Por años la industria de la televisión mexicana se caracterizó por promover contratos de exclusividad para que el talento artístico fuera material único de Televisa o TV Azteca y con ello estaban también los vetos, pero, debido a la reestructuración que en fechas relativamente recientes se ha dado, esto ha quedado en el olvido.
Exclusividades y vetos
Fue por iniciativa de don Emilio Azcárraga Milmo “el tigre” que en Televisa se empezaron a dar primero becas y luego estas pasaron a llamarse exclusividades. El motivo principal de su existencia fue para tener un stock de actores, conductores, comediantes, narradores, periodistas, productores y directores que trabajaran única y exclusivamente en producciones de la empresa de San Ángel.
Televisa en los 70, 80 y casi toda la década de los 90 fue quien dominó el mercado audiovisual en México, por ello, el que su talento fuera exclusivo no representaba algún problema mayor, ya que si se puede decir “competía” (y lo pongo entre comillas, porque no había competencia como tal) con Imevisión, que era un canal del Estado y aunque tenía firmados a ciertos personajes no era una amenaza real.
Fue cuando la empresa se privatiza y nace TV Azteca que se empezó a impulsar la integración de talentos a la compañía de Ricardo Salinas, lo cual intensificó los vetos en la televisora de Azcárraga, y quienes se iban a trabajar a alguna producción del que entonces era canal 13 padecían ser congelados en el otro lado.
De tal forma, que con los años, cada televisora tenía firmados a ciertas celebridades y para el público televidente era casi impensable ver por ejemplo a Adal Ramones en Azteca o a Fernando del Solar (QEPD) en Televisa, pues cada persona que gozaba de tener exclusividad le tenía por decirlo de alguna forma lealtad ciega a su empresa y es que para casi cualquiera que se dedique al medio artístico tener un sueldo mensual es algo que en otros lados del mundo parece increíble.
El fin de las exclusividades
Con la llegada de plataformas como Netflix a México, poco a poco se empezó a dar un fenómeno que en un primer momento parecía que no le afectaría a las televisoras convencionales, pero para sorpresa de propios y extraños, los contenidos por suscripción en diversas plataformas ganaron terreno más rápido de lo que muchos imaginaban y Televisa y TV Azteca dejaron de ser los “mandamases” en el terreno de la producción de contenido.
Entre los muchos efectos negativos para las televisoras están dos hechos relevantes; el primero de ellos, la disminución evidente y drástica de sus niveles de rating y por otro lado, aunque derivado de lo mismo, la medida que a muchos artistas tomó por sorpresa: el retiro del contrato de exclusividad.
Fue en 2016 cuando este fenómeno comenzó a darse, en las redes sociales se empezaron a ver mensajes de actores, conductores y demás trabajadores artísticos donde decían que dejaban de ser exclusivos de “su casa”, muchos lo hicieron para dar las gracias por los años que recibieron ese beneficio económico, otros, en cambio, emprendieron acciones legales por considerar que fueron despedidos injustificadamente.
En TV Azteca, al llegar a la dirección general Benjamín Salinas Sada, se le retiró el contrato a casi todo el personal de golpe, mientras que en Televisa se dio paulatinamente, pero esto no dejó de causar sorpresa, pues personas que por más de 30 años formaron parte de las filas de San Ángel y que le dieron vida a un sinfín de personajes en telenovelas quedaban libres para trabajar donde ellos quisieran.
Si bien, el que se terminaran las exclusividades no tiene que ver con que no vuelvan a pisar un foro de Televisa o Azteca, sí generó un entorno diferente y es que esos nombres que nadie pensó nunca ver en la empresa del Ajusco, sorprendentemente llegaban a dicho espacio: Adal Ramones, Facundo, Sylvia Pasquel, Carlos Espejel, por decir algunos.
Hoy día, ya son contados aquellos que aún tienen contrato de exclusividad con Televisa, y la mayoría actualmente puede ir y venir libremente sin el temor de ser vetado, puesto que ya trabajan por proyecto, así que se les puede ver en simultáneo en una telenovela de Televisa, una serie en alguna plataforma, dando una entrevista en un programa de TV Azteca y actuando en una película.
Es de tal forma que las exclusividades en su momento representaron como ya dije un sueldo seguro para los talentos, quienes podían pasar años sin trabajar y aún así tenían un ingreso económico, pero también los limitaba a estar una zona de confort que por años le funcionó a las empresas, pues tenían a su disposición actores, conductores, comediantes, etc., para sus proyectos, pero una vez que esto terminó, más que perjudicial para el talento, le permite experimentar nuevos retos haciendo cosas que quizá antes no podían por estar firmados con determinada empresa, lo cual generó una libertad laboral.
En este nuevo entorno donde cada quien puede trabajar donde más le convenga a quien beneficia es al público, pues esta apertura representa una posibilidad mayor de crear contenidos teniendo a quienes los productores y directores consideren como los mejores para determinado papel y con ello creando series, telenovelas y programas donde se vea una variedad de rostros.
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