Simon Beck es un ingeniero neozelandés de profesión que ama esquiar. Desde pequeño le gustaba recorrer los Alpes de Nueva Zelanda, ver caer la nieve y hacer figuras en el piso como si fuera un bastidor sobre el suelo
A los 58 años decidió comprar una cabaña en la estación de Les Arcs en los Alpes franceses, así podría esquiar cada que cayeran las primera nevadas. Un día mientras caminaba fuera de su cabaña, decidió trazar una estrella frente al lago donde vivía, al día siguiente después de mirarla en lo alto de un monte, se le ocurrió la idea de crear figuras más complejas, y 10 años después, se ha convertido en una de sus principales actividades.
Simon solo ocupa en compás y unas raquetas de nieve para hacer sus gigantescas obras; aún cuando sabe que no durarán mucho, destina gran parte de sus tiempo en crearlas.
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Primero crea las figuras en una computadora, con los que estudia por donde comenzará y dónde creará el camino para volver a casa y poder comer o descansar un poco, así no alterara con su caminar el trazado. Después comienza con el trazado, sabiendo que no debe demorar, pues el cansancio es mucho por caminar sobre nieve, a veces cerca de 20 km en un solo trazado, además del frío que debe soportar.
Lo increíble de sus figuras por supuesto es la dimensión, pero sobre todo la exactitud de sus cálculos pues desde el cielo se aprecien figuras perfectamente formadas con solo el pisar de un hombre sobre la nieve.
