Ya se acerca el festejo a los fieles difuntos, es por ello que no podemos olvidar que el origen de el Día de Muertos, pues esta celebración existía desde antes de la llegada de los españoles a Tenochtitlán. Las culturas prehispánicas que habitaban en México adoraban a diferentes deidades, sin embargo, con los españoles surgió una mezcla entre estas dos culturas. Ellos creían en una concepción unitaria del alma, la cual impidió que los indígenas siguieran adorando a más de un dios. Desde la conquista española en 1521 la mayoría de los mexicanos celebraba el día de Todos los Santos y el Día de las Ánimas, estas festividades pertenecen a la religión católica, la más practicada en el país.
Ante esto algo que no puede faltar es la ofrenda de Día de Muertos. Los españoles utilizaron algunas flores y veladoras, mientras que los indígenas ocupaban el copal, comida y flor de cempasúchil. Sin embargo, el altar a los muertos es colocado de diferente manera de acuerdo a cada estado del país, aunque todos comparten algunos elementos esenciales
Sal: Este elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año, además la ofrenda debe llevar un mantel blanco que significa pureza y alegría.
Agua: Refleja la pureza del alma; un vaso de agua sirve para que el espíritu aminore su sed después de su viaje desde el mundo de los muertos.
Copal e incienso: El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar, el incienso santifica el ambiente.
Papel picado: Es considerado como una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y del viento, esto da color y hace recordar a los fallecidos en una fiesta.
Velas, veladoras y cirios: Estos elementos se consideran como una luz que guía en este mundo. Regularmente se utilizan en color blanco que significan pureza, hay quienes utilizan el color morado en ellos pues simbolizan duelo. Mientras que los cirios pueden ser colocados según los puntos cardinales, y las veladoras se extienden a modo de sendero para llegar al altar.
Fotografía del difunto: Se coloca en la parte más alta de la ofrenda, frente a un espejo para para que la persona se pueda ver, pero entender que ya no existe.
Comida y bebida: En cuanto a la comida y bebidas no hay reglas, sólo deben ser colocados los que le agradaban a la persona fallecida para que en su visita disfrute de cada uno de ellos, lo que no puede faltar es el tradicional pan de muerto, este representa los sacrificios humanos en la época prehispánica.
Calaveritas de azúcar: Estas representan los cráneos que sirven para recordar a los muertos y el destino que todos compartiremos, aunque hay quienes colocan calaveritas de chocolate, amaranto, entre otros dulces.
Los días más comunes para colocar la ofrenda son el 1 y 2 de noviembre: el primer día para recordar a las almas inocentes; mientras que el 2 es para recordar a las almas adultas. Sin embargo hay quienes comienzan desde el 28 de octubre, esto para ofrendar a quienes perdieron la vida en un accidente violento.
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