El amor es uno de los sentimientos más hermosos y gratos que un ser humano puede experimentar, así como una de las sensaciones más dolorosas que puede vivir durante su vida.
Sin embargo, más allá de la idea que se nos ha vendido sobre cómo amar y cómo expresar nuestro afecto a alguien, desde la Antigua Grecia se ha discutido el significado y la definición del amor. En esta ocasión toca hablar acerca de los 7 tipos de amor que los griegos catalogan y cómo se expresan de diferentes formas.
1. Eros: el amor carnal
Esta es la expresión tradicional sobre el amor. Se caracteriza por contar con un toque erótico y sexual, en donde se prioriza el contacto físico. El origen de este amor para los griegos recae en las flechas de Cupido, el ser mitológico encargado del amor y el afecto.
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2. Filia: el amor amistoso
Esta forma de afecto se caracteriza por demostrar aprecio y afición hacia un compañero o un amigo, sin necesidad de demostrar un interés romántico. A diferencia del Eros, este tipo de amor se basa en la amistad, la cooperación, lealtad y el compromiso mutuo entre dos personas por pasarla bien y compartir su vida.
3. Storge: el amor familiar
Este amor es el que se expresa a nuestros familiares. Es el amor que sentimos por nuestra madre, nuestro papá, hermanos, abuelos… Al ser un tipo de afecto basado en los vínculos de sangre, está claro que no puede demostrar un amor romántico ni involucrar actos sexuales.
4. Ágape: el amor primordial
No todo se trata de amigos y familiares. También existe un tipo de amor basado en el amor hacia nuestro entorno: amor a la naturaleza, amor a la vida, a los sueños, metas, ambiciones o hasta a una deidad… Este estilo de afecto se caracteriza por demostrar un amor incondicional hacia una idea, objeto u otras personas. Se parece a la filia en cuanto a la lealtad, pero también engloba sentimientos de devoción y respeto.
5. Ludus: el amor juguetón
En este categoría se encuentra el amor juguetón y sin compromisos. Es el tipo de afecto que busca entretener y retar al pretendiente a que exprese su afición. El ludus puede escalar al Eros o formar parte de la Filia, y de igual manera se puede demostrar en un Ágape para pasar un buen rato con nuestros hijos, hermanos o padres.
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6. Pragma: el amor por conveniencia
Aquí entramos a un terreno racional donde lo más importante son los beneficios que tendrá la pareja a largo plazo. Este tipo de relaciones se expresan, en lo general, en las parejas que han decidido entablar matrimonio y deciden compartir sus vidas y sus responsabilidades. En este afecto se comparten aficiones, logros y sueños mutuos para emparejarlos y hacer que sean compatibles. A pesar de contar con un enfoque racional, pueden llegar las ocasiones en las que se recurran a conductas del ludus y eros para romper la monotonía y añadirle un toque más pícaro.
7. Philautia: el amor hacia uno mismo
Por último y no menos importante. En los últimos años, ha entrado en boga un concepto que enfoca la percepción sobre el amor visto desde una perspectiva personal. Se trata del amor propio. En esta categoría, es el amor y aprecio que toda persona siente a sí misma.
Se relaciona con el autoestima y la autoconcepción que tengamos de nosotros mismos para saber cómo comportarnos. No hay que confundir el amor propio con el egoísmo, egolatría o egocentrismo. Mientras el amor propio se trata de reconocer nuestros aciertos y defectos, el egoísmo, la egolatría y egocentrismo se basan en una concepción errónea del ego que no acepta y busca imponer el aprecio a uno mismo por parte de las demás personas.
A final de cuentas, el amor es una expresión más de la humanidad para demostrar afecto de diferentes maneras y bajo diferentes ópticas. Amor es amor y es por ello que todo ser humano tiene derecho a expresar su devoción y cariño a las personas que más aprecia, tenga o no tenga una intención romántica. Ya basta de sentirse culpables por no encontrar el «amor romántico clásico». Es posible sentir y expresar amor de muchas otras formas.
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Foto portada: fuente / Jonathan Borba. nsplash