Fue en 2016 cuando salió al aire a través del canal de televisión restringida Sony Chanel la versión mexicana de Shark Tank y desde sus primeras emisiones logró captar la atención de un buen número de personas, pues más allá de ser una charla de inversiones, en sus sillas se han sentado personajes un tanto peculiares.
El concepto general
La idea general del programa consiste en que emprendedores de negocios o empresarios con cierta consolidación en su rubro presenten sus proyectos a un grupo de cinco inversionistas llamados “tiburones”, quienes han logrado éxito en el mundo empresarial y que cuentan con los conocimientos y sobre todo con el dinero para apoyarlos.
Sin embargo, las cosas no siempre resultan positivas, pues, para quienes se presentan no hay nada peor que escuchar de viva voz de todos los sharks la frase “estoy fuera”. Lo cual ocurre porque el producto no es atractivo, porque las cifras presentadas no les cuadran o porque ese colmillo que tienen para los negocios les hace ver que quienes están frente a ellos sólo toman de pretexto el programa para hacerse publicidad.
A lo largo de siete temporadas, han pasado negocios de todo tipo, gran parte de ellos han logrado su cometido: casar a un tiburón.
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Los tiburones, más allá de empresarios verdaderos personajes de un show de televisión
Si bien, el canal no tiene una gran difusión en nuestro país y el programa en general no es algo que a toda la gente le pueda gustar, un elemento que lo ha vuelto dinámico es que los tiburones que se han sentado en las sillas son personalidades que saben manejar el lenguaje de la televisión.
Si el programa tuviera inversionistas serios, de esos de traje y corbata que se clavan en la frialdad de los números, seguramente no habría dado para más de una temporada, pues, sobre todo a los mexicanos nos gusta ver cosas entretenidas.
Imagínense, ver un programa donde sólo se habla de números, ingresos, pérdidas y proyecciones financieras, sería tan aburrido como ver los infomerciales de CV Directo a las 3 de la mañana.
Por ello, uno de los puntos fuertes del show son sus protagonistas. Personas que quizá antes de participar en el programa eran ligeramente (o casi nada) conocidos, pero que al estar en televisión han tenido la oportunidad de mostrar una cara que jamás imaginamos que tendrían.
Empecemos por Arturo Elías Ayub, que más allá de ser el yerno de Carlos Slim, es un hombre sabe de negocios y que durante su estancia en el programa mostró una personalidad amena, siendo para mí gusto el protagonista principal.
Rodrigo Herrera, importante farmacéutico que con su odio hacía las cosas azucaradas así como a todo aquello que desde su óptica perjudique a la salud fungió como un personaje antagónico, esto entendido porque cuando el resto estaba de acuerdo con algo, él siempre salía con sus comentarios pro salud.
Carlos Bremer, mejor conocido como “el tío Charly”, como buen regiomontano no dudaba a la hora de hacer comentarios mordaces que iban desde ligeras burlas hasta reacias negativas cuando no estaba interesado en invertir, a diferencia de Rodrigo Herrera, todo lo que fuera comida él lo aceptaba gustoso.
Ana Victoria García, aunque tuvo una participación breve, se le recuerda porque siempre le parecían increíbles los proyectos, pero al final, era de las que decía que todo estaba bien y que podría ser un gran negocio, sin embargo estaba fuera del proyecto.
Durante las primeras tres temporadas se contó con la presencia del hoy fallecido Jorge Vergara, quien era entre otras cosas, dueño de las Chivas del Guadalajara y que fue reconocido por su peculiar moda de no usar calcetines. A pesar de ser más serio que el resto, le inyectó su sello personal al programa. Para la séptima temporada sería su hijo Amaury quien tomara la silla que dejó vacante.
Patricia Armendáriz (actualmente diputada y defensora recalcitrante de la 4T) se unió al equipo en la segunda temporada y adaptó la postura de una mujer difícil de convencer, no se dejaba apantallar fácilmente y era decidida a decir no cuando un proyecto no le parecía.
Un personaje que se integró en la tercera temporada y que es el único que se mantiene vigente es Marcus Dantus, un experto en startups que llegó con una actitud de buena onda. Durante el tiempo que compartió “el tanque” con Carlos Bremer fue víctima del humor de este, quien aprovechaba cualquier oportunidad para hacer chistes relacionados con su nombre, por ejemplo: “Marcus Tacus”, “Marcus Chismosus”, “Marcus Exactus”, “Marcus Aguacatus”, etc.
A pesar de que para la temporada número 7 dejaron el programa Arturo y Rodrigo quienes fueron piezas clave, nuevos rostros le han dado cierta frescura como Marisa Lazo, fundadora de negocios de repostería y que viene a tomar ese papel de alma buena del grupo, pues a pesar de que no le entra a todos los proyectos, casi siempre ve puras cosas buenas. Y también de recién integración aparecen Alejandra Ríos y Braulio Arsuaga, quienes vienen a ser el papel de los empresarios con una onda medio hípster.
Otro caso nuevo es el del hotelero Ernesto Coppel, quien además de tener frases para la mayoría de los casos, busca posicionarse como el tiburón principal, haciendo gala de una personalidad que oscila entre lo carismático y lo exagerado.
De esta forma, tenemos un elenco bien equilibrado, donde hay buenos y malos, simpáticos y serios, protagonistas o discretos, pero que al final, es una fórmula que le ha gustado a un público que muy posiblemente sea diferente al que consume televisión abierta o que tiene cierto interés en materia de negocios. Pero sobre todo, Shark Tank México ha logrado durante 7 años tener un reparto que ya quisiera cualquier productor de telenovelas y que de ser una historia de ficción, el tema de entrada sería cantado por Emmanuel (quién participó como tiburón invitado en la cuarta temporada).