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‘El libro vacío’ de Josefina Vicens, una reflexión sobre el propio ejercicio de escribir

En ‘El libro vacío’ Josefina Vicens reflexiona sobre el proceso de escribir: los miedos, los prejuicios y los objetivos con los que muchas veces se carga al emprender la redacción de un texto.

José García, un hombre casado, con dos hijos y con una vida monótona-que transcurre entre su trabajo en una oficina de contabilidad y dos cuadernos- escribe sobre la imposibilidad de escribir una novela trascendente e interesante para todos. Mediante el uso de la primera persona y en voz de José García sabemos de la existencia de dos cuadernos: uno vacío, que será el espacio donde se desarrollará la novela que pretende escribir, y otro en el cual se desenvuelve la historia de su vida y de la que somos participes como lectores.

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El oficio de escribir

En ‘El libro vacío’ Josefina Vicens reflexiona sobre el proceso de escribir: los miedos, los prejuicios y los objetivos con los que muchas veces se carga al emprender la redacción de un texto. José García comienza hablando sobre su imposibilidad de escribir, pero también la necesidad que tiene de hacerlo. Sabe que puede abandonar ese afán de crear una novela, pero no ese deseo de reconocimiento.

“No escribo para mí. Se dice eso, pero en el fondo hay una necesidad de ser leído, de llegar lejos; hay un anhelo de frondosidad, de expansión. Entonces pensé que no podía usar situaciones y sentimientos personales que reducirían, que localizarían el interés”.

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Asimismo, Vicens habla de la escritura como un acto que puede partir de cualquier vacío; desde el de una hoja que se desea llenar hasta el de una persona que encuentra en esta un refugio. Puede quebrantar lo escrito anteriormente o seguir el mismo modelo; puede remitir a la propia herida o no hacerlo, pero debe imperar el deseo de escribir sobre la necesidad de hacerlo.

“¡Qué absurdo, Dios mío, ¡qué absurdo! Si el libro no tiene eso, inefable, milagroso, que hace que una palabra común, oída mil veces, sorprenda y golpee; si la cada página puede pasarse sin que la mano tiemble un poco; si las palabras no pueden sostenerse por sí mismas, sin los andamios del argumento; si la emoción sencilla, encontrada sin buscarla, no está presente en cada línea, ¿qué es un libro? ¿Quién es José García? ¿Quién es ese José García que quiere escribir, que necesita escribir, que todas las noches se sienta esperanzado ante un cuaderno en blanco y se levanta jadeante, exhausto, después de haber escrito cuatro o cinco páginas en las que todo eso falta?”

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Escritura:reflejo de los problemas humanos

Acerca de ‘El libro vacío’ se ha hablado de la forma en que la autora asume una voz masculina   para hablar de los problemas humanos. José García habla del vacío que habita en su cuerpo, de la monotonía de su trabajo, de sus sueños frustrados- como el de ser marinero-, de problemas económicos y de esa mujer que le recordó lo que es amar, pero que resulta imposible.

Ahora bien, más allá de estos problemas, la escritora mexicana ejerce una crítica y habla de otro aspecto -que ha sido invisibilizado- al momento de hablar de quienes escriben. En este libro el personaje principal, José García, habla y centra su narración en sus desvaríos y tristezas. Al mencionar a su esposa la refiere como una mujer que protege a sus hijos y a él y que, sobre todo, se esfuerza en no molestarlo y darle tiempo de escribir. Resulta interesante que se aborde esto, pues al hablar del oficio del escritor siempre se destaca el genio creador que se apodera de ellos, pero olvidamos que escribir requiere tiempo, apoyo y comprensión. Al mismo tiempo que se invisibiliza a quienes también lo hacen posible.

“Las esposas de los hombres pobres son un poco mágicas. Yo no sirvo para nada. Trabajo y la amo. Y amo a mis hijos. Es todo lo que hago en la vida”.