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¿Porqué el Vive Latino es un festival «chavorruco» que le gusta a los chavitos?

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Mucha nostalgia chavorruca, pero sí hay propuestas… el chiste es buscarle

Vive Latino XX. Ni ‘muy muy’, pero tampoco ‘tan tan’

Han transcurrido poco más de 22 años de que se celebró la primera edición del Vive Latino y vale la pena recordar un festival que tuvo su prehistoria en aquellos masivos que se realizaban en instalaciones de la UNAM, UAM, Politécnico o la Prepa Popular Fresno de Tlatelolco, cuyo boleto se compraba donando un kilo de arroz, frijol o ropa para comunidades indígenas, para apoyar la causa del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y donde las consignas anti-gobierno eran el discurso de la mayoría de bandas participantes… pero eso ya fue.

¿Qué más de dos décadas después? Aquellos jóvenes asistentes hoy son «chavorrucos» hechos y derechos, entes amantes de la nostalgia (que vende muy bien), los cuales han «mutado», al igual que el festival, a nuevas propuestas musicales anteriormente satanizadas por la banda, como Los Tigres del Norte, Los Ángeles Azules, Intocable inclusive Sonido La Changa, todos ellos ya participantes en el VL.

 

Y por otro lado, están los más chavos, aquellos que ya disfrutaron de bandas internacionales en el festival, aquellos que son afortunados por ver a los grupos del momento, justo en eso, en su apogeo, pero que aún mantienen con vida a proyectos veteranos, aquellas que 22 años después siguen siendo headliners (hola Molotov, Café Tacvba, Caifanes) y otras más que se resisten a morir con mayor o menor suerte, que siguen rockeando y tienen la edad de los abuelitos de los asistentes más chavitos.

 

Con todo… se defiende

¿Esto qué significa? Guste o no, se ha alcanzado un grado de ‘madurez’ en cuanto a festivales se refiere, pues hay actos que pasan al Vive y luego se van a los Lollapalooza sudamericanos o en años pasados a Coachella, además de presentaciones memorables ¿o ya no se acuerdan de Gorillaz en el 2018?, ¿de Robert Plant? ¿Blur? ¿Arcade Fire? ¿NIN? (que la rompió en el Corona de 2018, pero que estuvo en el VL 2014, quizá la mejor edición en los años recientes).

 

 

Sí, los últimos años no hubo actos principales de otros grandes festivales, además de la cancelación por pandemia (en las últimas ediciones Pa’l Norte se llevó a los Arctic Monkeys) y se ha criticado el cartel por la falta de «peces gordos», pero en México se pudo ver a Foals, Snow Patrol o 1975. En 1998, no se tenía esa oportunidad. Además el último gran invitado fue Santana, una leyenda.

Headliners noventeros a precio millenial

Caso especial es el tema del precio: el boleto del primer Vive Latino costó 180 pesos. Para 2019, bueno, en sus diferentes fases, promociones y cargos por servicio, se pagaron más de mil por una entrada de un día. Les digo, la nostalgia vende. El sábado, en el escenario principal, los encargados de cerrar fueron Caifanes -cuya nueva canción no ha gustado del todo- y Ska-P, ambas fundadas hace más de 25 años. El domingo, los actos principales corrieron a cargo de los tacvbos y Korn, también agrupaciones cuyo top lo alcanzaron en los lejanos 90.

El caso del domingo fue particular. A partir de las 4 de la tarde, el escenario principal se convirtió en una máquina del tiempo que revivió con todo aquellos años 90. Estrambóticos, El Gran Silencio, El Tri, Bunbury, Café Tacvba y Korn. Serán tres de las cinco bandas que estuvieron en la edición de 1998 y repitieron en 2019. Aquí algo de lo vivido en aquel debut del Vive:

 

 

El ‘negrito’ en el arroz

Más allá del robo de celulares, que fue el hecho más comentable de los últimos festivales y conciertos masivos, de la misión suicida que representa salir/entrar del escenario principal, históricamente ha existido poca presencia de géneros como el metal o géneros derivados del post-punk, rock gótico o EBM, lo cual contrasta con el argumento de los organizadores en el sentido de ampliar la participación de géneros en el festival.

Si bien es cierto, que está el Hell and Heaven (o el Domination Fest) que atiende a los seguidores de este tipo de géneros, sobre todo al metal, un poquito de oscuridad más seguida en el Vive no le hace daño a nadie…

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