La crisis económica de la Covid-19 ha hecho estremecer a todo el mundo, disolviendo miles de micro, pequeñas y medianas empresas, enlistando a millones de personas en las filas del desempleo y agravando la crisis de pobreza en la que se encuentra buena parte de la población del mundo, sin embargo, aún ni siquiera hemos experimentado los efectos más significativos y graves de la crisis, por lo que prever y tomar algunas decisiones ahora, podrá marcar la diferencia en la manera en que estaremos atravesando este episodio durante los próximos meses.
Ya sea que te encuentres laborando en una empresa formal, trabajes por tu cuenta, seas estudiante o que desafortunadamente estés desempleado, existen algunas alternativas para que esta crisis sea más llevadera.
A las raíces de la crisis
Muchos creen que esta crisis económica tiene su origen únicamente en la pandemia del coronavirus, misma que comenzaba a vislumbrarse a finales del año pasado, no obstante, el panorama económico mundial había venido registrando desde hace ya varios años un estancamiento paulatino, provocado en buena parte por el enfriamiento de las grandes economías mundiales, la debilidad manufacturera y comercial de la zona euro y la desaceleración de las economías emergentes.
Estos hechos ya mermaban las estimaciones de crecimiento económico desde el año 2017, apuntando a una fuerte caída en el Producto Interno Bruto (PIB) de la mayoría de los países en todo el mundo, principalmente en la región de América Latina y el Caribe y en algunas naciones europeas.
El escenario económico se agravó aún más a partir de las tensiones comerciales entre los Estados Unidos y China y la abrupta caída en los precios del petróleo, situación que apenas marcaba el inicio de una de las más graves crisis de los últimos tiempos. Ya con el arribo del coronavirus no hubo marcha atrás y todo terminó (o, mejor dicho, comenzó) con el descarrilamiento de la maquinaria económica y un desastre que tardará mucho en resarcir los daños.
Como se comprenderá, esta crisis económica va más allá del coronavirus; y es que, en el modo capitalista de producción, las crisis son prácticamente inevitables e incluso necesarias para que su maquinaria no se detenga, ya que dan un respiro a una economía sobrecalentada por los gobiernos, los consorcios financieros y las firmas multinacionales.
Con esto no me refiero a que las crisis son necesarias para la sociedad, sino que más bien, son un mecanismo de sobrevivencia del propio sistema de producción capitalista, que procura la concentración de la riqueza en las manos de unos cuantos pero que expande siempre las pérdidas a las clases medias y bajas.
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México lejos de una recuperación
La estimación oportuna del PIB reportada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la semana pasada, señaló una contracción de 19% en la economía nacional durante el segundo trimestre de este año, lo que plantea un escenario muy grave para el país.
Se trata de la peor caída de la que se tiene registró y el quinto trimestre consecutivo en el que la economía de México exhibe un mal desempeño. Los especialistas coinciden en que la economía mexicana cerrará el año con pérdidas de alrededor de un 9% en el PIB, un escenario verdaderamente desalentador.
A su vez, ya se contabilizan más de un millón de empleos perdidos y hay perspectivas muy altas de crecimiento en el empleo informal. La pobreza y la desigualdad se perfilan nuevamente como problemas emergentes y la sacudida económica parece no tener un límite aun. Estamos lejos de “un catarrito” y más bien nos encontramos ante “una película de terror”, como dijo alguna vez el exgobernador del Banco de México, Agustín Carstens.
Pese a ello, el presidente López Obrador insiste en que lo peor ya ha pasado y que durante los próximos meses la economía verá su recuperación. Ante estas afirmaciones, que no son más que una verdadera broma y un insulto a la inteligencia, no queda más que evitar hacerse ilusiones y emprender algunas medidas que, si bien no serán la salvación, podrán ayudarnos a atravesar esta crisis de la mejor manera posible.
¿Qué hacer para sobrellevar la crisis?
A continuación, se enlistan algunas recomendaciones que pueden ayudarte a estar preparado para afrontar este episodio. No se trata de que entremos en pánico, sino por el contrario, de estar prevenidos y poder dar nuestra mejor cara.
Si estás empleado:
- No es momento para vacilar, cuida tu empleo y asegúrate de cubrir tus áreas de oportunidad. Evita llegar tarde, generar problemas y mejor céntrate en entregar buenos resultados.
- Si aún no tienes un fondo de emergencias ¿Qué esperas?, comienza a ahorrar o continúa haciéndolo, será un gran alivió contar con recursos en caso de algún evento desafortunado. La recomendación es que tengas al menos tres meses de tus gastos básicos, aunque lo óptimo es guardar al menos lo equivalente a seis meses.
Si estás desempleado:
- Que la situación no te baje los ánimos. Si bien atravesamos un episodio difícil, recuerda que esta crisis abrió otras oportunidades laborales, principalmente en lo que se refiere a los servicios básicos: alimentación, salud, transporte e incluso entretenimiento. Continúa o emprende tu búsqueda en las bolsas de trabajo online; tal vez no encuentres el mejor empleo, pero en el corto plazo podrás hacerte de uno mejor.
- Un pequeño negocio puede auxiliarte a cubrir tus gastos básicos. Por ejemplo, puedes preparar comidas en tu casa y entregarlas sobre pedido; si bien aún la mayoría no regresa a trabajar, hay oportunidad de que te hagas de una clientela fácil en las oficinas que ya empezaron sus labores.
Si eres estudiante:
- Sí, muy probablemente no estés inserto en el mercado laboral, pero tal vez puedas contribuir a la economía familiar y solventar tus gastos. Ya que las clases se imparten en modalidad virtual, a lo mejor tienes un margen de actuación mayor, por lo que podrías iniciar con un pequeño negocio como brindar asesorías en línea, ofrecer ayuda en tareas domésticas o incluso vender a través internet las cosas que ya no utilizas.
En general:
- Evita endeudarte con productos o servicios que no ameritan el gasto o no son necesarios; evita la tentación de derrochar en las rebajas de verano usando tu tarjeta de crédito. Si bien es cierto que para la recuperación económica el gastar es importante, hazlo al contado y preferentemente en bienes duraderos.
- ¿Tu sobrina, tu amigo o un compañero de trabajo está vendido algo?, ¿tienes la posibilidad de comprarle?, ¡hazlo!: es una buena manera de apoyarlo y ayudas más de lo crees a reactivar la economía.
- Si tienes deudas no olvides pagar a tiempo para evitar recargos. Si la situación te lo impide, busca la asesoría del banco para reestructurar tu deuda o en un caso extremo, realiza el pago mínimo.
- Saca a relucir tus habilidades y genera ingresos extra brindando servicios o productos caseros en tu comunidad: cortes de cabello, lavado de ropa, venta de snacks, repostería, etc.; la inversión es mínima, los resultados inmediatos y son productos y servicios muy socorridos.
Sin duda alguna la crisis económica que se hace sentir en todo el mundo dejará huellas importantes en nosotros durante un largo tiempo. Es momento de ser valientes y enfrentar esta situación con coraje: estamos juntos en esto y aprenderemos a superarlo.
Finalmente como diría Mark Foster, vocalista de la banda de indie rock Foster The People, en su canción «It’s Ok to Be Human»:
“Somos fuertes cuando decimos que no sabemos el camino”.
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Foto portada: fuente/malv.news