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Rituales sanguinarios que dieron origen al pan de muerto

Esperamos ansiosos el fin de año. Finales de octubre y principios de noviembre son nuestros días favoritos. Comienza el frío, sacamos los suéteres más bonitos del guardarropa, colocamos la ofrenda para Día de Muertos, salimos a pedir dulces en Halloween y, por supuesto, comemos mucho pan de muerto.

A veces no tenemos que esperar tanto, pues en algunos negocios comienzan a hacer este pan desde agosto o septiembre. Es claro que nosotros no nos negamos, pues lo disfrutamos cuando sea. Sin embargo, comerlo en estas fechas es tradición de todo un país.

La combinación, a simple vista sencilla, de pan y azúcar tiene magia adentro. El sabor dulce y suave de este manjar de dioses (literalmente) nos ha hecho sonreír más de una vez, pues contiene una historia que muchos no conocen. Por eso, acá te contamos de dónde proviene nuestro pan favorito.

Rituales prehispánicos

Antes de la Conquista española, los pobladores del México antiguo realizaban sacrificios humanos para agradecer a sus dioses.

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Uno de esos rituales consistía en sacrificar a una princesa; le sacaban el corazón y mientras este seguía latiendo, se introducía a una olla llena de amaranto. Al final, quien encabezaba el rito tenía que morderlo.

Llegada de españoles

Quienes llegaron a conquistar el país pensaron que ese ritual era demasiado violento, así que impusieron un cambio. Realizaron un pan de trigo que simularía ser el corazón, el cual era cubierto con granos de azúcar teñidos de rojo para simbolizar la sangre.

En el libro ‘Azucarados Afanes, Dulces y Panes’, escrito por José Luis Curiel Monteagudo, se puede leer una descripción casi exacta de lo que es la muerte en México, además de cómo la celebramos:

«Comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar. El fenómeno se asimila con respeto e ironía, se desafía a la muerte, se burlan de ella comiéndola».

Otra historia sobre el origen del pan de muerto se remonta a Mesoamérica, ya que los habitantes enterraban a sus muertos junto a un pan de amaranto mezclado con sangre. Sea cual sea el verdadero origen (si es que lo hay, desde ese momento nació el pan de muerto, aunque, con el paso del tiempo, se han ido modificando recetas y apariencias.

Fotografía: Líderes mexicanos

Panes especiales

No sólo existe el pan de muerto que los capitalinos conocen, el que tiene la bolita en medio que está rodeada por panes alargados más pequeños, sino que hay de muchas formas diferentes.

Por ejemplo, en Tepoztlán, Mixquic, Iguala y Teloloapan existen panes de muerto antropomorfos, que representan la figura humana; zoomorfos, que representan animales. En Oaxaca se encuentran panes de muerto con formas de flores y corazones.

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