A lo largo de la historia el hombre ha tratado de establecer vínculos con la naturaleza, interactuando con plantas, animales y su entorno. La cetrería: una práctica de caza antigua se ha convertido en una actividad que permite reforzar el vínculo que el ser humano busca crear con la naturaleza.
Se trata de una actividad relacionada con el adiestramiento de aves rapaces, un estilo de vida, cuyo origen es milenario y es que desde tiempos antiguos esta clase de aves han fascinado a la humanidad con sus magníficos vuelos y su poder para cazar, dando lugar al nacimiento de una práctica que unió al ave y al hombre.
Puede definirse a la cetrería como el arte y deporte de entrenar aves de presa, principalmente halcones, gavilanes, águilas y aguilillas.
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Desglosando el concepto, es un deporte porque es un tipo de caza; es considerado un arte porque hay una interpretación por parte del cetrero del comportamiento del ave, además de que existe una interacción y comunicación con el ave.
Cuando una persona captura al ave de presa la ata así mismo, por motivo de los reflejos condicionados esta recibe una serie de entrenamientos de caza y aquellos relacionados con a la fidelidad.
Gracias a que el ave a través del entrenamiento aprende todo lo necesario para cazar y ser obediente, se desarrolla en ella un estado de fidelidad hacia el dueño.
Con lo anterior se suele fortalecer una relación especial entre la persona y el ave que recibe el entrenamiento. Es un proceso de aprendizaje para el ave.
Por tanto cuando los cetreros doman, alimentan y adiestran para el vuelo aves de presa crean un vínculo con ellas, convirtiéndose en sus principales protectores.
El objetivo principal del cetrero o halconero como también se le conoce, es el entrenar a un ave de presa para volver al puño cuando se le llama, y entonces entrenarlo para cazar con él, por lo que cada una de las aves de cetrería, tienen la función principal de atrapar de manera oportuna a la presa debido a que han sido entrenadas para éste fin.
Las técnicas de cetrería implementadas en diversos lugares son distintas, pero todas tienen como objetivo fundamental adaptar al ave a su nuevo estilo y que cumpla cada una de las funciones transmitidas, ya que se busca como ya se ha mencionado que sea fiel a su dueño en todo momento, para garantizar el éxito en la práctica.
Lo primero que debe hacerse para lograr los resultados esperados, es que el entrenador una vez que obtuvo el ave rapaz, éste debe hacer que el ave se acostumbre completamente al contacto con las personas, esto lo logra mediante el control de peso y una serie de cuidados básicos, los cuales dan como resultado que las aves sean menos agresivas.
También es fundamental condicionar sus sentidos alimentándolos en el señuelo o guante, esto como parte de su entrenamiento diario.
Después de varias semanas el ave esta lista para ir a la práctica de todo lo aprendido y es llevada al campo donde se le dan vuelos rectos con el fiador para ir probando su capacidad.
Finalmente cuando se comprueba que el animal da una respuesta incondicional al señuelo o a la lúa, se toma como una señal para que el ave rapaz vuele suelto y pueda responder a los silbidos o llamados del cetrero. En ese momento comienza la cacería.
Algunos de los tipos de aves de cetrería usados con mayor frecuencia al practicar este arte son: halcón peregrino, halcón gerifalte, halcón lanario, halcón sacre, halcón de las praderas, cernícalo vulgar, cernícalo americano, esmerejón, azor norteño, milano real, gavilán vulgar, gavilán cooper, gavilán americano, ratonero común, ratonero de cola negra, aguililla de Harris, águila real, lechuza común, búho real, búho nival, entre otros.
La cetrería está presente en muchos lugares del mundo incluyendo México; se convirtió en un arte, deporte o pasatiempo, dejando de ser un método de subsistencia.
En un principio, fue utilizada por el hombre para procurarse alimentos, pero su evolución posterior hizo que hoy en día esté vinculado principalmente a la conservación de la naturaleza, al patrimonio cultural y a las actividades sociales de las comunidades.
Practicar este arte es un gran apoyo en el control biológico de algunas especies, por ejemplo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México donde mantiene alejada la fauna que podría representar un peligro para los aviones, evitando así accidentes.
De igual manera ayuda en la rehabilitación de éstas magnificas aves rapaces, ya que a través de ella se puede garantizar que un ave ha aprendido a cazar y a sobrevivir por sí misma, que está sana y en condiciones para ser nuevamente introducida en su medio.
Cuando el ave está enferma o herida y no puede regresar a su medio, la cetrería le ofrece la posibilidad de tener una vida muy parecida a la que tendría en libertad, es decir, podrá seguir siendo un ave, solo que en compañía de un humano.
Una de las principales funciones de ésta práctica es enseñarles a cazar, y es que aunque este instinto es innato requiere en algunas ocasiones un poco de ayuda sobre todo después de una lesión.
En el mundo existen distintos centros de rescate y rehabilitación para ayudar a este tipo de animales; por ejemplo el World Bird Sanctuary y el de Texas Wildlife Rehabilitation Coalition en Estados Unidos de América.
En el caso de México son pocos los espacios de éste tipo; tenemos el centro de Rehabilitación de Aves Rapaces del Centro de Educación Ambiental Cultura y Recreativo “Rodolfo Landeros Gallegos” en Aguascalientes, el más grande de América Latina; la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) “Konkon” en Puebla y la UMA “El diente” en Monterrey.
Todos estos centros tienen como objetivo intentar liberar a las aves lo antes posible, evitando que se acostumbren al ser humano, pero de ser necesaria la rehabilitación se utilizan técnicas de cetrería para ayudarlas.
Esta práctica está regulada y otorga atención médica constante a las aves para que estén en óptimas condiciones y puedan recuperarse.
Sin embargo hay un lado negativo de la cetrería: el tráfico de especies; la afición por esta actividad ha ocasionado la captura ilegal de estos animales y aunque existen criaderos y UMAs donde conseguirlas de manera legal, muchas personas recurren al tráfico para conseguirlas a bajo precio sin considerar el bien de las aves o el impacto ocasionado en sus poblaciones silvestres.
Se ha culpado a la cetrería por el daño ocasionado a distintas especies rapaces, como el águila real, ya que su captura descontrola la población, el ecosistema y por supuesto, daña a los individuos.
Otro problema entono a éste tipo de prácticas, es la existencia de exhibiciones con fines de educación ambiental y conservación, pero aun cuando es importante educar sobre las aves rapaces y su papel en el medio ambiente, muchas exhibiciones, en realidad no son benéficas para los animales.
Sobre criar aves de este tipo para la venta, y la tenencia irresponsable de las mismas para realizar prácticas de cetrería, causan un daño enorme a los animales y a los ecosistemas.
La cetrería es una forma de caza selectiva, profundamente respetuosa con el medio ambiente, que nos permite ver la naturaleza desde el punto de vista del ave; no por nada en el año 2010 esta actividad fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por ser considerada uno de los métodos de caza más antiguos.
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Foto portada: fuente/trofeocaza.com