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Un conflicto olvidado: la situación en Yemen lejos de solucionarse se intensifica más.

La República de Yemen surgió en 1990, cuando las otrora República Árabe del Norte (RAN, llamada coloquialmente Yemen del Norte) y República Democrática de Yemen (la RDY, también conocida como Yemen del Sur), pusieron fin a una serie de conflictos datados de 1962. Empero, desde su conformación el país se ha visto envuelto en una escalada de conflictos y violencia.

Al unirse dos países con cosmovisiones, necesidades y potencialidades diferentes, la tensión era inminente. Esto dio paso a la guerra civil de 1994, de la cual el antes territorio de la RAN salió victorioso. Sin embargo, el sentimiento de derrota en la zona de la RDY, aunado a la preservación en el poder de un partido único (el Congreso General del Pueblo), así como las transiciones democráticas en Asia Sudoccidental, promovieron una serie de manifestaciones en contra del régimen de Ali Abdullah Saleh, el cual se había mantenido en el poder desde la conformación de la República de Yemen (sin olvidar su mandato ininterrumpido en Yemen del Norte, dando un total de 33 años de administración).

Fuente: amnesty.org

Lejos de alcanzar paz y estabilidad tras la salida de Saleh, Yemen ha continuado una guerra entre las viejas facciones, además de verse afectada por la piratería internacional en el Golfo de Adén, sin olvidar que el grupo terrorista Al-Qaeda ha establecido bases de operaciones en el territorio de Yemen del Sur. A pesar de la intervención de potencias, tanto regionales como extranjeras, la situación en Yemen lejos de solucionarse se intensifica más.


Yemen y Al-Qaeda

El terrorismo siempre ha estado presente en la república de Yemen, aunque solo captó la atención de los medios internacionales cuando  una facción yemení de Al-Qaeda se fusionó con un grupo saudí análogo. Al llegar una zona empobrecida y devastada por una guerra civil, sin la existencia de un gobierno central visible, este grupo terrorista no encontró obstáculo para asentarse en la zona. Incluso, la escalada de violencia ha llegado a tal punto, que existen dentro del territorio simpatizantes con ideologías más radicales.

La respuesta de los aliados de Yemen (justificándose en el temor de que el país se convierta en un país pirata y terrorista, pues su geografía montañosa brinda un escondite perfecto para los delincuentes), ha sido  utilizar bombardeos aéreos para acabar con la ocupación de Al-Qaeda en las ciudades del sur del país. Sin embargo, este tipo de maniobras lejos de solucionar el problema, lo intensifican.

Fuente: telesurtv.net

Los grupos terroristas se organizan a manera de red: si un líder muere, los extremos más cercanos al centro de poder lucharan para ocupar dicho vacío. De esta manera, aunque se deshagan de los líderes terroristas, como el caso de Sadam Hussein, no se acabara el terrorismo internacional. Lo que se logra con este tipo de bombardeos, es atraer simpatizantes a la causa, pues Al-Qaeda puede justificar sus acciones en Yemen como la manera de terminar con el intervencionismo y ataques imperialistas Occidentales.

Por su parte, la sociedad internacional considera prioritario el evitar que el país caiga en manos del terrorismo internacional por su importancia geopolítica y geoestratégica. Yemen colinda con el mar Arábigo, el Golfo de Adén y el mar Rojo, amén de compartir fronteras con Omán y Arabia Saudí—Estado al que se acusa de avivar el conflicto al suministrar armas—. Mientras su toma podría significar el congelamiento del tráfico marítimo en esa región del mundo, Arabia Saudí y Omán temen tener un vecino problemático, en donde la población civil se verá forzada a migrar a estos territorios para preservar la vida.


Yemen y la piratería

Ha sido ampliamente documentada la cuestión de la piratería somalí en el Golfo de Adén. Esta situación es un problema a nivel internacional, especialmente por ser un paso obligado para las exportaciones petroleras del Mundo Árabe. En primer lugar es necesario hacer una aclaración conceptual: la piratería no es terrorismo. La primera actividad tiene como móvil un fin económico, mientras el principal enemigo de la agenda de seguridad de nuestro siglo busca crear terror en la población con fines políticos.

