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Las ciudades móviles de mediados del siglo XX

¿Imaginas ciudades móviles que recorran el mundo con espacios culturales para todos? ¿NO? Pues en las décadas de los 50 y 60 fue una idea latente entre varios arquitectos europeos. Va de la imaginación a la utopía. Esta arquitectura fue parte de la historia y vagó y se representó en algunos bocetos.

El nacimiento de la idea

Archigram (Architecture + Telegram) fue el movimiento arquitectónico, principalmente londinense. Este término fue inventado en 1961 para describir el contenido de una revista elaborada por los arquitectos y diseñadores Peter Cook, David Greene y Mike Webb.

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Por medio de las ideas anti-diseño, anti-historicismo y pro-consumistas, fuertemente influenciadas por el futurismo, vanguardia artística y arquitectónica caracterizada por sugerir velocidad, dinamismo y urgencia en las piezas elaboradas, se derribaran los valores que habían impuesto los modernistas en la década de los 60.

Con estos postulados en mente, comenzaron a proponer ciudades móviles mediante sus diseños construidos en collage, además de ideas utópicas de habitar estos territorios rutinarios y cuadrados.

Todos sus proyectos sobrepasaban los límites de la realidad, por lo tanto, no fueron construidos, pero sí forjaron un camino para repensar la arquitectura, el cual va más allá de hacer espacios simples y monótonos; pensaron una arquitectura sin arquitectura, sin seguir cánones estrictos que imperaban en aquel entonces.

Instant City

Con miras en el año 2010, Jhoana Meyer propuso una serie de estructuras itinerantes que vagaran por la periferia de las ciudades para aportar las posibilidades culturales que las grandes ciudades céntricas ofrecían. En pocas palabras, eran museos flotantes.

Instant City buscaba crear relaciones con los recursos culturales de cada ciudad y desarrollar múltiples eventos, y así, aportar un foco cultural en estos lugares fuera de las grandes ciudades y fomentar iniciativas estables en cada una de las ubicaciones visitadas. En pocas palabras, se generaría una red cultural que viajaría mediante globos en un espacio específico de la ciudad.

El nomadismo no era sólo de la ciudad, también pretendía que los usuarios se desplazaran, tanto física como mentalmente, en estas demarcaciones. Así, no seguirían las restricciones que hay alrededor de las esferas culturales, donde la quietud y la calma imperan; todo lo contrario, el dinamismo estaría presente y aportaría una visión diferente de la cultura.

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Mismas ideas

Las construcciones de estas ciudades, y el traslado de las personas a través de la arquitectura, no fue un hecho único de Meyer y de Archigram, pues un holandés inscrito en el Situacionismo llamado Constant Nieuwenhuys, pensó un proyecto similar: New Babylon, City for Another Life.

“New Babylon no se detiene en ninguna parte (porque la tierra es redonda); no conoce fronteras (porque ya no hay economías nacionales), ni colectividades (porque la humanidad es fluctuante). Cualquier lugar es accesible a cada uno y a todos. Todo el planeta se convierte en la casa de los habitantes de la tierra. Cada cual cambia de lugar cuando lo desea. La vida es un viaje sin fin a través de un mundo que se transforma con tanta rapidez que cada vez parece diferente”, escribió Constant.

Esta ciudad planetaria utópica estaba pensada para un futuro nómada, donde las fronteras no existiesen. Estaría construida a base de la práctica détournement, la cual consiste en desviar, reciclar y manipular elementos ya existentes que se desplazarían y estarían en constante remodelación.

Estas ciudades imaginarias sólo fueron y serán construidas (por ahora) en las mentes de las personas. Sin embargo, para vivir de manera similar, la recomendación es vagar sin rumbo, caminar por donde los pies digan, sin un destino claro y experimentar lugares y rutas inexploradas por ti. Hazlo, sé situacionista y vive como una ciudad flotante.

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