Tiempos difíciles
Tiempos difíciles nos han da la oportunidad de búsqueda, adaptación y descubrimiento de herramientas que nos han acercado al consumo cultural, misma que se nos ha negado a partir de la propagación del SARS-COVID 2; teatros, salas de cines y de concierto, museos, librerías, bibliotecas, centros culturales, por mencionar algunos de los espacios más recurridos que nos brindaban este tipo de contenido.
Siendo los mecanismos virtuales los más eficientes para adquirir conocimiento, información o caso cualquier cosa que se requiera; diarios digitales, programas en línea, cápsulas que se han preparado específicamente para ayudar a los mexicanos a salir del tedio, recorridos virtuales para conocer algún sitio, museo, o lugar de interés, conciertos y conferencias en vivo e inmensidad de revistas y sitios en internet de temas varios que se han dado a la tarea de difundir sus contenidos.
[Te puede interesar ‘A 9 años del fallecimiento de Leonora Carrington, una seductora de pasión onírica‘]
¿Tenemos de dónde elegir, no? Ahora imagina que todas estas opciones dejaran de existir y sólo se contara con publicaciones periódicas y radio, ¿ventaja o desventaja? ¿qué información merecería tu credibilidad? Suena bastante fácil dar una respuesta; el contexto actual nos ha obligado al análisis de todos los datos que nos llegan, sin embargo, si hubieras vivido en 1938 en Estado Unidos, tú perspectiva sería totalmente diferente.
Antes del suceso
La población norteamericana de finales de los 40 experimentó una experiencia totalmente increíble a través de la transmisión de uno de los programas más polémicos de la historia de la comunicación, de la mano del brillante Orson Welles y su icónica dramatización de la novela inglesa de Hebert George Wells, ‘La guerra de los mundos’ escrita en 1898, parteaguas del genero de ficción heredado por el gran Julio Verne.
En Crea Cuervos te contamos por qué Orson Welles fue el hombre que detuvo el tiempo, demostrando el alcance y poderío del cuarto poder.
Orson Wells, el hombre que demostró la fragilidad de una sociedad no crítica
La compañía de teatro de Orson Welles, The Mercury Theatre on the Air, tuvo transmisiones en vivo de obras literarias dramatizadas (Dracula, La isla del Tesoro, Conde Montecristo) desde el 11 de julio de 1938, en el Estudio Uno de CBS (Columbia Broadcasting System), en Nueva York.
Domingo a domingo, Welles y The Mercury… trataban de mostrar con una verosímil actuación a través de la radio lo impactante de la ficción y la delgada línea que puede haber entre la narrativa y la realidad, haciendo de este programa uno de los más épicos de siglo XX.
Señoras y señores, interrumpimos nuestro programa de baile para comunicarles…
Como cada fin de semana, transcurrió el penúltimo día del mes de octubre de 1938, en la Gran Manzana, Nueva York, en punto de las 20 hrs., en el Estudio Uno de la CBS, el público sería testigo y participe de un evento que cambió el discurso natural de la historia y demostró lo vulnerable y la nula crítica de su población durante 59 minutos.
La adaptación de la novela de ciencia ficción «La Guerra de los Mundos», de H.G. Wells, fue transmitida ese inesperado día, dejando a todo un pueblo al filo del suspenso.
El texto original tiene como lugar protagonista la Inglaterra victoriana, Welles trasladó su historia a Nueva Jersey, a Grover’s Mill, en el municipio de West Windsor; al inicio se explicó que se trataba de una damatización, sucediendo así en tres ocasiones durante todo el programa. No obstante, la increíble actuación de la compañía teatral, fue tan real, que la gente hizo caso omiso de estas aclaraciones.
Orson, dio vida al profesor Pierson, científico que describió y explicó los hechos que sucedieron desde el aterrizaje de la nave en Grover’s Mill hasta el contacto directo con los alienígenas; un miembro del equipo de actores encarnó al periodista Carl Philips, reportero que entabló la charla con el especialista del tema.
«Señoras y señores, les presentamos el último boletín del Intercontinental Radio News. Desde Toronto, el profesor Morse de la Universidad de McGill informa que ha observado un total de tres explosiones del planeta Marte entre las 7:45 pm y las 9:20 pm».
A cada corte le proseguía la banda de musical, tocando como si nada sucediera, lo que dotó de realismo a la transmisión.
Las noticias de los seres extraños que invadían nuestro planeta continuaban; las voces del profesor y del reportero mostraban una paleta de sensaciones que no podían caber en una mentira: emoción, euforia, sorpresa, alarma, pánico, impregnando de esta atmósfera a los radioescuchas que sintonizaron el programa ese 30 de octubre de 1938.
«Señoras y señores, esto es lo más terrorífico que nunca han presenciado… ¡Espera un minuto! Alguien esta avanzando desde el fondo del hoyo. Alguien…o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos… ¿Son ojos? Puede que sea una cara. Puede que sea…»
El primer deceso a manos de los invasores marcianos, fue el reportero Carl Philips, por este motivo la narración continuó en voz del propio Orson Welles (Pierson), quien debido a los gases alienígenas, nocivos para la vida terrestre también falleció. El impacto de la dramatización fue increíble: los servicios médicos recibieron llamadas al por mayor, los bomberos irrumpían las calles, la policía también resintió los estragos de programa del siglo, sin duda la población fue la que vivió con mayor fuerza las emociones que The Mercury Theatre con the Air se encargó de emitir un 30 de octubre de 1938.
¿Qué pasaba en 1938?
Cuando se llevo a cabo la transmisión de La Guerra de los Mundos, Estados Unidos se encontraba inmerso en un ambiente bélico, Europa y Asía preocupaban profundamente. En Japón, un alto militarismo imperaba, mientras que el fascismo italiano cobraba mayor popularidad desde la década de los 20’s; en 1933 Hitler llegó al poder a través del Partido Nazi en Alemania; se preparaban tiempos de guerra, la Segunda Guerra Mundial estaba a la vuelta de la esquina.
La obra y su autor
La guerra de los mundos (1898), novela escrita por Herbert George Wells (1866-1915), escritor, político y filosofo; es desarrollada postrimetrías del siglo XIX en Inglaterra; el narrador va desglosando los eventos acaecidos durante la primera invasión marciana de manera hostil a la Tierra; entre cilindros, trípodes y multitudes que corren alarmadas por su salvación, The war of the worlds, es una maravilla ficticia que ha sido llevada al terreno del séptimo arte, la radio, videojuegos y comic’s.
Títulos como: La máquina del tiempo (1895), El hombre invisible (1897), El primer hombre en la Luna (1901), La guerra de los mundos (1897) figuran entre las más sobresalientes de la ciencia ficción; Welles aperturó las puertas de la narrativa distópica, retomada por Ray Bradbury, Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Aldous Huxley y George Orwell.
El ingenio de Orson Welles
Orson Welles, actor, escritor, director y guionista, cuyo ingenio radicó en la dramatización teatral, famoso por sus maravillosas adaptaciones de las obras (Macbeth, Otelo o Julio Cesar, Los Miserables) y sus guiones en la industria cinematográfica: El ciudadano Kane (1941); La dama de Shangai (1947); Otelo (1952) nominada a Palma de Oro del Festival de Cannes; Campanadas de media noche (1965); aunado a estas manifestaciones artísticas, Welles también fue histrión, motivo por el cual en 1975, el American Film Institute le otorgó un reconocimiento por su trayectoria.
