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Los cubrebocas escasean en hospitales, mientras otros los compran como artículos de lujo

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El otro día platicaba con mi familia y nos pusimos a pensar cómo será la “nueva normalidad” de la que todos estar hablando y nos surgieron estas dos preguntas: ¿Es insensible pensar en comprar un cubrebocas que te haga lucir bien? ¿Será el uso de cubrebocas de alta costura una nueva forma de división clasista?

El confinamiento parece estar llegando a su fin en varios países; además de China, Francia, España y Alemania, que incluso dio luz verde para que los partidos de fútbol profesional se jueguen a puerta cerrada. Y si bien cada país aplica sus propias normas para reanudar las actividades cotidianas, todos estos parecen tener un elemento en común y eso es el uso de los cubrebocas o mascarillas.

Fotografía de NICOLA FOSSELLA (EFE)

En la primera línea, el cubrebocas es un elemento fundamental para el personal de salud ya que los ayuda a protegerse de que el virus no entre por las vías respiratorias. Algunas autoridades hicieron énfasis en su uso obligatorio entre los ciudadanos para evitar propagar el contagio, otros más las recomiendan solo para personal de salud y personas que presentan los síntomas. Lo cierto es que el uso de los cubrebocas será algo a lo que debamos acostumbramos por el resto del año, o hasta que se encuentre una vacuna.

Esta demanda de mascarillas ha provocado la escasez en algunos países, lo que ha obligado que muchas personas fabriquen sus propios cubrebocas de manera casera; algunos salen a venderlos a las calles, mercados o en Internet. Las autoridades de salud no han establecido si estas mascarillas caseras son seguras o no.


Los cubrebocas como accesorio de moda

La industria de la moda ha contribuido a esta crisis, algunas marcas de lujo como Prada decidieron dejar de coser su ropa para comenzar a coser cubrebocas y trajes médicos que donaron a diversas instituciones de salud. Gucci, por su parte, se comprometió a donar 2 millones de euros para combatir el COVID-19.

Algunos diseñadores  han puesto su creatividad para crear mascarillas diferentes a las convencionales. En nuestro país, artesanos fabrican cubrebocas con bordados tradicionales, otros más solo buscan telas con estampados divertidos o extravagantes. Pero es esto solo un intento de verle el lado positivo a estos tiempos (si es que tiene), o se trata de algo totalmente innecesario en medio de una pandemia que se ha cobrado la vida de miles de personas.

Basta con echar un vistazo a las redes sociales para ver a distintas celebridades posando con cubrebocas, convirtiéndolas en un accesorio más que combina con el resto de su ropa.

Algunos artistas como Billie Eilish y Bad Bunny ya hacían uso de mascarillas como parte de sus conjuntos antes de que comenzara la pandemia. 

 Fotografía de Billie Eilish en una entrega de premios.
Fotografía de Bad Bunny en una entrega de premios.

En diversos sitios puedes comprar cubrebocas Louis Vuitton con precios de más de dos mil pesos, otros sitios de compras como Farfecth  los ofrecen a 97 euros cada uno.

El sitio web Lyst menciona en su informe trimestral «The Lyst Index» de las marcas y artículos más populares de la moda, que la crisis de COVID-19 aumentó en 496% la búsqueda de mascarillas de diseñador.

La mascarilla con flechas de Off-White es el artículo de hombre más popular del mundo. El complemento facial, cuyo precio ronda los 70 €, se agotó en establecimientos de todo el planeta, pero puede encontrarse actualmente en las plataformas de reventa por una cantidad hasta tres veces superior.

Entonces ¿se convertirán las mascarillas o cubrebocas en un accesorio de moda una vez que regresemos a las calles y a esa “nueva normalidad”? Al parecer ya está sucediendo, pero por qué convertir algo a lo que muchas localidades no tienen acceso o no pueden fabricar los suficientes porque el material es escaso, en un artículo de alta costura que hará aún más visible la división de quienes pueden acceder a accesorios costosos de los que no.

Estos materiales costosos no garantizan incrementar su función de seguridad o protección contra el virus.  

Lo más importante durante la pandemia es garantizar que las personas tengan acceso a un producto de primera necesidad, que es en lo que se han convertido los cubrebocas, y no convertirlos en un accesorio más como unos lentes o una bolsa costosa. Hay que reflexionar sobre el futuro que se avecina y cómo lidiaremos con esta nueva normalidad de una forma responsable. Pero sin duda esto nos sigue dejando con una gran interrogante ¿resulta más importante para las personas seguir viéndose “bien” o “a la moda” a pesar de estar en medio de un escenario mundial fatídico

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