Aunque es ampliamente conocido el personaje de ficción creado por Bram Stroker, pocos saben del personaje histórico que inspiró al mítico vampiro llamado Drácula.
Vlad II (1397 – 1447) gobernó el principado de Valaquia con fuerte mano católica, y lo hizo en un momento crucial; la religión musulmana, de la mano del imperio turco, comenzaba a conquistar kilómetros con velocidad, por ello ante la presión del reinado de Hungría, más amplio e igualmente católico, y su obligación como miembro de la Orden del Dragón (formada como orden defensora del catolicismo), dio inicio a la guerra contra el expansionismo turco. Aquí comienza el apodo de Vlad Dracúl, que quería decir dragón, esto por ser el líder de la orden.
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Entre sus hijos nació el padre de la guerra psicológica, Vlad Tepes (1431-1476), que tomó el principado de Valaquia y continuó la travesía de su padre contra los turcos; sin embargo, él fue aún más allá al dar el toque sanguinario pues los vencidos en la batalla eran empalados para morir en agonía, empaló a tantos que el bosque en el que dejaba a sus víctimas se llegó a denominar el bosque de los empalados.
Al ser el hijo de Vlad Dracúl, Vlad Tepes, apodado «El empalador», también era llamado Draculi, es decir, el hijo del dragón.