¿Has tenido sueños tan lúcidos que pareciera que no estás soñando? Pues tal vez hayas vivido alguna experiencia de las que Howard Phillips Lovecraft nos narra en sus cuentos del mundo onírico.
Como bien sabemos, Lovecraft es el padre del horror cósmico, no sólo se queda con la idea del terror relacionado a fantasmas, muertes o crímenes, sino que introduce una nueva forma de asustar y atrapar a sus lectores incluyendo dioses indescriptibles fuera de este mundo, magia negra extremadamente peligrosa, y tierras extrañas que sólo se pueden visitar través de los sueños: las ciudades oníricas.
Algunos de estos cuentos oníricos son: Más allá del muro del sueño (1919), A través de las puertas de la llave de plata (1926) y La búsqueda onírica de la desconocida Kadath (1943). En estos relatos, el escritor provoca que quien los lea se confunda y se pierda entre la fantasía y la realidad, pero al mismo tiempo nos hace preguntarnos si lo que soñamos realmente está dentro de nuestra mente o si es posible que suceda.
En Más allá del muro del sueño, tenemos un narrador testigo, un doctor que observa cómo llevan a un hombre al psiquiátrico, Joe Slater, quien tras un colapso mental se encontrara con el cuerpo sin vida de su vecino, seguro de que él había sido el responsable de su asesinato, ya que tenía las manos cubiertas de sangre. Joe comienza a tener ataques mientras duerme, donde pierde el conocimiento y balbucea cosas “sin sentido”, pero que al doctor le intrigan bastante, ya que tiene cierta fascinación por el mundo onírico y al mismo tiempo cree posible que Joe posea una gran inteligencia que nadie puede comprender aún.
Así que decide hacer un experimento con el enfermo mental, el cual consistía en que mientras éste durmiera, el doctor conectaría en sus cabezas una especie de cables tanto de transmisión como de recepción, para que lo que Joe Slater soñara él también lo pudiera ver en su mente.
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La prueba funciona y el doctor se encuentra con una entidad cósmica que le hablará de cosas que los humanos no están listos para escuchar, pero como prueba de que todo es real le da una especie de profecía, la cual años después encontrará que se cumplió, aunque nadie le crea sobre lo que esa noche vivió con Joe.
En nuestra siguiente historia titulada A través de las puertas de la llave de plata, que de hecho es una continuación de La llave de plata (1929), tenemos un personaje al cual Lovecraft pareciera que aprecia bastante, ya que lo incluye en otros relatos: Randolph Carter, el cual obtiene una llave que le permite viajar al pasado y poder revivir momentos de su niñez que tanto anhelaba.
Sin embargo, corre un gran peligro cuando comienza a viajar de una realidad a otra, quedando atrapado en un cuerpo y planeta diferentes de donde no puede escapar con su querida llave de plata, así que pasa un largo tiempo para que pueda volver a la Tierra y contar su historia haciéndose pasar por alguien más, sorprendiendo a un grupo de hombres que se han reunido para discutir sobre un fideicomiso suyo. Al término de la historia aún quedan sospechas y preguntas de si todo fue una alucinación colectiva o realmente sucedió, a pesar de contar con pruebas de que, quien alguna vez fue Randolph Carter, estuvo presente.
Pero no es el único momento en que Randolph viaja entre lo real y lo fantástico, ya que en La búsqueda onírica de la desconocida Kadath (que cronológicamente en el mundo de Lovecraft sucedió antes del relato anteriormente contado), lo acompañamos a buscar a los grandes dioses que no pertenecen a este mundo terrenal, los cuales viven en una ciudad llamada Kadath y que ningún mortal puede llegar a conocer a menos que estén dispuestos a enfrentarse al Caos Reptante, Nyarlathotep y con Azathoth, el centro del vacío final.
Randolph Carter llega a muchas ciudades en este sueño, el cual por tanto tiempo intentó tener sin desconectarse a la mitad de su búsqueda. Una de esas ciudades es Ulthar, donde los gatos son sagrados y los habitantes tienen totalmente prohibido hacerles daño, si eres fanático de este escritor reconocerás el nombre de ese lugar; es una ciudad que Lovecraft menciona en otro cuento (Los gatos de Ulthar 1920), en el que explica la importancia de los gatos para aquellas personas y la maldición que pueden adquirir en caso de no respetarlos.
Además de todos los lugares que va recorriendo nuestro protagonista, se encuentra con criaturas de lo más extrañas, de las cuales se apoya para lograr su cometido, hasta que por fin llega a su meta, pero se lleva una tremenda sorpresa al descubrir que gracias a su increíble imaginación llegó a construir un lugar mucho más agradable a los ojos de los dioses, así que se mudaron. Sin contar el giro en la trama que, como lector no te esperas que suceda, este relato es fascinante y confuso al mismo tiempo.
Los tres cuentos provocan que te cuestiones tu misma realidad, sobre todo cuando llegas a tener sueños que no se sienten como tal. ¿Existirán criaturas peligrosas en el plano astral que esperan a que nos demos cuenta de que todo es posible mientras dormimos, o sólo es que Lovecraft se inspiraba en sus pesadillas para asustar a otros? No importa, de lo que sí podemos estar seguros es de que a todos nos atrapan este tipo de historias.
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Foto portada: fuente / infobae.com