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El espacio urbano: una variable que influye en la salud

Cuando hablamos de las grandes ciudades solemos referirnos al papel determinante que juegan dentro de la actividad económica de la región e incluso a nivel nacional, citamos los grandes problemas que enfrentan tales como la delincuencia, el desarrollo económico desproporcionado, la gran cantidad de desechos que se generan y los desastres naturales a los que están sometidas. Sin embargo, algunas veces pasamos por el alto el impacto que generan en la salud de sus ciudadanos y de sus visitantes, si es que son un centro económico que capta buena parte de mano de obra proveniente de otros lugares.

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Fuente: fundacioncentrohistorico.com.mx

El crecimiento acelerado de las ciudades ha puesto en evidencia los grandes impactos que la expansión urbana genera en la salud, principalmente en lo que se refiere a la persistencia de enfermedades crónico-degenerativas, tales como la diabetes, la hipertensión, la obesidad y enfermedades coronarias.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONU-Habitat, los problemas de salud urbana solo están creciendo, en parte porque las ciudades también están creciendo. La mitad de la población mundial vivirá en ciudades para 2050, y dos mil millones de ellos estarán en barrios marginales.

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La ubicación y su relación con la salud

Diversas investigaciones advierten cómo la localización influye de forma considerable en la salud de las personas. En efecto, los habitantes de zonas urbanas de baja densidad (áreas dispersas) tienden a caminar menos en comparación con los que viven en ciudades más densas y compactas. Esto se debe a las grandes distancias y trayectos que se deben recorrer para cumplir con la rutina diaria, es decir, ir al trabajo o a la escuela, comprar víveres, acudir a un centro de salud, etc.

Fuente: thestreet.com

Los resultados se reflejan en una creciente dependencia del automóvil, lo que sin duda alguna motiva el incremento de la inactividad física y el sedentarismo —causa de muchas enfermedades— sin dejar de lado los grandes estragos provocados en las ciudades, esto es, un aumento inmensurable del parque vehicular, vías carreteras saturadas y mayores niveles de contaminación.

El envejecimiento, la globalización, la urbanización, el aumento de la obesidad y la inactividad física han convertido a las enfermedades cardiovasculares en la principal causa de muerte y discapacidad en América Latina, representando casi un tercio de la mortalidad regional, con un riesgo generalmente más alto en los hombres en comparación con las mujeres. – OMS, 2017


La planeación urbana y sus efectos en el bienestar

No es ninguna novedad que las grandes ciudades aquejan muchos problemas de movilidad. Un trasporte público deficiente y de mala calidad —además de inseguro—, una infraestructura carretera dañada por la afluencia excesiva de automóviles, así como la persistencia de zonas cada vez más alejadas de los centros económicos, ha provocado que buena parte de la población urbana tenga que pasar demasiado de su tiempo en traslados.

Por otro lado, las jornadas laborales extenuantes y de baja remuneración, así como la poca disponibilidad de alimentos saludables, provocan que muchas personas opten por alimentarse de manera rápida y poco saludable en puestos callejeros de comida, mismos que en su mayoría ofrecen alimentos hipercalóricos y poco balanceados.

Fuente: elsoldecuernavaca.com.mx

Estos factores tienen consecuencias evidentes en la mala nutrición y el incremento del sobrepeso y la obesidad, además de impactar negativamente en el balance entre el trabajo y la familia, generando que las personas pierdan niveles de bienestar y, por el contrario, sufran desgaste físico y estrés.

Ahora bien, si nos referimos a la desigualdad urbana y la salud, el problema se centra en los barrios marginales y menos favorecidos, que además de padecer de problemas de alimentación, falta de educación y delincuencia, por mencionar solo algunos ejemplos, se enfrentan a las malas decisiones de planificación urbana, lo que los encierra y aparta del acceso a la infraestructura sanitaria.

Fuente: desinformemonos.org

Muestra de ello yace en la distribución del agua en la Ciudad de México, que da prioridad a las colonias de mayor poder adquisitivo o con mayor infraestructura comercial, dejando de lado a grandes zonas empobrecidas que luchan día con día para hacerse del líquido vital, incluso si es solo para preparar alimentos y tomar un baño cada tercer día.


El análisis urbano: una esperanza en el desarrollo de políticas

A pesar de los múltiples problemas que enfrentamos en las metrópolis y grandes ciudades, existen vías de solución óptimas que pueden generar un mayor bienestar y una menor desigualdad entre la población.

Incorporar el análisis del espacio urbano en la formulación de política pública puede marcar la diferencia y generar proyectos eficientes, eficaces, sostenibles y, sobre todo, impactar de manera positiva en el bienestar físico y mental de las personas.

Fuente: mexico.as.com

La salud y el bienestar han dejado de ser temas optativos en el análisis urbano y en casi cualquier ciencia. Por el contrario, han trascendido a formar parte de uno de los pilares fundamentales de la planificación y toma de decisiones en el ámbito público. La clave es hacer frente a los problemas desde la planeación y no solo a partir del tratamiento.

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