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La televisión los hizo y los des… encasilló

Para los actores encontrar un buen personaje siempre es un anhelo, lograr destacar por una interpretación relevante puede representar un aumento de fama y dinero, sin embargo, existe también el riesgo de encasillarse.

En esta ocasión recordaremos aquellos casos que se han dado en la televisión mexicana donde  los personajes son tan fuertes o populares que de la misma forma que le dan distinción a quienes los encarnan, los hace caer en el infortunio del encasillamiento. Hay a quien esto no le importa y al contrario, explotan lo más que puedan al personaje, pero por otro lado, hay a quienes casi les cuesta la carrera.

Xavier López (Chabelo)

Conocido popularmente como “el amigo de todos los niños”, Chabelo surgió como una necesidad de producción para un sketch, pero desde su primera aparición en televisión prácticamente sepultó a Xavier López, pues la fama y el reconocimiento se volcaron al peculiar “niño” que por más de cuatro de décadas estuvo presente durante las mañanas de los domingos en el canal de las estrellas.

Si bien, el actor hizo a lo largo de su carrera algunas cosas como él mismo, el personaje de Chabelo fue quien hasta la fecha (en memes principalmente) hace que sea recordado.

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Carlos Villagrán (Quico)

En segundo lugar, tenemos otro actor que valiéndose del muy recurrido recurso de interpretar a un niño logró fama internacional.

Quico fue parte fundamental de la legendaria vecindad del chavo del 8 y a pesar de que en un principio Villagrán representaba otros personajes (principalmente dentro del chapulín colorado), al ver que su caracterización con los cachetes inflados sería la llave que le abriera las puertas del éxito a tal grado que es difícil (por no decir imposible) verlo hacer otras cosas a diferencia de otros de sus compañeros como Edgar Vivar o María Antonieta de las Nieves, esta última aunque podríamos considerar que también se encasilló con “La chilindrina” le ha dado un equilibrio a su carrera haciendo otros papeles en cine y televisión.

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María Rubio (Catalina Creel)

En este sitio dejamos de lado la comedia y nos vamos al drama. Si algo puede caracterizar a las telenovelas es que sus personajes en la mayoría de los casos pueden gustar o no, pero un caso singular es el de la extraordinaria actriz que fue María Rubio, quien demostró ser una primera figura del mundo del melodrama cuando interpretó a Catalina Creel, esa cruel villana a la que no le importaba matar a sangre fría, hasta antes de Cuna de lobos (1986) no se había tenido una villana con tales características.

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En este sentido podemos decir que la asesina del parche en el ojo no sólo cobró vidas en la ficción, pues en el terreno profesional, la actriz que interpretó al personaje quedaría marcada por dicha actuación y aunque posteriormente volvería a trabajar, el estigma de ser Catalina Creel la acompañó el resto de su vida.

catalina creel

Carlos Bonavides (Huicho Domínguez)

¿Quién no ha soñado alguna vez con ganarse el premio mayor de la lotería?, tal parece que aunque no a tal grado al actor Carlos Bonavides eso le pasó cuando le encomendaron hacer a Huicho Domínguez, un hombre pobre que como se dice popularmente “le pagó al gordo”.

De ser un actor del montón pasó a cobrar relevancia y popularidad, pero lo que más llama la atención es que pareciera que al final, se terminó creyendo que era en realidad Huicho Domínguez, personaje que hasta el día de hoy sigue interpretando y aunque ha participado en otros proyectos televisivos no deja de quitarse de encima al particular personaje.

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Rafael Amaya (Aurelio Casillas “El señor de los cielos”)

Fue en 2013 cuando salió una serie que con el paso del tiempo iría cobrando relevancia: El señor de los cielos.

Dicha producción de Telemundo representó un paso importante en la carrera de Rafael Amaya (quien hasta antes no había hecho mucho que digamos), sin embargo, al cabo de varias temporadas, el actor terminó por encasillarse en ese papel, que hasta la fecha sigue siendo su carta de presentación.

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Con estos ejemplos, podemos ver que la popularidad que logra un personaje muchas veces es tan fuerte que se paga un precio muy alto por tener ese momento de fama, pues de alguna u otra forma el que un actor se encasille en un personaje puede ser un candado que le impide abrir otras puertas y demostrar que tiene más que dar a nivel escénico.

  • Foto portada: fuente / milenio.com