‘La máquina del tiempo’ de 1960 producida por George Pal, cuenta la aventura de George (Rob Taylor) quien decide viajar al futuro. Se ha creado una máquina capaz de viajar en el tiempo, preocupado, el viaje se emprende con la esperanza de encontrar una civilización avanzada que ha superado la naturaleza autodestructiva del hombre y que, además, las guerras han cesado por completo. Sin embargo, se encuentra con un escenario peor. Es notorio que la película ganó en su momento el Oscar a los Mejores Efectos Especiales. Además, cuenta con las actuaciones de Alan Young e Yvette Mimieux.
Un hombre con ansías de futuro
La travesía por el tiempo propuesta por George (Rob Taylor) a los hombres de negocio, suena a disparate, como si fuera un sueño alentado por un ansía febril. Muy en ello, el protagonista decide continuar su tarea. ¿qué tipo de civilización existirá en miles de años? ¿cómo se comporta el ser humano de esa época?
Lo que más motiva al inventor fue su desprecio por la utilización de la ciencia en pro de una aplicación armamentística, era el año 1899, la guerra Boer estaba en apogeo, la cual era el enfrentamiento entre el Imperio Británico y los colonos de origen neerlandés, misma que sucedió en Sudáfrica. Desde aquí se vaticina cómo la búsqueda del protagonista por ir al futuro es señal encontrar un mejor lugar. Era un hombre de ciencia, no de armas.
Su inconformidad y el sentirse ajeno a su propia época debido al estado de salvajismo simbolizado por las guerras y armas, daría pie a que en su búsqueda, además de ser una apetencia por hallazgos tecnológicos y de civilizaciones pacíficas, fuera también una manera de dominar el tiempo. Así, se afianza su deseo de ciencia y pacifismo, a costa de negar su época y, apropiarse de alguna manera, del tiempo. ¿Qué hacer con la disposición plena del futuro y el pasado? Es la razón técnica en apetencia de conquista lo que impulsa a realizar tal proeza.
La civilización sin memoria
George llega a miles de años en el futuro, en donde se encuentra con una civilización pacífica que subsiste de la naturaleza. Tiene todo a su disposición; ropa, comida, bebida, un techo bajo el cual dormir, pero hay un gran problema; no tienen leyes, tampoco saben discernir moralmente entre el bien y el mal, carecen de memoria escritra, es decir, libros, no tienen pasado histórico y jamás cuestionan el cómo es que han subsistido todo este tiempo.
El protagonista les pregunta constantemente de dónde sacan todo, pero ellos simplemente responden: «no sé, siempre ha sido así, siempre será así» algo por el estilo. Son los Eloi, nombre que etimológicamente significa: el elegido, además de que proviene directamente de la novela de H.G. Wells, The Time Machine, misma en la que se ha basado esta película.
El pueblo de los elegidos, aunque de entrada parezca irrisorio porque no se valen por ellos mismos, vendrían a representar, con la intervención de los Morlock; otra raza ficcional, su estado de mansedumbre mecánica, siendo alimento, en sentido literal, de ésta última raza.
Estamos ahora ubicados miles de años en el futuro, la civilización no ha cambiado mucho, se han separado en dos grandes ramas, los habitantes de arriba y los habitantes de abajo. Los de abajo proveen de todo a los de arriba, hasta que estos llegan la madurez, edad propicia para alimentarse de ellos. Así, el futuro de la humanidad se inscribe en el canibalismo rapaz.
Los Morlock, lo otro ficcional
La dominación de los Eloi se ha logrado de una manera tan eficiente, que el mecanismo de sometimiento expresa su poder de convocación al momento de que suenan unas sirenas, las cuales hacen entrar en trance profundo a los habitantes de la superficie, dejándose llevar a las puertas mismas de las cavernas de los Morlock. Ellos se entregan de manera sacrificial, a la manera del laberinto del minotauro, solamente que aquí no hay posibilidad se salir indemnes, salvo hasta la intervención de un extraño: George.
¿por qué la división en dos razas? Tal parece que el mensaje implícito es que a costa de mantener cierto equilibrio para que la gente no destruya la civilización nuevamente, han de existir corderos de sacrificio desmemoriados y sin capacidad de decidir entre el bien y el mal; reflejo de la ignorancia y estado de cosificación, además de no increpar nada, pues todas sus necesidades básicas son atendidas. Todo esto conlleva a una domesticación lacerante.
La perdida de memoria colectiva, la falta de historicidad y de la facultad de discernir entre el bien y el mal, da pie para que los Eloi sean carne fresca, las vacas del futuro de la cual echan mano los Morlock. ¿En verdad hace falta que se llegue a esto? Si es así, ¿qué clase de seres habitan la Tierra? los Morlock serían ese cuerpo extraño, desprovisto de todo orden humano, con apetencias de sobrevivir canibalizando, simbólicamente, al otro.
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El futuro sin leyes, sin memoria, sin increpación al contexto es la bienvenida a la monstruosidad maquinaria de una voracidad subterránea, una demanda de sacrificio pues se han agenciado el poder sobre los de arriba. George vendría a liberarlos, aunque parezca una epopeya, algo distintivo es que los Morlock temen al fuego, símbolo de ilustración, de progreso. Los Morlock han logrado dominar a los Eloi, pero quedan expuestos como inútiles ante la astucia del viajante en el tiempo.
Con esto se cumple las apetencias de dominio del tiempo, llegando a un momento en donde las inventivas del protagonista son aplicables a tal grado de derrocar a una raza ficcional entera, y coronarse como el liberador de la otra. Al final, regresa a su época, tiene una breve plática con su amigo, toma unos libros y vuelve al futuro. ¿Podrá George lograr la paz que tanto deseaba?