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El daño que vistes: Fast Fashion

La moda ha sido el reflejo de la sociedad, se ha involucrado en la forma de expresión e incluso de protesta de las personas. Se trata de una de las necesidades básicas que más ha evolucionado en la industria, pero al mismo tiempo, una de las que más ha dañado al planeta con el fast fashion, donde se consume más, pero se utiliza menos.

La moda rápida ya es un estilo de vida que se ha caracterizado por mostrar distintas propuestas textiles en muy breves periodos, lo que provoca una serie de tendencias en ropa con un bajo costo, o al menos en apariencia bajo, ya que su precio no sólo está en la etiqueta, sino en telas de baja calidad, salarios y condiciones de trabajo precarias y una alta cantidad de contaminantes.

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Fuente: antad.net

Las prendas se ven y se siente bien lucirlas, pero una realidad es que afectan a las personas que las realizan y dañan a todos con las emisiones de CO2, los desechos generados y la desmedida huella hídrica que utiliza cada textil.

La moda asfixia al medio ambiente

Por más increíble que parezca, producir una sola camiseta representa un uso excesivo y desmedido de materias primas. De acuerdo con el portal de Sostenibilidad para todos, se estima que para fabricar una camiseta de algodón de 250 gr se usan unos 2.900 litros de agua y para unos pantalones de 1 kg 11.800 litros.

Además, el agua no es el único recurso utilizado, sino que la fabricación y el transporte de la ropa, incrementan la huella de carbono, que al final terminará en un desecho más de tela que tarda más de cien años en biodegradarse.

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Fuente: muestramodamexicana.org

Aunque se intente reducir si consumo, es casi imposible. Anteriormente la ropa podía ser heredada o incluso reutilizada en otro producto, sin embargo, la ropa en tendencia obliga a las personas a comprar cada vez más debido a la baja calidad de las prendas que pierden su color, se rompen fácilmente, o simplemente pasa de moda. Adquirir ropa de tiendas de centros comerciales, es comprar un desechable.

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Por otro lado, resulta difícil no tener un guardarropa, ya que se trata de una necesidad básica, que la industria a transformado a una necesidad de status. Pero, si se quiere ayudar a la salud, al planeta y evitar la explotación laboral, una opción es comprar ropa de segunda mano.

Las redes sociales se han convertido en un lugar para adquirir piezas únicas a través de bazares que se encuentran en Instagram o Facebook. La ropa de segunda mano no sólo es irrepetible, sino que se encuentran tesoros de alta calidad por un precio razonable respecto al nivel de tela, lo que garantiza una mayor durabilidad.

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Fuente: metriocool.com

Además, comprar ropa de segunda mano aporta a mejorar la economía de personas o de microempresas, con lo cual se combate alimentar a las grandes industrias a las que no les importan sus trabajadores ni la explotación que viven día a día.

Aunque los hábitos de consumo deben de cambiar para poder ayudar al medio ambiente y a su preservación, la alternativa de comprar en medios locales contribuye si bien no a reducir los contaminantes, sí a no aumentar la emisión de partículas al ambiente, pues al no ser trasladado en grandes escalas y con una alta durabilidad, la ropa previene la deterioración ambiental.

La industria textil y el sistema en el que la sociedad funciona es difícil de cambiar, especialmente cuando las personas de poder son las que se encuentran beneficiadas, sin embargo, al dejar de comparar sus artículos, es posible mejorar la salud del planeta y la de las personas, además de vestir con creatividad y dejar atrás el daño que vistes.

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Fuente: kueskipay.com