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‘Dogville’, el bondad de las personas tiene un límite

‘Dogville’ es una película de crimen, drama y thriller. Dirigida por Lars von Trier, protagonizada por Nicole Kidman, Paul Betanny, Blair Brown. ¿Qué pasa dentro del ser humano, cuando tiene la oportunidad de ayudar incondicionalmente a alguien? ¿Abusa de ello? ¿Lo hace en verdad por caridad o para cubrir las necesidades de su ego revestido de falsa piedad?

Dogville - Nicole Kidman (2003)


Mujer en peligro, poblado consternado

Pasaba el tiempo tranquilo como sueño de niño, en el bostezo de un gigante de piedra, cual rocas durmientes, esas montañas del poblado de Dogville, que sintieron los pasos de Grace (Nicole Kidman). Presurosos de tanto huir de sus perseguidores, unos gansters de poca mona, hombre ruines que sin importarles la asimetría del poder, decidieron ir por ella como perros de cacería en busca de su presa. ¿Por qué una simple mujer podría provocar tanto miedo a una partida de hombres armados? No es el discurso lo que revela el miedo, es la intención lo que lo hace latente.

Así, entre sudor y desesperación, llegó la protagonista de tez perlada. Poseía manos de granito, pues torpes cual inexperto eran. Nunca habían sido sometidas a trabajo duro, pero a costa de ser recibida en la villa debía ganarse el favor de la gente. Ellos eran el calor hospitalario en medio de la persecución, un descanso del caos citadino y de las armas que le venían pisando los talones. Sin embargo, esa aparente nobleza del pueblo se trocaría por pérfido cinismo y abuso. ¿quién ayuda al prójimo sin que, de por medio, esté el bienestar de uno salvado?

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Tom Edison (Paul Betanny) pone a prueba sus concepciones sobre la necesidad del regalo, ese bien que envuelve las maravillas de la piedad, el recogimiento y lo humano en una entrega desinteresada, en las manos de Grace. Ella llegó a Dogville para demostrar que no necesitaban ese regalo, que ese lugar apartado de la monotonía de la ciudad no era mejor. El ser humano puede llegar a creer que es bueno porque no ha estado en ciertas ciscunstancia.


Todo al descubierto

¿qué mejor disfraz que la transparencia? Ni ellos mismos, los habitantes, se pudieron imaginar que padecerían los influjos de la malicia, esos sentimientos desollados por el rencor hacia el otro. En este caso, Grace, sería el cuenco de esa mala voluntad; racimo de uvas podridas que esperaban por alguien para ser vistas cómo caen al piso.

El acontecer de la historia discurre en un escenario simple en apariencia. No hay muros, los dibujos en el piso sirven como mapa mnémico, es decir, como zona de memoria para la integración de la comunidad. El símbolo de lo transparente vendría a exponer la precariedad del pueblo sin que ellos supieran que padecían el mal de la discordia. Sentirse alejados del mal de la ciudad, guarda su propio complejo.

Los días pasan, Grace está a prueba, sus intenciones son expuestas, nada se oculta, en verdad quiere un lugar entre ellos. Se los gana, ha logrado obtener el derecho de ser una más de la comunidad. Pero, ¿qué le depara a quién nada tiene? ¿qué esperar del destino cuando todo lo ha perdido y solamente retrasa un final nada agradable? ¿no es acaso ese estado de lo [transparente], lo expuesto, similar al de Grace? ¿Acaso, ella no oculta también el desprecio? Ese gusano astuto de la piedad que se escabulle con sonrisas afables, con menesterosa mano… ¿Qué es Grace en verdad, además del rostro expuesto de la supuesta buena gente?

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