Romance y detalles, el amor esparciéndose en el aire, cientos de parejas que se reencuentran para pasar juntos uno de los mayores festejos del año, el mismo que también se vuelve pretexto para reunirse con los amigos, para pasar un día de absoluta convivencia. En realidad, no importa con quien se celebre, la idea es la misma, agradecer que el amor existe en nuestras vidas. Si bien, no es difícil notarlo, La historia de San Valentín, (también conocido en diversos lugares como el día del amor y la amistad) tiene un significado dulce y romántico; sin embargo, existen registros históricos que indican que no siempre fue así. En esta ocasión y con motivo justamente de la llegada de esta celebración, el siguiente articulo indagará un poco en el origen (para muchos) desconocido de San Valentín.
Las Lupercales son más que una invención
Tengo certeza de que para muchas personas la palabra Lupercales no será del todo desconocida, sobre todo si te consideras fanático de la serie ‘El mundo oculto de Sabrina’. Bueno, por si creías que todo se trataba de una invención oscura y un tanto perversa, permíteme decirte que no es así. Las Lupercales sí existieron y fueron el verdadero origen de lo que actualmente conocemos como San Valentín. Para conocer un poco más sobre su origen necesitamos remontarnos a la Antigua Roma, cuando esta festividad se realizaba del 13 al 15 de febrero, en honor al fauno Luperco, el dios de los rebaños y también romanización del dios Pan, deidad de la sexualidad y de la fertilidad masculina. El nombre de Lupercales se deriva de la palabra lupus que a su vez significa lobo, el animal que representaba a Luperco y que también se creía, tenía gran importancia mítica durante la fundación de la ciudad romana.
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Hasta ese punto podría pensarse que no habría razón alguna para que más adelante el cristianismo la viese como un festejo obsceno, de no ser claro, por la imagen más usual que durante ese festejo se veía: la de hombres corriendo completamente desnudos por las calles mientras azotaban con correas de piel de cabra a las mujeres que encontraban en su camino; correas que se encargaban de acomodar alrededor de sus caderas, a modo de miembro viril. Los «lupercos» (como también se les llamaba a estos jóvenes) por el contrario, y aunque suene bastante satírico, no tenían por objeto incitar a la violencia o al maltrato con esta acción, sino más bien, augurarles a todas estas mujeres fertilidad.
Según Ovidio, (uno de los más grandes poetas romanos) el origen de las Lupercales, se remontaría a la existencia de Rómulo, el rey y fundador de la ciudad romana. De acuerdo con la leyenda en la que Ovidio se basa para hablar del origen de las Lupercales, durante el reinado de Rómulo se suscitó un periodo de infertilidad entre las mujeres romanas, debido a esto, decidieron emprender un largo peregrinar al bosque sagrado de Juno (la diosa del hogar). Esta deidad ante sus insistentes peticiones, les respondió que «tendrían que ser penetradas por un macho cabrío», en alusión al dios Luperco. Esta respuesta, se cree, fue interpretada por un augur, quien terminó sacrificando a una cabra, golpeando con su piel a las mujeres, al cabo de nueve meses, estas mujeres lograron dar a luz.
Transición
Debido a la fuerte carga sexual que las Lupercales tenían, el papa Gelasio I terminó tachándola de promiscua y obscena durante el año 494. Posteriormente y de forma progresiva sería sustituida por la conmemoración del martirio y muerte de San Valentín, el 14 de febrero del año 270. De acuerdo con algunas historias que no han podido ser del todo comprobadas, San Valentín, era un sacerdote cristiano que se oponía a la ley que prohibía a los soldados casarse. El sacerdote, se encargaba de celebrar en secreto matrimonios de jóvenes enamorados, desafiando así las ordenes del emperador Claudio II; como consecuencia de ello, fue encarcelado y ejecutado.