amante del cine de terror, resulta un tanto complicado que una cinta logre hacerme saltar, ‘Así en la tierra como en el infierno’ lo hizo posible en más de una ocasión, ya que nos presenta demasiadas situaciones estresantes al mismo tiempo, que lejos de confundir a los que están mirando, permite que todos experimenten las sensaciones de los protagonistas.
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Las Catacumbas de París son un sitio turístico que por mero sentido común impone y causa curiosidad, es por eso que aplaudo al director de la cinta, porque logra hacer uso del espacio de una forma excepcional y por lo tanto la cinta transmite lo que el director buscaba.
Especialmente cuando uno a uno los protagonistas se van metiendo en aprietos o viendo cosas que no saben si son reales o no. En este caso, la manera en que la cinta ha sido presentada ayuda a que se sienta más verosímil, más aterrorizante y definitivamente más estresante, a pesar de que Dowdle abusa un poco de la cámara temblorosa.
Los giros de cuerda en la cinta, en otra situación, podrían considerarse con una sola expresión: «Meh», sin embargo, con el ambiente creado por los protagonistas y el director, en los minutos anteriores, hacen que estos giros hagan match, mostrándonos que el único peligro en las catacumbas no es solo el hecho de morir en un derrumbe o de ser asechado por un ente del bajo astral, sino que nuestros propios fantasmas pueden encontrarnos y atormentarnos a varios metros bajo tierra.
Sin duda alguna en este mes es una recomendación necesaria, el ver esta cinta es el complemento perfecto para los clásicos maratones de horror en vísperas de (para mi) la mejor época del año.
