La relación entre la música del género Metal y la religión es áspera y agria. Sabemos que el clero rechaza las manifestaciones artísticas que se salen de los cánones prestablecidos. Probablemente este género musical es el que más ha sufrido acoso por parte de la Iglesia. Sin embargo, preferir esta corriente no es sinónimo de ateísmo o de pertenecer a una secta demoniaca. Incluso, en la actualidad ambas entidades están menos distantes, son varios los guiños que se han hecho mutuamente. Podemos encontrar una cuantiosa cantidad de manifestaciones procristianas en el Metal. Incluso personalidades como Alice Cooper, Dave Mustaine, Tom Araya o Blackie Lawless, quienes tras una vida llena de excesos y apostasía dan un cambio inesperado y se convierten en hombres de fe.
Una característica de este género es el mantener una postura crítica al margen de las creencias hegemónicas y expresar ideas, algunas veces transgresoras, a través de la música. Estos aspectos sostienen enormes coincidencias con los artistas “profanos” medievales, y es que, ellos también tuvieron duros enfrentamientos con la Iglesia. Los compositores del medievo plasmaron en sus obras duras críticas contra diversos sectores de la institución liderada por el Papa. Exponían el abuso de poder de diversas figuras eclesiásticas; además elaboraban letras irónicas que centraban sus tópicos en los procesos inquisitoriales; igualmente se quejaban de forma asidua por las constantes guerras que los asolaban los reinos.
En 1209, la Iglesia católica realizó la cruzada denominada Albigense, la cual duró treinta y cinco años contra los cátaros en el sur de Francia. En esta “guerra santa” no sólo se perderían miles de vidas, sino que además destruyó la cuna donde floreció el movimiento trovadoresco. En menos de medio siglo la cruzada terminó con la vida de un cuantioso número de trovadores franceses. Los que sobrevivieron tuvieron la osadía de crear obras que condenaron esta matanza. A parte de los trovadores, los juglares difundían la música popular y al no estar supeditada a los designios eclesiásticos eran perseguidos, incluso eran vinculados con el paganismo romano.
Dentro de este mundo en el que no todo es música, el catolicismo ha considerado que este género tiene un carácter satánico que incita a la violencia y al paganismo. Las críticas contra este género por parte de la Iglesia suelen recibir una respuesta combativa por el sequito metalero hacia lo que Dios representa y a los diversos aspectos relacionados con la misma religión. Ejemplos son las bandas Slayer, Overkill, Lamb of God o Kreator, por mencionar algunas. Una de las réplicas más populares es la que alega que las religiones son la causa del mal de la sociedad desde tiempos inmemoriales. Además, de controlar los actos de todos mediante el miedo, coartando el progreso del pensamiento libre.
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Tan sólo haciendo referencia al título del álbum de Slayer, ‘God Hate Us All’, percibimos cuan explícitos y directos pueden llegar ser las bandas de metal. Kerry King, guitarrista y compositor de muchas letras de la banda, declaró para la revista Guitar World que sus discos no tienen realmente una intención anticristiana, pero desde luego es notoria la burla. Incluso la banda está disuelta, puesto que el bajista y vocalista Tom Araya se volvió prosélito al cristianismo.
Al igual que lo hacían los trovadores hace quinientos años en donde podemos encontrar letras que condenan las cruzadas y otras que mencionan satíricamente pasajes de la Biblia, en la actualidad aún está presente esta forma de mostrar el desacuerdo. “Holy Wars…The Punishment Due” canción de Megadeth es un ejemplo de esto. Situación con un toque de ironía, ya que muchos autores se han declarado creyentes. El mismo Dave Mustaine, líder de la banda, lo hizo públicamente.
Del otro lado de la moneda las comunidades de feligreses desde un principio rechazaron todo lo relacionado con el Metal por sus muchas referencias a los aspectos que hemos mencionado. No obstante, poco a poco se unieron al movimiento, posiblemente por su atracción en el sentido musical. En los años setenta del siglo pasado empezó un movimiento de “rock cristiano” que desembocaría en la creación del “metal cristiano”, pero eso es tópico para otra entrada.
