El Especial de Terror Crea Cuervos inició con lo más relevante del cine de terror y nuestra segunda parada nos lleva a revisar lo más espeluznante del mundo literario. Como todos los años, nos vamos por la acepción amplía del género y lo que encontrarás aquí son letras que más allá de situaciones fantasmales narran también sucesos extraños, fantásticos y hasta melancólicos.
Y es que si bien la pandemia es un suceso terrible, al menos sirvió para que proyectos editoriales mexicanos, enfocados en géneros que se consideran periféricos, nacieran. A lo anterior se suman proyectos consolidados que no temen apostar por la literatura de la imaginación para darnos veladas fantásticas. La combinación de estas dos variables revitaliza el panorama literario mexicano y demuestra que desde nuestras latitudes no sólo existen el terror y la ciencia ficción, sino que ambos géneros presentan ciertas particularidades desde nuestro país.
1. ‘Cuando las luces aparezcan’ (Paraíso Perdido, 2020), de Roberto Abad
Paraíso Perdido es una de las pocas editoriales mexicanas de larga data que no teme en apostar por el cuento, especialmente de géneros considerados como “poco serios” por la academia mexicana. Y si bien la producción del sello de Guadalajara es prolífica en materia de terror —Megaloceros, Tristes sombras— hace casi un año se publicó uno de los libros más ingeniosos en materia de reinvención de extraterrestres: Cuando las luces aparezcan, de Roberto Abad.
El escritor de Cuernavaca tiene más que claro que la figura de los extraterrestres son el arquetipo del miedo a lo desconocido y explota al máximo está cuestión al adentrarnos en seis historias en las que nunca terminamos por sabes que está pasando. Dividido en dos partes —I. Formas de abducción y II. Después del contacto—, Cuando las luces aparezcan apuesta por recordarnos, en escenarios comunes, que nunca se termina de conocer a alguien y que por mucha interacción que mantengamos, eso no borra que seamos de planetas distintos.
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2. ‘Un tlacuache salvó a este libro del fuego’ (Odo Ediciones, 2021), de Daniela L. Guzmán
El año pasado recomendábamos en este mismo espacio la edición especial de Strange Horizon, coordinada por Libia Brenda Castro, enfocada en México. Uno de los textos que se incluyó en la revista fue “Prometeo con carita feliz”, de Daniela L. Guzmán, primera autora publica por Odo Ediciones, editorial centrada en la literatura de la imaginación, alejada de las prácticas monopólicas de la industria editorial, en la que también participa Libia Brenda.
Las letras de la autora están llenas de melancolía y como lo había hecho con anterioridad, nos traslada a universos en los que se muestran las formas en las que aprendemos, o no, a vivir en un planeta dañado, así como las implicaciones que tiene para las otras especies, especialmente porque el homo sapiens se siente la medida de todas las cosas. Si bien todos los cuentos que componen el volumen son extremadamente bellos, siempre sobresalen los que tienen animales —incluso virtuales: “También hay belleza en la finitud”— como protagonistas. No dudes en descargar la versión digital del libro, que está en acceso libre en la página de Odo Ediciones y ya que estás ahí, dale un vistazo al proyecto: la Odocomunidad acepta a todxs y crece día con día.
3. ‘No hablaremos de muerte a los fantasmas’ (Casa Futura Ediciones, 2021), de Daniel Centeno
La muerte en México, especialmente durante un año pandémico, es el tema que busca evitarse. Y es que por más que se diga que en nuestro país se celebra a la muerte en este país, sigue siendo el principal temor sin importar el estrato social, pero ¿qué tanto se puede explorar y estirar un tema que parece limitado de entrada? Porque en el grueso de los productos culturales, cursos de coaching y similares se vende la idea de vivir, especialmente frente a la adversidad.
Para responder a esta cuestión llega Daniel Centeno, que con 25 voces y premisas explora la muerte de formas poco convencionales: y es que ser un fantasma no simplemente implica ser un ente transparente capaz de ver, pero negado de todos los sentidos. Llenos de nostalgia —elemento que comparte con Daniela L. Guzmán, con quien colabora como editor en la revista Primero Sueño—, melancolía y rutinas, los fantasmas del escritor culichi arrojan más luz sobre los vivos que sobre los muertos.
4. ‘El tercer mundo después del Sol (Minotauro, 2021), coompilado por Rodrigo Bastida Pérez
Por mucho tiempo se enfatizó que desde América Latina, así como las demás regiones que conformaban el tercer mundo durante el conflicto político-ideológico-económico denominado Guerra Fría —es decir, América Latina y el Caribe, África, Asia y Oceanía— no se podía producir ciencia ficción, pues no se había alcanzado el desarrollo científico-tecnológico necesario que permitiera fabular futuros diferentes. Más allá de que la concepción sobre el subdesarrollo, así como las ideas asistencialistas del mismo son problemáticas, la generación de conocimientos desde nuestras latitudes permite desmontar estas visiones anacrónicas.
Así es como llega la antología El tercer mundo después del Sol, que tomando como vehículo a la literatura de la imaginación, se permite construir algunos escenarios posibles de lo que podría pasar con nuestra especie ante un desarrollo científico tecnológico desmedido que no resuelve los problemas de fondo y que se usa para controlar a las poblaciones —“El gran experimento” de Alberto Chimal—, otros fabulan las posibilidades que existirían alrededor de lxs cuerpxs y los géneros —“Les Pi’Yenmautas”, de Teresa P. Mira de Echeverría, algunos regresan al pasado para explicar dominaciones traumáticas —“La conquista mágica de América”, de Jorge Baradit— y un larguísimo etcétera. Y para los románticos, no duden darle un vistazo a “Other Voices” de Giovanna Rivero: la combinación perfecta de nostalgia, desamor y Cerati.
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