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La aflicción de un poeta, Ramón López Velarde y sus letras

Para la literatura mexicana y la poesía contemporánea la presencia de Ramón López Velarde resulta emblemática, pues no sólo nos dejó una amplia obra poética, sino que culminó de gran forma el periodo modernista en México y sentó las bases de la naciente poesía contemporánea. Uno de estos poemas modernistas que ha sido receptor de diversas interpretaciones, pero sobre todo de gran atención por la crítica y los lectores a lo largo del tiempo es ‘La suave patria’, pues en este cristaliza las trasformaciones que estaba viviendo México durante el siglo XX con la llegada de la modernidad e industrialización, pero sin dejar a un lado todo ese pasado histórico que rodea a su patria.

Suave Patria: tú vales por el río
de las virtudes de tu mujerío.
Tus hijas atraviesan como hadas,
o destilando un invisible alcohol,
vestidas con las redes de tu sol,
cruzan como botellas alambradas.

Ramón López Velarde nació en Jerez, Zacatecas, el 15 de junio de 1888. Mismo año del que que muchos críticos hablan, pues en este Rubén Dario publicó ‘Azul’, una obra indiscutible al momento de hablar del modernismo en Hispanoamérica. Estudió leyes en San Luis Potosí y en 1906 funda la revista ‘Bohemio’ en la cual da a conocer algunos de sus escritos. Durante la Revolución publica en ‘El regional de Guadalajara’ y para 1912 se traslada a la Ciudad de México, lugar en el que sigue desarrollando y difundiendo sus poemas y algunos textos políticos. Asimismo, comienza relacionarse con José Juan Tablada, otro poeta mexicano modernista de recomendada lectura. Para ese momento él ya comenzaba a tener mayor presencia en algunos medios y siguió desarrollando gran parte de su obra literaria.

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López Velarde y el modernismo

Cada movimiento literario viene acompañado de una serie de pensadores apasionados e incendiarios que proponen una nueva forma de escribir, pensar y acercarnos a las palabras. En el modernismo los autores pertenecientes a este movimiento recuperan la tradición clásica y francesa, pero siempre dispuestos a innovar y crear una nueva forma que transgreda y no solo imite.

En la poesía de López Velarde, al igual que la de Baudelaire, el erotismo, la muerte y la dualidad se apoderan de sus palabras. Pero también existe esa unión a la fé católica que lo cubre y convierte su erotismo en culpa. El dolor, el sufrimiento, la ausencia de la amada y la muerte son tópicos presentes en su poesía, pero sobre todo esa dualidad entre erotismo y sacralidad que se reflejan en una voz poética atormentada por la imposibilidad de una unión amorosa.

No soy más que una nave de parroquia en penuria,
nave en que se celebran eternos funerales,
porque una lluvia terca no permite
sacar el ataúd a las calles rurales.
(Hoy como nunca, vv. 23-26)

Hablar de López Velarde también es considerar ese amor por la Ciudad de México que tenía el poeta, quien con el ánimo del flâneur recorre las calles y testifica lo que pasa en ellas. Testimonios que también forman parte de su obra poética encarnando personajes, espacios y argumentos literarios en ella.

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