El pasado domingo 16 de octubre inició transmisiones la cuarta temporada de ¿Quién es la máscara?, un formato que a pesar de que en términos generales es repetitivo, tiene un ingrediente que lo hace destacar y es que es de las producciones mejor elaboradas y más cuidadas de la actualidad.
Un show donde el misterio es el protagonista
Si bien, la idea no es original de Televisa, puesto que este programa de televisión es la adaptación de un formato surcoreano conocido como King of mask singer, mismo que salió al aire en el 2015 y a partir de ahí, muchos países han realizado sus propias versiones y la idea central es que celebridades de diversos ámbitos canten escondidos detrás de una máscara para que un panel de investigadores y el público mismo descubra su identidad mediante pistas.
En el caso de México, la primera temporada llegó el 2019 y a partir de ahí se ha venido haciendo una temporada por año. Es verdad que se puede considerar que después de 4 años, la fórmula ya no tiene nada que ofrecer, sin embargo, el rating no miente y a la gente le sigue llamando la atención.
Desde su primera emisión, toda la producción de dicho reality se ha caracterizado por algo: mantener el misterio lo más posible, pues los propios protagonistas han declarado que deben mantener el secreto lo mejor guardado posible, llegando al extremo de que al llegar a las instalaciones de Televisa San Ángel donde se graba el programa son cubiertos de pies a cabeza y no tiene permitido hablar con casi nadie, perpetuando con ello el secreto de su identidad.
[Te podría interesar: ‘1 Vicente, 2 caras de la moneda‘]
En el transcurso de las temporadas, el equipo de investigadores ha estado conformado por Carlos Rivera, Yuri (ellos han estado en todas las ediciones), Adrián Uribe, Consuelo Duval, Juanpa Zurita, Mónica Huarte y recientemente se integró al grupo Galilea Montijo. La conducción por su parte, ha corrido a cargo de Omar Chaparro y Adrián Uribe como presentadores principales y en backstage Natalia Téllez, Alan Estrada y Marisol González.
Respecto al talento, por esta competencia de canto sui generis han desfilado desde destacados cantantes como Kalimba, María León, Rocío Banquells, Dulce, María del Sol, Erik Rubín, deportistas como Rommel Pacheco, Ricardo “el finito” López, Paola Espinoza, comediantes consagrados como Alejandro Suárez, influencers como Nath Campos, Kunno y El escorpión dorado, con lo cual podemos ver que cubren todas las edades y perfiles.
Un programa que se distingue por su producción
Como ya mencioné, la temática podría parecer muy irrelevante, cada semana los famosos enmascarados cantan y uno tras otro van perdiendo hasta tener a un ganador, sin embargo, hay algo que vale la pena destacar y es el nivel de producción, pues comparando las versiones que se han realizado en todo el mundo, la de México le gana por mucho a otras, tanto que en 2021 fue nominado a los Emmy.
Empezando por los disfraces, los cuales en su mayoría no son simples máscaras, ya que van más allá, siendo botargas con una elaboración muy cuidada, lo cual para televisión es bastante llamativo, pero para quienes están dentro de ellas, representa un verdadero reto, pues cantar y bailar por espacio de minuto y medio dentro de la botarga y luego interactuar con el conductor y los investigadores por otro tiempo similar, representa un desgaste físico para cualquiera.
Entendamos que este programa busca ser la opción de entretenimiento para muchas familias el domingo por la noche. Habrá quien diga que hay otras opciones, pero como lo he dicho en otros artículos, no debemos olvidar que la televisión abierta a pesar del boom de las plataformas, sigue siendo el medio de entretenimiento principal de muchas personas en nuestro país, por ello, creo importante destacar el nivel de producción de este proyecto, pues se nota que hay una inversión importante, basta con ver que muchos de los disfraces (que seguramente cuesta una buena cantidad de dinero y de tiempo hacerlos) son usados solamente una vez.
En cuanto a que es un producto de televisión, retoma la esencia de los programas de antaño, ya que al ser de corte familiar, hace desde los más pequeños hasta los mayores interactúen intuyendo o pensando que tal celebridad puede estar escondida detrás de cierta máscara, y esto como ya lo dije, también es parte del alto rating que cada temporada ha registrado.
Sí, es un formato repetitivo, pero a diferencia de lo que hace TV Azteca, no satura la pantalla teniendo el reality en transmisión casi por un año sin descanso como pasa conExatlón. Pues, a mi punto de vista, los realities que mejor funcionan son los dominicales por todo lo que ya dije anteriormente, así que ¿Quién es la máscara?, es un formato que habla por sí mismo al darle resultados positivos a Televisa y que temporada tras temporada ha mostrado que cuando las cosas se hacen bien, dan buenos frutos, por ello, quizá haya un rato más de escuchar la frase ¡fuera máscara!