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Pulquerías para echarte un buen pulque, bebida tradicional, mística y religiosa

¡Las “pulcatas” de la Ciudad de México!

No son pubs, ni bares a la british manner, ni tampoco cantinas con sincretismos españoles y mexicanos, ni mucho menos karaokes o salones de baile al estilo California Dancing Club, son establecimientos con la difícil tarea de rescatar el ambiente, la permanencia y la cultura alrededor del más preciado regalo de Mayahuel: las pulquerías.

Las pulquerías han prevalecido pese a la gran transculturación de establecimientos que ofrecen sus servicios en la venta de bebidas embriagantes. Se han mantenido fieles a sus tradiciones y costumbres, aun cuando han sido objeto de leyes y mecanismos para controlar su permanencia, como aquella dictaminada en el Distrito Federal en 1915 por el entonces Presidente Álvaro Obregón, que evitó su venta y entrada a la Ciudad con la justificación de evitar tumultos y zafarranchos de sus tropas. Un dato curioso de los anterior fue que solamente evitó la entrada del pulque, no así de otras bebidas como la cerveza, que poco a poco fueron ganando terreno.

Asimismo, han sobrevivido a campañas de desprestigio y clasismo desde la Colonia hasta nuestros días. Las pulquerías han sido marcadas como lugares en donde las clases sociales más bajas (obreros, campesinos, proletarios) se reunían a embriagarse y perder las buenas conciencias.

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Descubrimiento del pulque por los Toltecas. Museo Nacional de Arte

Tradiciones, costumbres, olores y una gran variedad de oferta del elixir de los Dioses prehispánicos

Las campañas emitidas por la industria cervecera fue otro de los tantos pormenores que la industria del pulque tuvo que enfrentar. Entre sus justificaciones estaban la higiene y la salud, inclusive ha tenido alcance hasta nuestros días, en los que algunas personas creen que el pulque se fermenta con excremento de animal o humano.
A todo lo anterior, las pulcatas de la ciudad han demostrado que tienen la ventaja de convertirse en los nuevos lugares de reunión entre jóvenes y que como producto principal tienen una bebida tradicional, mística y religiosa, una joyita de la corona.

Un curadito de piñon

La Paloma Azul es una de las pulquerías de mayor tradición en la Ciudad de México . La última sobreviviente en las inmediaciones de la colonia Portales, en el cruce de Eje Central Lázaro Cárdenas y el eje 8 Popocateptl es, sin duda, uno de los lugares para visitar y deleitarse con su variedad de curaditos.

Entre baños pintarrajeados, un mural detrás de su barra (que plasma la elaboración del pulque de hombres y mujeres) y el resguardo de la Diosa Mayahuel en la entrada de una de sus puertas, La Palomita Azul es un lugar de mucho ambiente, buen rock and roll y muy buenos pulques.

Uno de los momentos que causa mayor expectativa en el lugar es su salsa molcajeteada o guacamole. Los encargados del lugar brindan los elementos necesarios para hacerse de un buen taco que amarre los curaditos de piñon, fresa, apio, avena, nuez o el siempre bueno y confiable de ajo.

¡Écheme otro litro mi Pifas!

Cerca de la estación del metro Niños Héroes, en la mera colonia Doctores, se encuentra una de las pulquerías con más tiempo en servicio de la Ciudad, La hija de los Apaches. Aunque ha cambiado de sede, esta pulquería lleva más de 70 años ofreciendo una gran variedad de curaditos. Su encargado y dueño del lugar, Epifanio Leyva “El Pifas”, brinda los mejores pulques de piñón y las mezcla especiales de la casa que puedes probar ciertos días de la semana.
Hasta hace algunos años, La Hija de los Apaches era el punto de reunión para exboxeadores muchos de ellos amigos del Pifas. Actualmente, abre su espacio para bandas de música con proyectos alternativos y frescos que quieran brindar su chamba. Algunos días de la semana tocan salsa en vivo y otros días le toca al rock.
La Hija de los Apaches es otra de las pulcatas que se llena de anécdotas, buenos pulques y muy buen baile en la ciudad.

Un pulquito fifi

Cerca de la glorieta de Insurgentes se encuentra un nuevo concepto de pulquerías emergentes, La Pulquería de Insurgentes. Este establecimiento adaptado en una vieja casona de la avenida ofrece una variedad de curaditos, comida como hamburguesas, papas, entre otros y cerveza.

Cuenta con dos pisos y una terraza- roof en donde los clientes pueden pasar una buena tarde de tertulia. Su planta baja generalmente se llena de público más joven y a medida que vas subiendo, pareciera que la edad de sus asistentes también. La música es diferente en cada uno de sus pisos y ya en la terraza, las selecciones musicales permiten que los amantes del pulque charlen y pasen una tarde amena.

En recientes fechas, se realizó una pintura urbana en su fachada, se le quitaron sus aromas a pulcata y se abrieron espacios para Dj´s, bandas de rock, ska y proyectos alternativos que amenizan el lugar.

Es un nuevo concepto de pulquerías que ofrecen un ambiente más juvenil, más fresco y más ad hoc a las demandas de esparcimiento de las nuevas generaciones.

Sin embargo, no pierde de vista su esencia y objetivo de rescatar e incorporar esta deliciosa bebida que la hacen un buen lugar para vivirlo.

Las pulcatas son parte fundamental para la diversidad y colorido de la ciudad de México. Son lugares llenos de tradición, cultura e idiosincrasia de nuestra sociedad, sin mencionar el gran trabajo artesanal que integra la elaboración del pulque. Son elementos esenciales del folklore mexicano que le dan un sabroso atractivo a los ojos del mundo.

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