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Maria Rubinke nos recuerda que lo más bello puede terminar en tragedia

Si vas a casa de la abuela seguramente encontrarás en algún rincón alguna figura de porcelana, pues estas figuras siempre nos van a remitir a épocas pasadas y decoraciones no tan modernas. Y si bien son piezas únicas y algunas bastante costosas, no son piezas convencionales hoy en día, aunque siempre serán sinónimo de elegancia y buen gusto en muchos casos.

Porcelana-tétrica-Maria-Rubinke

Lo que es seguro es que al ver estas figuras siempre veremos personajes bastante tiernos: niños jugando, animales, fuentes, querubines, mujeres hermosas y bueno, cualquier cantidad de escenas románticas o tiernas. Pero es justo por eso que el trabajo de Maria Rubink ha sido todo un éxito.

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Maria es una escultora danesa graduada por la Escuela de Vidrio y Cerámica de Bornholm y utiliza su experiencia y educación para crear esculturas surrealistas hechas en cerámica. Las figuras son personajes convencionales, con la diferencia que muchos de estos aparecen mutilados, ensangrentados y ven caer su sangre a borbotones. Los colores son completamente lisos y blancos, a excepción de la sangre o los órganos expuestos que está en un color rojo muy vivo.

El arte de Maria muestra cómo hasta la belleza más perfecta siempre está expuesta a la tragedia, y la inocencia aparente de las cosas puede presentar un peligro inminente. Incluso los títulos de estas piezas dan una idea de su estética: ‘Morí cientos de veces’, ‘Solo porque seas paranoico no significa que no te persiguen’, ‘Mirando la decadencia de las fantasías’ y ‘En el medio Con un sueño desvanecido’, son algunos de los títulos de sus esculturas.

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