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‘El tapiz amarillo’ de Charlotte Perkins Gilman, una reflexión sobre su propia vida

Hoy en día hablar sobre nuestras emociones y sentimientos, así como sobre los trastornos que pueden mediar nuestro estado de ánimo y pensamiento, es un proceso diferente a lo que fue en años anteriores, pues hay mayor información, comprensión y sensibilidad al hablar de ellos. Claro está que no podemos generalizar, pero sí resulta cierto que estas afecciones eran tratadas de diferente forma años atrás. En ‘El tapiz amarillo’The Yellow Wallpaper-, Charlotte Perkins Gilman habla de forma autobiográfica sobre la depresión post-parto que sufrió posterior al nacimiento de su hija, pero sobre todo ejerce un critica velada al machismo que imperaba a su alrededor y a la opresión y aislamiento a la que fue orillada por tener depresión.

El tapiz amarillo

Este cuento narra la historia de una mujer que después de su embarazo se encuentra recluida en una casa, por recomendación de su esposo John, quien además es médico. A lo largo de la historia y de los días, ella nos vuelve participes de la depresión post-parto que sufrió y de la forma en que fue invisibilizada y excluida de la vida por tener esta afección.

“Dice que de esto sólo puedo salir yo misma; que tengo que usar mi voluntad y mi autocontrol, y no dejarme vencer por fantasías tontas. Dice que de esto sólo puedo salir yo misma; que tengo que usar mi voluntad y mi autocontrol, y no dejarme vencer por fantasías tontas.”

La narradora, que también es la protagonista de la historia, deja entrever en este cuento la falta de información e interés que se tenía sobre quienes padecían estos trastornos, así como  la forma en que afectaba específicamente a las mujeres, a quienes mejor se les aislaba y se les negaba realizar cualquier actividad porque no podrían controlarse. La protagonista, quien no puede hacer otra cosa en la casa, empieza a tener  rechazo e incomodidad en el cuarto, pues el tapiz que lo recubre le parece feo y sucio, pero John no le permite cambiar de habitación, pues esto sería perjudicial para ella.

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Este rechazo se empieza a convertir en una obsesión para la mujer, quien comienza a observar detenidamente al papel y descubre que hay un dibujo principal y que detrás de este se esconde una mujer, quien durante el día le resulta borrosa e inmóvil. Como bien podemos darnos cuenta, es a través de este espectro o fantasma que la protagonista ejerce la crítica a la opresión y reclusión de la que fue víctima y de la que muchas mujeres lo eran en el siglo XIX.

Charlotte Perkins Gilman

Nació el 3 de julio de 1860 en Hartford (Connecticut). Sufrió el abandono de su padre a corta edad y tuvo que criarse con sus tías. A los dieciocho años  ingresó en la escuela de diseño de Rhode Island. En 1885 se casó con el pintor Charles Walter Stetson, con quien tuvo una hija, Katharine. Posteriormente sufrió una profunda depresión y posterior a esta, se separó de su esposo. Fue partícipe de varios movimientos feministas durante la época.

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