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‘El Hoyo’, el mesías en la sociedad antropófaga

‘El Hoyo’ es una película española, que refleja una sociedad antropófaga. Protagonizada por  Iván Massagué, Antonia San Juan, Zorion EguileorEmilio Buale y dirigida por  Galder Gaztelu-Urrutia. La ciencia ficción carcelaria, lugar de subjetividades subordinadas a un orden vertical, servirá de escenario para lo que vendría a convertirse, de manera insospechada, la emulación del mesías bañado en la materia fecal del sistema.

El film ha ganado varios reconocimientos, entre ellos, a mejor película durante el Festival de Cine de Sitges, también consiguió ganar como la Mejor en Efectos Especiales durante los premios Goya. Un cine diferente.

El Hoyo - III Iván Massagué, Antonia San Juan, Zorion Eguileor, Emilio Buale y Alexandra Masangkay


La glotonería en la prisión antropófaga

La celdas puestas de manera vertical representan la linealidad con que se esquematizan las vidas asignadas a la repetición de lo mismo: glotonería como excedente de sentido, como un intento reiterativo de transgredir el orden.

La racionalización de la escasez se observa desde la constante de la alimentación a modo, debido al cómo se reparten la comida. Los que estén más próximos al nivel cero, tendrán mayor oportunidad de alimentarse mejor, mientras que los que estén más alejados, muchas veces no les toca ni las sobras.

Desde aquí, la administración gastronómica de la sobrevivencia se puede visualizar metafóricamente como el gusto regulador del orden. Las personas están controladas alimentariamente, dato que devendría en una relación de antropofagia. ¿Si pueden controlar su apetencia, por qué no focalizarlos a que se devoren unos a otros?

Los prisioneros están sometidos al control de la verticalidad del sistema, sin embargo, en la oportunidad de transgredir la norma (por medio del instinto de supervivencia) terminan desbordados: llenos de comida, hinchados de exceso. Lo único que ocasiona esto es mermar la oportunidad de supervivencia de los demás prisioneros.

Por un lado, afirman la ley de escasez y, por el otro, se han podido exceder. Entre ellos mismos sostienen la desigualdad del lugar debido a que la racionalización de los alimentos debería alcanzar para cada prisionero, al menos, eso piensa Goreng (Iván Massagué).

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Este último recurre al ingenio, así como lo hizo el héroe griego Ulises cuando tiene que sortear el canto placentero de las sirenas. Goreng tiene que usar la razón para no caer en el excedente de la glotonería, la racionalización alimentaria es el contragolpe al sistema.


El mesías de la porquería

La peculiaridad de que Goreng accediera al lugar con el libro «El Quijote» no es casualidad, su incursión como contragolpe al sistema vendría desde un orden intelectual, más que el de las armas. Su compañero de celda, Trimagasi, escogió un cuchillo al momento de ingresar. Todos pueden elegir libremente qué introducir con ellos. Otro prisioneros entran con bates, navajas, bayonetas, etc. Pero él no.

La situación de Goreng se vislumbra entre el halo salvífico de su persona y la porquería que le toca sortear, esta última, en sentido real y metafórico. Es el que ha pensando en racionalizar la comida. Sabe que no lo puede hacer sólo. Así que encuentra apoyo en un hombre de color, un semejante con quien comparte la idea de cambiar las cosas.

Llevan a cabo la odisea, al principio se recurre a la violencia como método para imponer la nueva normatividad, después, llega la voz de un sabio que les indica que la mejor vía es el convencimiento, ya si no hacen caso: «palo». Continúan pasando por los niveles montados en la mesa flotante que viaja verticalmente entre las celdas.

El mensaje del mesías fecal, ese hombre moderno embarrado por la porquería de la antropofagia sistemática, es que llegue intacto un platillo a sus verdugos, el más delicado de todos: ¡miren lo que les regresamos!

Sin embargo, hay un giro inesperado, una niña se encuentra en el último piso. ¿Qué pasa con ella?. El mensaje no necesita portadores, el papel de Goreng es de autosacrificio. Cumplido eso, ha germinado la oportunidad de reivindicar la situación de los prisioneros.

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