La artista franco-estadounidense Louise Bourgeois fue una de las escultoras más prestigiadas en el mundo del arte contemporáneo. Formó parte del American Abstract Artist Group donde conoció a algunos de los pintores más prominentes del siglo XX como Ad Reinhardt, Mark Rothko y Jackson Pollock. Fue la primer mujer en realizar una retrospectiva de su obra en el Museum of Modern Art (Nueva York) en 1982, lo que le valió el reconocimiento internacional.
Sus esculturas son un relato íntimo ligadas al sufrimiento y los traumas de su juventud pero también son una oda a la fortaleza, el amor, la delicadeza y la protección. En este sentido Louise ha usado la figura de la araña como metáfora del cariño que sentía por su madre.
Su vida
Nació el 25 de diciembre de 1911 en París, Francia. Pertenecía a una familia acomodada de confeccionadores, vendedores y restauradores de tapices antiguos. Sus padres poseían una galería y un taller con telares donde Bourgeois comenzó a trabajar a la temprana edad de 12 años. La infancia de la artista estuvo marcada por la personalidad violenta y tirana de su padre, Louise lo describía como un hombre mujeriego y arrogante. En contraposición sentía una gran devoción por su madre a quien consideraba una persona inteligente, protectora, paciente y delicada pero no por ello menos fuerte.
Durante su juventud estudió matemáticas y filosofía, sin embargo, el sufrimiento provocado por el fallecimiento de su madre en 1932 la inspiró a estudiar arte. Estudió en la Académie de la Grande Chaumiere, en la Escuela del Louvre y la École des Beaux-Arts.
En 1938 se casó con el historiador de arte Robert Goldwater y juntos emigraron a Nueva York. Bourgeois continuó produciendo pinturas y esculturas en Estados Unidos donde trabajaba con el manejo de la padacería metálica y madera proveniente del océano.
De manera temprana, Bourgeois se dio cuenta de que podía encontrar una fuente fluida de inspiración en el dolor y los traumas de su infancia producto de sus relaciones familiares.
Arañas
Aunque la imagen de la araña había sido un motivo recurrente en sus obras artísticas fue hasta finales de la década de los noventa que esta se convirtió en una figura central de su producción.
Las arañas representaban la relación y admiración por su madre. Lejos del estereotipo de la imagen de la araña como un insecto terrorífico, para Bourgeois, las arañas son seres ambivalentes: protectores y depredadores al mismo tiempo.
“La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. […] Las arañas son seres amigables que devoran a los mosquitos. Sabemos que los mosquitos propagan las enfermedades y, por lo tanto, son no deseados. Por ello, las arañas son benéficas y protectoras, como mi madre”.
De esta manera creó una serie de diez enormes esculturas de arácnidos como homenaje a su progenitora. En efecto, las esculturas de Bourgeois son descomunales y amenazantes pero aún con ello son obras que nos acogen de manera apacible en su lecho y despliegan sus enormes patas como lugar para el resguardo.
Enmendar el dolor
Por supuesto el hecho de que su familia se dedicara al negocio textil tuvo una influencia muy marcada en su obra. La araña es una incansable tejedora al igual que el oficio que realizó su madre en vida como restauradora en su taller. La madre de Louise vivió cociendo y reparando tejidos deshilachados por el tiempo o el uso.
“Provengo de una familia de restauradores. La araña es una restauradora. Si le destrozan la telaraña no se vuelve loca, empieza a tejer de nuevo y la repara.”
El padre de Bourgeois la convirtió a ella y a su madre en víctimas de su abuso y traición por lo que la artista lo vio siempre con desprecio. La madre de la artista tuvo una salud delicada así que ella la tuvo que cuidar de niña. De esta manera tiende a representarla frágil al mismo tiempo que depredadora y protectora. Esta es la sensación que Louise pretende proyectar en sus esculturas.
Por ello para Bourgeois la araña era también un símbolo de renovación, restauración o remendamiento. Tejer representa la perseverancia y la sanación, de esta forma no solo alude a la personalidad entrañable de su madre sino que la re-dignifica y también recompone el dolor de su vida a través de su obra.
Maman
Su obra titulada Maman es considerada una de las más importantes dentro de su trabajo. Se trata de una escultura de bronce de más de 9 metros de altura y 22 toneladas de peso, es una gigantesca araña que despliega sus delicadas patas para que los espectadores puedan refugiarse entre ellas. Debajo de su abdomen alberga un saco de huevos de mármol.
Esta escultura ha estado exhibida en diversos lugares alrededor del mundo en espacios públicos como en frente del Museo Guggenheim de Bilbao, España; en el exterior de la Fundación Proa, Argentina; frente a la National Gallery, en Canadá; en el Mori Art Museum en Japón; frente al Palacio de Bellas Artes, México entre muchos otros.
En esta escultura podemos notar la influencia de algunas obras anteriores de Bourgeois llamadas Celdas en las que la artistas construye espacios de inmersión y encierro para relatar experiencias personales y hacer frente a las emociones y los traumas pero cuya principal función es convertirse en escenarios de liberación.
De la misma forma Maman despliega un espacio interior entre las extremidades del enorme arácnido por el que los espectadores pueden transitar libremente. Una metáfora de la vulnerabilidad , el resguardo y la protección
En la escultura de Bourgeois presenciamos como, por un lado, la araña que comúnmente asociamos a un insecto vil y desdeñable se convierte en un ser compasivo, frágil, protector y reparador incansable; por otro lado la figura de la madre se presenta poderosa, productiva y sagaz. De esta manera la artista deshilacha los paradigmas estereotipados de la maternidad poniendo de manifiesto su duplicidad y les da una nueva forma tejiendo desde el recuerdo.