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El confinamiento del 2020, un privilegio no valorado

El 31 de julio se dio a conocer que México supero en muertes por covid a Reino Unido, colocándose en el tercer lugar, con 46,688 fallecidos. El primer lugar es ocupado por Estados Unidos con 153,138 defunciones y el segundo por Brasil con 92,475.

El privilegio de quejarse del confinamiento es evidente cuando no se presenta un peligro ni se ha vivido una muerte cercana. El privilegio de quejarse incrementa cuando “ya no hay nada que ver en Netflix” o cuando “ya se han subido todas las fotos del cumpleaños aburrido a Facebook”.

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Fuente: selecciones.com.mx

Aburrimiento del mismo entretenimiento

El hecho de poder estar aburrido por que ya no hay nada que ver en alguna suscripción de streaming, quiere decir que se vive en un hogar que goza de internet, televisión o computadora y una sala de estar o espacio adecuado para disfrutar del entretenimiento.

Para comprender del privilegio que se tiene por aburrirse de estar en casa, es pertinente comparar algunas cifras. El último dato reportado de habitantes en México por el INEGI es del 2015 con 119,938,473 personas. En el año 2018 se dio a conocer que solamente el 65.8% de la población mexicana es usuaria de internet. Y, por último, según una nota publicada por “El Economista” de enero de este año, hasta septiembre del 2019, Netflix contaba con 6,783,000 usuarios activos en México, mientras que Clarovideo contaba con 2,075,700 usuarios. De lo anterior se puede concluir que la mayor parte de la población mexicana se encuentra en desventaja en cuanto al acceso a entretenimiento se refiere.

Fuente: es.123rf.com

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Con el solo hecho de tener internet se pueden hacer infinidad de cosas. Como aprender un idioma, hacer un blog, tomar un taller, hacer ejercicio, aprender a cocinar, comunicarse con la familia o los amigos y simplemente entretenerse con videos, series o películas. Incluso internet cuenta con muchos artículos que explican cómo se puede vivir una cuarentena mentalmente sana. Tal vez lo que haga falta es la iniciativa de salir del confort y enfrentarse a algo nuevo por aprender. Poder quejarse, solamente refuerza la desigualdad que se vive en México, pues la población que no goza de todo lo anterior ni siquiera es escuchada, se preocupa por lo que va a comer y no por que su serie favorita ha terminado.


Desesperación por la pérdida de la rutina

Lamentablemente todos los estudiantes tuvieron que acoplarse a una forma de estudio autodidacta; la escuela es una de las mejores etapas de la niñez y juventud si se tiene el privilegio de vivirla y es difícil entender, que por el momento no se puede asistir a las escuelas. Pero existen niños y jóvenes de la población que, aunque es su deseo, no pueden continuar con sus estudios por no gozar de internet o de televisión según sea el caso. Quejarse por tener mucha tarea y no ver a los amigos es un privilegio si se considera que hay personas que no pueden siquiera hacer una videollamada de calidad o mandar algún reporte por correo por que no tienen computadora.

Fuente: rionegro.com.ar

Por otro lado, están los trabajadores que, aunque viven un extremo estrés con el home office, no han perdido su empleo y gozan de un sueldo completo. Según una noticia publicada en julio por Forbes México, México ha perdido 1,181,000 de empleos formales por la pandemia. Aunado a esto se tiene la cifra de empleos informales y de las personas que conservan sus empleos, pero con disminución de su paga. Definitivamente quejarse por poder estar en casa trabajando y recibiendo la paga completa, es un privilegio, pues no existe un peligro significativo por contagiarse de covid-19. Y ni hablar de las personas que no tienen tiempo de quejarse, pues no pueden hacer home office y deben estar en las calles, hospitales e industrias trabajando.


Estar harto de las personas con las que se vive

En este apartado no se incluyen a las familias que desafortunadamente sufren de violencia intrafamiliar. Se pretende abordar las peleas innecesarias y las quejas que se tiene de convivir tanto con los familiares. Es inevitable encontrar mas defectos de los normales en los familiares, después de tener que convivir todo el día y sin estar acostumbrados. Pelearse por quien ve la tele o por no estar de acuerdo en que comer es otro privilegio que se tiene, pues tal vez no se ha presentado una muerte cercana en la familia o no se tiene a nadie en el hospital. Tal vez sea oportunidad de reforzar lazos, para aprender a negociar, aprender a educar a los pequeños y respetar a todos los integrantes de la familia. Comprender que todos vivimos un proceso diferente durante el confinamiento y recordar lo afortunado que se es, puede ser otro método para evitar peleas innecesarias.

Fuente: peru21.pe

Por otro lado, hay personas que viven solas, que tuvieron que migrar a la ciudad para estudiar o trabajar y por cualquier razón no pudieron regresar con sus familiares. Si se vive una calidad de vida aceptable y hay quejas por que el abuelito o abuelita no deja de decir que quiere salir y no entiende, no es mas que otro privilegio del que se goza durante la pandemia.


No hay ningún lugar abierto

También está el caso de poderse quejar por que el único lugar donde se puede ir a entretener es a comprar un helado o ir por despensa; es un privilegio, por que no se esta preocupando del todo por los ingresos que la familia tiene. Al contrario, se puede dar el lujo de comprar dulces para los pequeños en el supermercado, un helado o comida rápida para pasar el rato.

También existen las personas que no resisten la idea de pasar un cumpleaños sin amigos y encerrados en casa. Poder comprar una playera que diga “el coronavirus me arruino mi cumpleaños”, es un privilegio si se considera que se pudo comprar la playera en línea y que se acompaño muy posiblemente con un pastel; cuando hay personas que no alcanzaron a celebrar su cumpleaños este año.

Fuente: Shutterstock

El coronavirus cambio la vida de todos y definitivamente para mal, nos dimos cuenta de nuestra realidad como personas, familia y sociedad. Para nadie ha sido fácil y es normal tener procesos de tristeza, ansiedad y enojo. Nos dimos cuenta de que en un abrir y cerrar de ojos, la vida puede cambiar y con ella los planes que se tienen para un futuro tan cercano como del día siguiente. Thomas Carlyle dijo:

Nunca debe el hombre lamentarse de los tiempos en que vive, pues esto no le servirá de nada. En cambio, en su poder está siempre mejorarlos.

De lo que se puede concluir que una queja por aburrimiento en este confinamiento no es mas que un privilegio del que pocos mexicanos gozan, es mejor ocuparse, pedir ayuda a profesionales de la salud mental, buscar actividades y siempre, tratar de ayudar a los demás.

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