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Asera, ¿culto antiguo a la sensualidad o a la prostitución?

Sin duda, fue de las deidades más controversiales de todos los tiempos, consorte del dios Baal y conocida también como la «diosa madre de los cananeos»; relacionada con la prostitución y al mismo tiempo con la sensualidad.  El día de hoy hablaremos justamente sobre una de las figuras que en su época, fue la más representativa y de mayor tumulto alrededor del mundo, y de la que curiosamente hoy en nuestros días poco se sabe; ella es Asera, catalogada como la viva imagen de la sexualidad y fertilidad; tristemente olvidada y desplazada de la mayoría de los escritos bíblicos. 

Asera
Fuente: watv.org

Asera; la cara desconocida de la diosa madre

De acuerdo con escritos y vestigios arqueológicos históricos, Asera, en un inicio era considerada en realidad como la esposa del Dios creador, Yahvé. La representación suprema de la feminidad, el complemento del hombre. Entre las funciones principales de la diosa, se encontraba el auxiliar a las mujeres durante la concepción y el embarazo. A ella, recurrían aquellas mujeres que buscaban fervientemente embarazarse.

En el antiguo Israel se encontraron manuscritos con información bastante peculiar entorno a la diosa madre, entre esta información destacaba por ejemplo, el hecho de que tanto Yahvé como Asera, tenían a ser invocados al mismo tiempo como representación del equilibrio existente en la naturaleza (hombre/mujer). 

Fuente: ancient-origins.es

El olvido como consecuencia del monoteísmo

Desafortunadamente, a pesar de todo lo mencionado con anterioridad, la diosa comenzó a sufrir un declive y todo gracias a la conveniente expansión del monoteísmo; producto de este hecho, la imagen de la diosa madre se vio fuertemente afectada. Su historia sufrió modificaciones bastante negativas solo para que su existencia como consorte del Dios creador fuera removida. De ser la diosa madre; la progenitora de todos los dioses, Asera, fue reconocida simplemente como la diosa de la sexualidad y más tarde de la «prostitución». Su fama entre los cananeos y entre los fenicios comenzó a disminuir, pues comenzó a considerársele como una deidad que iba en contra de lo establecido por Dios. Poco a poco, el renombre que la caracterizaba fue perdiéndose inclusive gracias a todas aquellas mujeres que comenzaron a hacerse llamar como «sacerdotisas de Asera»; mujeres que, con la intención de recibir un favor por parte de la diosa, no solo sacrificaban animales en su honor, sino que también entregaban sus cuerpos a desconocidos (en caso de ser vírgenes) para que dicha petición les fuera concedida; esto, era una manera de glorificar la energía sexual con la que se identificaba a Asera, por lo que, para sus seguidoras era un medio infalible para recibir sus bendiciones. La fama de las sacerdotisas fue en aumento, y en cuestión de tiempo, consiguieron hacerse conocer en toda Canaán, pues eran descritas como un autentico símbolo sexual, cuyos conocimientos en el arte de la seducción resultaban ser más que atractivos. 

Fuente: mairenaljarafelibre.wordpress.com

 

El final de la diosa

Más adelante; el nombre de Yahvé, su consorte, sería sustituido por Baal, el dios de la lluvia y la fertilidad, dicha acción terminó por enterrar a la diosa madre como una deidad que solo fomentaba la herejía. Solo sobrevivieron algunos escritos bíblicos que confirman la veneración de los hebreos hacia esta diosa. Como premio de consolación, podemos afirmar que gracias a la existencia de estos vestigios arqueológicos, la diosa Asera era más que una figura dudosa en la historia; era una diosa respetada y admirada por todo un pueblo. Infelizmente y quienes poco saben de ella, solo la reconocen como una diosa, no como la madre de todos los dioses, y mucho menos como la pareja jamás mencionada de Dios.  

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Fuente: lapalabradelreino.org
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