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‘Masacre de Texas’ y el factor nostalgia en el cine de horror

‘Masacre de Texas’, una película cumbre en el cine de terror/slasher ha tenido un reboot en Netflix, y como todo, ha logrado polarizar a los amantes del género, sin embargo tenemos ante nosotros una cinta que tiene un mayor número de fracasos que de aciertos.

Si bien Leatherface es un villano icónico del cine slasher, en este reboot tenemos uno de los peores diseños de este mítico personaje, creo que llenar unos zapatos tan grandes como una de las franquicias más exitosas del género resulta una actividad titánica , que en este caso resulta un fracaso.

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En esta nueva entrega de la franquicia, tenemos una cinta que respeta e incluso aumenta el gore en las escenas necesarias y refleja lo brutal que es Leatherface, sin embargo tenemos esto como único recurso, nos enfocamos tanto en sangre e intestinos que olvidamos la creación de una atmósfera de terror similar a la que nos hacía sentir cualquier otra entrega de la saga anterior.

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¿El factor nostalgia se vuelve repetitivo?

Tal como ha sucedido con Halloween, Spider man y Scream en los últimos meses, Masacre en Texas, trae de vuelta a un personaje de entregas anteriores, en este caso, contamos con la presencia de la «final girl» original, Sally Hardesty (Olwen Fouéré) y es que esto pega solamente en este factor, la nostalgia, al igual que volver a ver a Ghostface despuúes del desastre que fue Scream 4, el propósito de incluir estos personajes en las re adaptaciones, no es que aporten algo interesante a la historia, su única función es que el público recuerde las primeras entregas haciendo guiños descarados a las historias que formaron a los amantes del terror.

Sin embargo creo firmemente que los seguidores del género hemos tenido suficiente de este recurso, se vuelve repetitivo, tedioso y predecible, resulta lamentable esta falta de ideas y originalidad, teniendo tantas fuentes de horror que explorar, los creadores audiovisuales terminan por recrear algo ya hecho, que no ha tenido éxito alguno, salvo sus excepciones (como el caso de Scream, que resultó buenaza).

El despertar de Leatherface

Los primeros (y aburridos) minutos de la cinta, tienen como premisa básica, provocar a Leatherface para que salga del letargo en el que está viviendo, avivando la llama de la violencia a la que está acostumbrado este asesino, sin embargo, ahora nos enfrentamos a un Leatherface que tiene más tintes de Jason Vorhees, si, continua con su afición por utilizar su motosierra y la piel de las víctimas como máscaras, pero en esta entrega hay ciertos momentos donde existe este tinte de psicópata paranormal como lo era Vorhees, otra cosa sin sentido.

Lo más rescatable de la película es la escena que vemos en el tráiler oficial, si, esa donde Leatherface amenaza a un grupo de influencers en un autobús y uno de ellos lo amenaza con «cancelarlo» haciendo alusión a este nuevo y tan de moda, linchamiento mediático, mismo que claramente tiene a Leatherface sin cuidado y termina con todos y cada uno de ellos como solo él sabe.

La reseña de esta cinta se resume en 3 palabras: aburrida, predecible e innecesaria.

Si aún tienen ganas de verla pueden hacerlo directamente en Netflix, aquí les dejamos el tráiler oficial de la cinta para que puedan ver lo único interesante de la cinta.

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