Una vez más escribo sobre las celebraciones en el mundo, ésta vez el artículo está dedicado a una de las festividades japonesas más popular en los últimos años: el Hanami, celebración asociada con la flor de cerezo. Consiste en mirar u observar la flor de cerezo o sakura en japonés y contemplar su belleza. Ha tomado popularidad y se ha convertido en la favorita de los japoneses debido a que la flor solo permanece en la copa de los árboles entre una o dos semanas, y es que el viento puede soplar en cualquier momento y dejar las copas de los cerezos desnudos, así cada segundo de contemplación es un regalo de la naturaleza.
La esencia del Hanami es contemplar lo efímero y delicado de la vida así como ver la importancia de disfrutarlo. Con esto se busca venerar a la naturaleza y observar su fragilidad, además la floración de los sakuras da la bienvenida a la primavera.
La floración de los árboles de cerezo es tan importante para la cultura nipona, que los medios de comunicación locales informan a los habitantes uno o dos meses antes de la fecha de floración sobre el estado de las zonas donde el sakura ya ha florecido, esto para que se vayan preparando. Así pues el sakura es parte de la identidad del pueblo japonés.
En la antigüedad, el Hanami era una celebración que realizaban los agricultores para dar la bienvenida a los dioses del campo, un ceremonia religiosa y popular en la que se hacían predicciones sobre la próxima cosecha. La floración de los cerezos avisaba el momento idóneo para plantar el arroz, alimento crucial para los primeros habitantes del país. Durante esta época los cerezos eran vistos como seres sagrados y se creía que las almas de los dioses de la montaña anidaban dentro de ellos.
Los agricultores creían que en el momento de la floración era cuando los dioses bajaban a las villas y se convertían en arrozales para ayudar a la producción del arroz. Así nació el Hanami como celebración religiosa.
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Con la aparición de los samuráis se le dio el sentido efímero al Hanami y es que la corta vida de las flores del sakura se relaciona íntimamente con el bushido o el camino del samurái, que entre otras cosas habla del seppuku o harakiri como la muerte más noble de un guerrero: morir con dignidad, cometiendo suicidio, cuando la vida todavía ésta en todo su esplendor. Lo anterior se compara con lo que ocurre con los cerezos, que permiten que sus flores caigan en una suerte de delicada lluvia de pétalos, sin dejar que se pudran en sus ramas.
Existen leyendas antiguas en torno a estas flores, en un principio los sakuras eran de color blanco y no rosas como las hemos visto en la actualidad, porque según historias, las flores del cerezo se comenzaron a tornar rosadas debido a toda la sangre de los samuráis que cometieron seppuku al lado de éstos árboles, como un intento de ver la belleza una última vez antes de morir, es decir el árbol absorbía el color de la sangre haciendo que las flores cambiaran de tonalidad.
Posteriormente desde la época Nara (siglo VII), éste festejo dejó de ser religioso y se convirtió en una celebración cuya finalidad era contemplar la belleza de los cerezos cuando florecen, un sentido más apegado al actual; desde ese momento lo que los japoneses adoraban del HANAMI, era su belleza y lo tremendamente efímero de su existencia (tan solo un par de semanas al año), Así esta flor rosada de pétalos delicados se iba abriendo camino entre todas las clases sociales forjándose como símbolo único de Japón.
En la actualidad, miles de familias japonesas y grupos de personas acuden a los parques donde florece el cerezo o sakura para ser testigos de la belleza de éste evento.
Para disfrutar de la celebración se recomienda hacerlo alrededor del castillo de la ciudad de Tsuyama (Okayama), pues lo rodea un parque de cerezos, el cual es uno de los lugares más populares en Japón para festejar el Hanami.
También están el parque Yoyogi en Tokio y el Templo Kiyomizudera en Kioto, otros lugares recomendados para celebrar la floración de los sakuras.
Es común que el Hanami, se disfrute en familia o con amigos, aunque también es frecuente ver en los lugares más populares para este festejo a oficinistas que, como parte de su trabajo, guardan un sitio bajo los cerezos en flor desde la mañana para el banquete de la noche.
Además se acostumbra a tender una lona azul en los parques y celebrar con un banquete en el que se come, se bebe, y se charla de manera animada. Entre las cosas típicas que se comen durante esta fiesta es un dango de tres colores, rosa pálido, blanco y verde, ensartado en un palillo, conocido como Hanami dango. Se toma cerveza, sake shochu (aguardiente, etcétera, junto al típico edamame (sojas verdes), karaage (pollo frito), sushi, onigiri y otros snacks, aunque también hay casos en los que se cocina carne en la barbacoa. Hay muchas personas que solo acuden a observar los cerezos en flor, sin celebrar con un banquete, eso depende de cada quien.
La segunda parte de la festividad es conocido como yozakura o sakura nocturno, en donde una vez llegada la noche, se puede observar en los parques farolillos colgando de los cerezos y seguir contemplando su belleza.
La floración de los cerezos, es un periodo corto donde Japón se tiñe de ese color rosa característico.
Los colores representan las estaciones en Japón y es que el rosa es el color del sakura que simboliza la primavera, el blanco es el color de la nieve que simboliza el invierno y el verde es la artemisa que simboliza el verano.
Cabe recordar que los sakuras son árboles sagrados en Japón, sí que hay que tratarlos como dioses durmientes cubiertos de un manto rosa.
La temporada del Hanami se acerca y si tienes la oportunidad, anímate a viajar a Japón y contemplar la belleza de los sakuras.
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