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‘El lugar donde crece la hierba’ de Luisa Josefina Hernández: diferentes formas de prisión

Luisa Josefina Hernández es una escritora mexicana que posee una amplia cantidad de publicaciones, las cuales abarcan en su mayoría obras de teatro y novelas. Sin embargo, algunas de sus obras literarias han sido han sido ignoradas y olvidadas por el canon. Recientemente, a través de la Colección Vindictas de la UNAM, ‘El lugar donde crece la hierba’ -una novela de esta escritora mexicana- encontró un nuevo espacio para ser leída y visibilizada. Este libro publicado en 1956 retrata la historia de una mujer que se encuentra atrapada, olvidada y minimizada por los hombres que la rodean.

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Acusada de robo y enclaustrada en una casa para poder conservar su libertad, la protagonista va narrando la forma en que ha estado sometida a un amor imposible y limitado por parte de Enrique; a un esposo indiferente y lejano como lo es Patrick y a la protección paternal de Eutifrón. Esta mujer-sin nombre- encuentra en la escritura un espacio liberador y catártico que la llevan a irse transformando conforme se desarrolla la historia.

“Soy un río que sabe de raíces, de ramas, he sido apedreado, mi seno ha sido cementerio de pájaros y las hojas han caído en mis fauces y han desaparecido. En mi carrera he tragado reflejos de luces amarillas y rojas, he digerido soles, he sofocado planetas, he almacenado lluvias…Soy un río ensoberbecido que quiere desbordarse».

Pérdida de la libertad

En esta novela los espacios son pocos, pero tienen gran significación dentro de la historia. Hay un juego con la simbología de los espacios, pues se transgrede el carácter protector, reflexivo e imaginativo de la casa.Esta mujer encuentra lo necesario para su subsistencia en este hogar, pero a cambio de su propia individualidad.

“Después, al mediodía, llegó mi dueño, no tan solo de la casa, sino mío; si no fuera por él, no tendría qué comer y estaría en un lugar más desagradable que este acojinado y luminoso cuarto de niños”

Asimismo, la elección del cuarto de los niños, como el lugar en que ella  se encuentra, juega con el carácter paternalista que tiene el personaje de Eutifrón, para quien esta mujer es un ser extraño que le causa desconfianza, pero también compasión ya que necesita de sus cuidados. Del mismo modo, hay una relación entrecha entre la inocencia del cuarto infantil y la búsqueda de inocencia de esta mujer.

Fuente: freepik.es

En El lugar donde crece la hierba el miedo es la fiel compañía de la protagonista: miedo a la soledad y a perder el amor y la libertad. Para ella la cárcel significaba estrechez, pero eso mismo encuentra entre las paredes físicas y humanas que la acorralan; muros que borran su existencia, su palabra y, al final, el miedo.

“Ambulo para encontrar ese recóndito lugar de musgo, en que, sin dar lugar a duda, ha crecido la hierba. Ese es el sitio que yo busco para estar el minuto de calma, la tregua entre el castigo y el castigo”.

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