En el Código Penal Federal, se define al feminicidio como la privación de la vida a una mujer por cuestiones de género. Este delito se identifica, si por ejemplo, la víctima sufrió de abuso sexual, si la víctima tiene lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, si existen antecedentes de violencia en cualquier ámbito, si existió una relación sentimental entre la víctima y el activo, si la víctima fue incomunicada y si el cuerpo de la víctima es expuesto en un lugar público. Bajo estas premisas un feminicidio es diferente a un homicidio y necesita especial y pronta atención por parte de los funcionarios públicos.
Está reportado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que en México, 10 mujeres son asesinadas diariamente. Y según la Red por los Derechos de la Infancia México (REDIM), 1 de esos 10 feminicidios es contra niñas y adolescentes menores a los 17 años. Aunado a lo anterior, según una nota de EL PAÍS, 90% de los casos resultan impunes.
¡En México nos están matando!
Y nadie lo quiere aceptar, en México nos matan y no se enteran ni porque algunos monumentos, cuadros y lugares públicos han sido dañados en las últimas manifestaciones feministas. De hecho, según el SESNSP, de enero a junio de este año, hubo 489 feminicidios, lo que representa un incremento de 9.2% respecto al año pasado. Por ello es que este gobierno ha sido criticado, pues pareciera que no pone la atención necesaria ante está situación. Lo único que hace el presidente de la república, es poner cara de angustia y decir que es un derecho manifestarse pero que no está de acuerdo con lo que hicieron recientemente con el cuadro de Francisco I. Madero.
[Te puede interesar ‘La pésima cultura vial en México y sus consecuencias‘]
El presidente también argumentó que ese cuadro merece respeto, ya que al personaje que se encuentra ahí, se le conoce como “el apóstol de la democracia”. Dijo que quien afecta la imagen de Madero, no conoce la historia o es un conservador, o sea un pro porfirista. Y cada vez que ocurren manifestaciones similares, argumenta que entiende el dolor por el que pasan las personas, pero que ojalá se manifiesten de otra manera. Tal vez a lo que se refiere es, dañar “la historia” y los recintos Mexicanos con plantones en Reforma como él lo hizo en su momento.
Y por supuesto, que es difícil hacer conciencia de esta situación ante la población en general, si el presidente lo desaprueba con fervor. Han existido otro tipo de manifestaciones, sin violencia, donde las mujeres no somos escuchadas y no se hace tendencia la razón del movimiento. Un ejemplo reciente es el paro nacional que ocurrió en Marzo de este año, donde principalmente se argumentó en contra, diciendo que las mujeres tomamos un puente largo y que somos unas flojas. Incluso existieron trabajos donde se les descontaría a su sueldo, a las mujeres que decidieran no asistir. Pero si se tratará de denunciar acoso, no se resuelve nada, porque generalmente los acosadores son amigos del jefe.
Lo cierto es que las manifestaciones “con o sin violencia” han sido de mucha ayuda para la mujer y la humanidad en general, en cuanto a la justicia se refiere. En 1917, las sufragistas se manifestaron en EU para tener derecho al voto, 200 de ellas resultaron detenidas. En 1963 hubo una marcha en Washington para abogar por los derechos de los ciudadanos afrodescendientes en EU, logrando principalmente la prohibición de la segregación racial. En el 2003, mujeres en Liberia atrancaron las puertas del palacio presidencial de Accra, logrando después, la paz en Liberia. ¿Y qué tal la última movilización por los derechos de afroamericanos en EU?, ¿a quién no le afligió el asesinato de George Floyd?
Existen otros datos importantes arrojados por La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH). Donde, de las mujeres mayores a 15 años, en México, el 34% han sufrido de agresión física, 49% de agresión emocional, 29% económica y 41.3% sexual. Pero ni estos, ni los graves datos de feminicidios al día, son suficientes para buscar justicia a las cientos de mujeres que expresamos alguna forma de abuso. Al contrario, siempre se trata de justificar que la mujer tiene la culpa, como si no tuviéramos la libertad de vivir a la hora que queramos, con la ropa que nos gusta y con las parejas que nos hacen felices. Ni siquiera se culpa al agresor, cuando por ejemplo, la víctima se encontraba en la escuela, siempre se argumenta que la mujer fue la que lo provocó.
En resumen, se tiene una evidente violencia hacia la mujer en México. ¿Quién no ha compartido o visto una foto de “se busca” en Facebook o alguna red social? ¿Quién no ha escuchado a una mujer quejarse de acoso en menor o mayor grado? ¿Quién no ha conocido alguna mujer cuyas fotos íntimas fueron expuestas? ¿Quién ha argumentado que el agresor es el culpable y NO la mujer que decidió confiar en un agresor?
En un país machista y sin acceso a la justicia, donde no se le quiere dar atención a temas tan graves como el exceso de violencia que se vive. Se dan casos de manifestaciones con pintas que afectan al presidente, casos de justicia por mano propia, como una golpiza a un ladrón de una combi y por supuesto casos de una rifa de un avión presidencial.
-
Ilustración portada: Camila de la Fuente