A lo largo su historia China ha contado con dos grandes murallas, ambas hechas para proteger al país asiático de invasiones extranjeras. Una es la Gran Muralla, la que está hecha de ladrillos y se extiende por cientos y cientos de kilómetros a través de montañas y valles. La otra, es la que se conoce en inglés como The Great Firewall of China (Traducido como el Gran Cortafuegos de China). Una muralla que no existe físicamente, pero ha protegido igual de bien a China del exterior como la primera.
La Great Firewall se creó en 2003 por el actual gobierno “comunista” chino. Con el propósito de vigilar, controlar, censurar y prohibir el uso del internet en todo el país. Aunque en palabras del gobierno, se hizo para “proteger la integridad y la seguridad del pueblo chino y del partido de la malinformación proveniente de occidente”.
Crecimiento moderno.
Ante esto, China se vio aislada de los grandes avances del internet, así como de muchos sitios emergentes en aquel tiempo como Facebook, Twitter, Wikipedia y Google. En cambio, el gobierno junto con otros empresarios del país que formaron parte del nuevo “socialismo de mercado” (alias capitalismo disfrazado de socialismo), lanzaron plataformas y sitios web regulados y controlados para el uso de la población china como únicos medios.
El proyecto representó un golpe duro para muchas empresas y sitios web de Estados Unidos y Europa. Siendo China el país más poblado del mundo con actualmente más de 1,300 millones de habitantes. El no poder operar en el país representa la pérdida de un montón de potenciales usuarios que representan montones de ingresos extra.
Con el paso del tiempo, las empresas e industrias de tecnología fueron creciendo y la necesidad de generar mayor capital rompe las barreras ideológicas. Empresas como Apple y Microsoft pudieron extenderse al gigante asiático, tanto para vender productos como para instalar fábricas de mano barata. Mientras que China logró de igual manera expandirse con empresas como Huawei, DiDi y Xiaomi.
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Google y China
Sin embargo, la Great Firewall sigue en pie hasta la fecha, y una de las empresas que ha querido romperla es Google. Siendo la única joya restante para coronarse como el sitio web más usado en todos los países del mundo, la empresa ha prestado mucho interés en entrar al país. Tras varios intentos y polémicas entre ambas partes, China decidió darle una oportunidad de posible entrada a Google hace unos años, con algunas condiciones y peticiones a cambio claro.
El ‘Proyecto Dragonfly’ fue la petición hecha por China hacia Google a cambio de su mercado en 2018. El concepto era bastante simple. Consistía en lanzar una versión de Google en el internet chino, casi idéntica a la normal pero con mínimos cambios propuestos por el partido comunista chino. La versión china del navegador bloquearía ciertas búsquedas y resultados que pudieran resultar ser perjudiciales para el partido y el gobierno, y que pudieran dañar su imagen o crear desorden en la población. Google aceptó la propuesta, y en secreto, se puso a trabajar en el proyecto solo con cierto número de empleados asignados.
En China no todos son chinos
Un país con 9.6 millones de kilómetros cuadrados de territorio y 1,386 millones de habitantes difícilmente se compone de un solo grupo. China está conformada por varias etnias y minorías diferentes a la China mandarín. Muchas de estas etnias han representado un problema para la estabilidad y el control total del partido, con rebeliones y movimientos independentistas que han sido suprimidos en silencio por el gobierno y el ejército.
Uno de estos grupos étnicos son los uigures, un pueblo que vive en la vasta e inhóspita región noroeste de China, en medio de un gran desierto. Los uigures son descendientes de los turcos y son fieles seguidores de Alá y toda la religión islámica. La gran mayoría de los uigures no hablan ninguna rama de chino y tienen una cultura muy diferente al resto de la población. Esto ha provocado que desde hace mucho tiempo la etnia uigur haya buscado su independencia mediante formas pacíficas, y otras no tan pacíficas a lo largo del tiempo.
Reeducación
Al gobierno chino no le gustan los rebeldes de ningún tipo. Lo demostró en el Tíbet, lo demostró en la plaza de Tiananmen y lo demostró en Hong Kong. Los uigures entraron a esta lista hace unos pocos años de una manera diferente. Con el motivo de preservar la paz y estabilidad china, y evitar conductas extremistas y terroristas, el gobierno se ha dado a la tarea de “reeducar” al pueblo Uigur para “asimilarlo” en la cultura del país, les guste a estos o no.
Esta reeducación consiste en encarcelar a más de un millón de uigures en “centros de detención” para volverlos un ciudadano chino promedio y modelo. Dentro de enormes campamentos muy similares a la forma de una prisión a los uigures se les enseña a seguir modelos de la cultura china, así como el idioma chino. Se les prohíbe taparse la cabeza, dejarse la barba, o manifestar cualquier acto de fe musulmana. Se les promueve a dejar de tener hijos, y se les obliga a realizar trabajos forzados en fábricas manufactureras.
Varios de estos actos empezaron a saberse fuera de China en los últimos años, pero el gobierno se ha encargado de encubrir todo lo posible cualquier información sobre los centros de detención o sobre los uigures en general. Es aquí donde entraba el papel de Google y la censura del Project Dragonfly. El nuevo google chino se encargaría de bloquear toda esta información para que nadie pudiera saber en todo el país, y si fuera posible, también en el resto del mundo. Cualquier búsqueda sobre la desaparición de la cultura uigur se bloquearía por completo del buscador.
El proyecto fue desarrollado durante varios meses en secreto por algunos miembros de Google hasta que se filtró la existencia de este a varios empleados no relacionados de la empresa. Esto provocó fuertes críticas y protestas por estos mismos empleados, y por montones de medios de comunicación en Estados Unidos y el mundo. Poco después, el CEO de Google, Sindhar Pichai, admitió públicamente la existencia del proyecto Dragonfly. Y en 2019, éste cesó operaciones y se dejó en el olvido. Con esto, Google tuvo que olvidarse de China y su mercado de usuarios, al menos por el momento, y hasta la fecha no se ha sabido de nuevos acercamientos o acuerdos.
Actualidad.
Lo cierto es que aunque el Proyecto Dragonfly ya no sea una realidad, los campos de re educación y asimilación, y el lento genocidio que lleva acabo China con sus minorías sigue siendo muy real. Montones de uigures han sido desplazados de sus hogares para que estos sean ocupados por población de etnia china. Han sido encerrados durante meses contra su voluntad para perder su cultura. Así como recientemente, muchos han sido «liberados» para hacer trabajos casi forzados en fábricas de producción masiva, con lo cual, muchas otras empresas extranjeras como Nike, BMW y Apple, se han vuelto también cómplices de lo que puede ser uno de los mayores genocidios culturales de la historia.
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Foto portada: fuente / cincodias.elpais.com