Sin duda en el Metal se encuentran canciones con referencias al infierno y figuras demoniacas, pero ¿esta forma de hacer música es relativamente nueva? Realmente no. Tenemos ejemplos de cientos de romances, composiciones poéticas normalmente breves, que de una manera más ligera hacen referencia a la perversión y las tentaciones. Por mencionar una categoría expuesta por los trovadores de la Edad Media tenemos la pastorela. En ella se creaban historias en las que caballeros intentaban seducir a las pastorcillas para satisfacer sus pasiones carnales. También podemos encontrar gran cantidad de literatura medieval cuya temática versa en lo sobrenatural, llenos de figuras relacionadas con el inframundo. Sin duda este tipo de lírica podría ser la base para un éxito más de Iron Maiden.
El Canto Gregoriano es otra tradición artística proveniente de la Edad Media que influye en el Metal. Las bandas exponentes de este género utilizan en ocasiones grandes coros debido a la potencia sonora que hace resaltar las canciones, pero no podemos negar la inspiración proveniente de los cantos que Gregorio Magno recopiló y difundió a partir de la imposición del canto romano durante los siglos VI y VII. Aunque esta designación de Canto Gregoriano no sería aplicada hasta el siglo IX en honor a su nombre.
Iron Maiden, la mítica banda londinensa de Heavy Metal, hizo sonar en «Rock In Rio 2001» una melodía de canto gregoriano antes de comenzar su canción “Sign of the Cross”, cuyos primeros minutos de la canción se basan en los patrones que destacan en estos cánticos clericales. En otro ejemplo, los alemanes Axxis en su obra Utopia crean coros entre los que se puede apreciar una voz que realiza una nota pedal para la obra, algo también propio de la monodia medieval. No podemos dejar de remarcar el subgénero Gothic Metal, el cual se caracteriza por el uso intercalado de voces. Una femenina, por lo común soprano, y una masculina, habitualmente gutural. Además, de la utilización de elementos de la música medieval como instrumentación, notación musical y por supuesto, cantos gregorianos.
El último punto a tratar en este lacónico texto es el intervalo musical llamado tritono al cual se le da un gran uso en subgéneros del Metal donde destaca el Death. Esta rama se caracteriza por ser uno de los más pesados. Sus riffs están llenos de Alternate picking; las voces son guturales, se pueden escuchar todo tipo de “alaridos”; y suele tocarse en afinaciones muy graves como Drop C, B o incluso A. Muy por debajo de la afinación estándar. La temática de las letras en este subgénero abarca desde las críticas al culto religioso, a tópicos políticos y filosóficos, sin olvidar los siempre polémicos temas de violencia, muerte, suicidio y, por supuesto, el ocultismo y satanismo.
El tritono es un acorde conocido desde la Edad Media como Diabolus in Musica o tono del diablo, debido a su disonancia y sensación desagradable al oído. Por lo que estuvo prohibido hasta el Renacimiento, donde se usó en contadas ocasiones y con mucho cuidado. Los monjes de la época medieval decían que mediante este sonido el diablo entraba en el terreno de la música, por lo que era una puerta del infierno que nunca debía abrirse.
En la contemporaneidad podemos escuchar el tritono en muchas bandas, el ejemplo más conocido está en la canción de Black Sabbath que lleva el mismo nombre. El intervalo es reproducido de manera constante durante toda la canción. Esto ayuda a crear una atmósfera que se relaciona extraordinariamente con su lírica. Otro ejemplo es el álbum de Slayer denominado Diabolus in Musica con clara referencia a la invocación demoniaca.
Bandas como Deep Purple, Metallica, Led Zeppelin, Muse, entre otras lo han usado, mínimo una vez, en alguna de sus canciones. Sin embargo, este conjunto de notas no sólo se puede apreciar en el Rock o Metal. Otros géneros también utilizan el tritono, como el Jazz o blues, incluso el sonido que se produce cuando se prende una Mac o en la sintonía de Los Simpson lo podemos encontrar.
Evidentemente la música ha cambiado de forma drástica a lo largo de la historia, pero no podemos negar la influencia mayúscula que existe entre el pasado distante con un presente incierto. Desde mi escritura parasitaria agradezco encarecidamente su lectura, hasta la próxima.