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Home office, una forma más de explotación laboral

Aproximadamente desde marzo del presente año, se empezó a vivir lo que son ya 4 meses de cuarentena en México, principalmente en la CDMX. Desde entonces, se han dado casos de despidos, disminución de horas laborales lo que equivale a la disminución del salario y ordenes de trabajar desde casa. Sin lugar a duda ninguna persona se libró de las consecuencias que trajo la pandemia.

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Por mencionar algunos datos, el INEGI publicó en junio de este año que las circunstancias que engloban a la pandemia han dejado sin trabajo a 12.5 millones de personas en México; por otro lado, un informe publicado por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM, reveló que la pandemia ha provocado una disminución del 25% de los salarios en México, en empresas contratistas de la construcción, la industria automotriz, la electrónica, el comercio y el turismo.

Foto: Omar Flores

Referente al home office, la Ley Federal del Trabajo en el artículo 311 lo define como el trabajo a domicilio ejecutado sin vigilancia, habitualmente para un patrón; en el mismo documento (artículo 314) se menciona que el patrón puede o no suministrar los útiles o materiales de trabajo necesarios.

Este último (artículo 314) se vuelve un problema si se consideran los datos emitidos por el INEGI en febrero de este año. Tan solo el 44.3% de los hogares del país disponen de computadora, de los cuales, en la zona urbana el 76.6% es usuaria de internet y en la zona rural el 47.7%. Sabiendo que para hacer home office se necesita como mínimo una computadora y en su mayoría acceso a internet y si la Ley Federal del Trabajo no estipula como obligatorio la otorgación de estos, no se puede obligar la entrega correcta y a tiempo del trabajo solicitado como lo estipula el articulo 326 de la Ley Federal del Trabajo.

Fuente: elceo.com

Consideremos que las circunstancias de la pandemia obligaron a trabajadores y estudiantes a laborar en casa y que no necesariamente cada integrante de familia cuenta con una computadora y/o celular propio. Bajo esta situación, no es pertinente elegir si el jefe de familia debe hacer su trabajo para seguir sustentando a la familia o si el estudiante debe ejercer su derecho de acceso a la educación.

Foto: Cuartoscuro

Aunado a lo anterior, pensemos por un momento que la mayoría de los hogares mexicanos no están condicionados para hacer trabajos que requieran de la computadora, ya que se necesita un espacio donde sea adecuada la ergonomía del trabajador y la iluminación del lugar, además del derecho que se tiene por un horario para comer.

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Estando en casa, se deben atender cuestiones familiares y del mantenimiento del hogar, dando pie a la pérdida de la concentración del trabajador; ahora se preocupa por alimentarse bien, atender a la familia y hacer un poco de deporte, además de evitar el contagio del coronavirus, mientras debe cumplir con su trabajo y por si fuera poco, atender llamadas fuera de su horario laboral, teniendo juntas ya sea muy temprano o muy noche. De esta forma, se produce un desgaste mental y pérdida de la productividad que el patrón siempre va a buscar por parte del trabajador.

Fuente: gq.com.mx

Se debe pensar por otro lado, que la mayoría de los trabajadores no estaban acostumbrados a laborar en casa y que el simple hecho de tener una rutina donde se programan actividades previas al trabajo, involucraba una organización y movimiento físico que podían ayudar a mantener al trabajador activo. Por el contrario, ahora desde que se despiertan deben mantener la computadora encendida y atender juntas y correos, prácticamente están todo el día sentados y no en un espacio adecuado que los mantenga en paz.

Fuente: altonivel.com.mx

Sumado a todo lo anterior, se tiene la dificultad de trabajar en equipo de manera virtual, pues se depende de la disponibilidad de los compañeros para recibir información solicitada, lo cual de manera automática atrasa todo el trabajo y estresa a la persona en cuestión.

Definitivamente, ni México ni el mundo estaban preparados para una situación como el covid-19 donde la mayoría de la población debe permanecer en sus hogares. Además, en México siempre han existido las injusticias hacia el trabajador, lo ideal es que en la nueva normalidad se busque especificar y complementar la Ley Federal del Trabajo para asegurar la integridad de las personas que hacen home office, respetando los horarios establecidos para el trabajador, así como su integridad física y mental.

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