Fuente: ivanadas.wordpress.com

A pesar de que la piratería es vista como un problema originado por y desde Somalia, lo cierto es que Yemen no sólo sufre los efectos de esta, sino es promotora de la misma. Los piratas obtienen sus armas ya sea en su capital o en Yemen, sin olvidar que este país no estuvo en desacuerdo con la Operación Atalanta de la Unión Europea, cuya finalidad era proporcionar protección armada a los barcos que entregan ayuda alimentaria a los civiles somalíes, por considerarla como un intento de internacionalizar el Mar Rojo, en detrimento de los intereses de los países ribereños.

Entonces, el escenario es complejo, Yemen al ser un país inestable inmerso en una guerra civil, presenta un serio tráfico de armas pequeñas y ligeras, las cuales en la situación de violencia imperantes pueden terminar en manos de los piratas ya sea por el caos del momento o porque alguna de las facciones decida conseguir recursos con la venta de armamento.


Yemen ¿un Estado fallido?

En primer lugar, tenemos una población extremadamente heterogénea: en la parte norte existen diversos asentamientos tribales. Dicha diversidad, aunada a la unificación entre los dos Yemen en 1990, los cuales tenían modos de organización política, ideológica y económica diferentes, han hecho de la actual República de Yemen un Estado pero no una nación. Los pobladores de este territorio no tienen ni una historia común, en más de una ocasión la RAN y la RNY fuero enemigas y no poseen elementos en común con los que identificarse.

Es así como en segundo punto encontramos el auge de activistas, tanto locales como extranjeros que buscan estabilizar la situación en el país. No obstante, su estrategia no ha dado resultados. La aparente irrelevancia de las instituciones formales ha ocasionado una ola de activismo en el país. Incluso así, la situación no ha mejorado pues no existe coordinación entre los activistas con las instituciones y actores gubernamentales.

Complicando aún más el escenario tenemos el factor de la migración. A pesar de ser el país más pobre del Mundo Árabe, al haber firmado la Convención de 1951 sobre refugiados, es el principal destino de los migrantes africanos: desde los que huyen de la inseguridad alimentaria en el Cuerno de África, hasta etíopes buscando preservar la vida. A pesar de ello, es cuestionable si en la situación actual el gobierno de Yemen es capaz de cubrir las necesidades básicas de los migrantes, así como garantizar su supervivencia. En contraste, se puede afirmar que en un país donde la infraestructura básica se encuentra en ruinas, un flujo continuo de migrantes no sólo pone en riesgo la estabilidad (o aumenta la inestabilidad) en la zona, sino que los mismos migrantes se ponen en peligro de ser incorporados por la fuerza a Al-Qaeda.

Es así como en un Estado la población no cuenta con elementos de identidad comunes, donde se desarrolla una guerra civil que parece no tener fin, y donde la fragilidad de las instituciones gubernamentales imposibilita la creación de un proyecto nacional, sumado al terrorismo y la piratería internacional, sin olvidar su incapacidad para cubrir las necesidades básicas de sus habitantes, se puede considerar como fallido. Y para los observadores internacionales, este parece ser el caso de la República de Yemen.


Yemen y lo que no es noticia

Existe otra cara del asunto, a la cual los medios de comunicación no le han dedicado tiempo y es el costo humano en este conflicto. De acuerdo con el Informe Sobre Desarrollo Humano 2019: Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: Desigualdades en el siglo XXI, Yemen ocupa el puesto 177 de los 189 países listados, es decir tiene un desarrollo humano bajo, siendo el país con peor calidad de vida del Mundo Árabe.

Además, para el año pasado Naciones Unidas calculaba en  223, 000 los muertos por el conflicto y 140, 000 habrían sido niños menores de cinco años. Eso sin olvidar que de acuerdo con Amnistía Internacional todas las facciones guerrilleras violan los derechos humanos de los yemeníes y que en febrero pasado un bombardeo en la zona mató a 31 individuos.

Fuente: nacion.com

A lo anterior se suma la destrucción de infraestructura básica, la crisis migratoria, y la dificultad para crear la paz duradera en este Estado. Curiosamente, a diferencia de los temas abordados en las secciones anteriores, los medios de comunicación de este lado del mundo se han olvidado de publicar sobre la crisis humanitaria en Yemen, haciendo que prácticamente se convierta en un conflicto olvidado.

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