En otro de mis artículos ya he escrito y detallado la vida de este gran autor latinoamericano, y pocos sabrán que entre la colección de letras fantásticas de Julio Cortazar se encuentran algunos cuentos de terror, entre los que pululan personajes lúgubres como los vampiros.
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En ‘El Hijo del Vampiro’ el personaje principal es un vampiro que lleva por nombre Duggu Van; la construcción narrativa nos va guiando para saber poco a poco quién es este vampiro y cómo es que llega a beber la sangre e incluso a poseer a Lady Vanda.
El narrador es equisciente porque sabe lo mismo que nosotros como lectores, nos menciona datos curiosos acerca de Duggu Van, por ejemplo: murió en el año 1060, no le gustaba otro tipo de sangre más que la de Lady Vanda, los fantasmas no le tenían miedo, pero ejercían algún tipo de respeto cuando el salía de su tumba para dirigirse al castillo de Lady Vanda; en el cuento el narrador nos detalla que la mujer en cuestión no era para el vampiro «una víctima más destinada a una serie de colaciones», es claro e incluso majestuoso que en una obra narrativa se manejen temáticas como el amor y la muerte, o el erotismo proveniente de seres desencarnados, diabólicos, entes o espíritus que disfrutan de los placeres y los vicios.
El narrador nos menciona que Duggu Van no se dejó llevar o guiar por el misterio que rodea el enamoramiento de los vampiros «cosa que en la leyenda permanece oculta» , Duggu Van se dejó llevar por el placer físico que emanaba de la hermosa figura de Lady Vanda, poseyéndola a través de la sangre robada y sexualmente.
«La belleza irrumpía de su figura ausente, batallando, en el justo medio del espacio que separaba ambos cuerpos, con el hambre. Sin tiempo de sentirse perplejo ingresó Duggu Van al amor con voracidad estrepitosa.»
Posterior al acto «amatorio y voraz», una multitud de personas especializadas en distintas áreas rodeaban y velaban por la salud de Lady Vanda, pues ella quedaba en el umbral vida o muerte, Duggu Van tenía que alimentarse ahora de niños, de ovejas y de cerdos, porque el castillo tenía protección y no podría alimentarse de la jugosa sangre de Lady Vanda, posteriormente ella se entera de que esta embarazada e intuitivamente sabe que el hijo es de un vampiro, porque como va avanzando el crecimiento del bebé, su piel comienza a palidecer y empieza a perder energía vital, encontramos dentro de la natación una frase que ella repite constantemente: «Es como su padre, como su padre».
El final del cuento es asombroso porque el narrador nos describe el entorno en el que está Lady Vanda cuando va a parir y cómo es que llega Duggu Van para darle la bienvenida a su hijo, uno como lector esperaría sangre y desgarramientos, porque la madre era humana. En lugar de estos elementos encontramos una transformación espeluznante, Lady Vanda deja de ser ella porque sufre una transformación: el hijo del vampiro ha tomado su cuerpo y ha evolucionado, el sexto de la mujer se transformó en el contrario y la musculatura e incluso el color de piel se modificó.
Este cuento es una excelente narración para leer en estas fechas, te sorprenderás con la majestuosidad del lenguaje de Cortázar, de las descripciones asombrosas y terroríficas, pero sobretodo, del gran remate con el que culmina esta breve narración del gran autor latinoamericano que fue Julio Cortázar.