Pequeños pulmones de las ciudades, los parques constituyen espacios de recreación, paseo, tranquilidad, descanso y paz. Rodeados de verdor, convivencia con diferentes especies de flora y fauna, son territorios de esparcimiento y relajación en donde se pueden realizar actividades desde una salidita con tus mascotas hasta la siempre confiable, ‘vamos a echar novio’.
A través de la historia de las ciudades, los parques han sido y serán, espacios públicos que requieren de su cuidado, preservación y mantenimiento para que las familias y las personas en general, puedan acudir a realizar diversas actividades en un ambiente seguro y relajante. Estos espacios han sido destinados para actividades cívicas, eventos deportivos, como puntos de arranque para medios maratones o maratones para los runners, eventos culturales, galerías al aire libre, como el jardín del arte en Sullivan, que cada domingo expone los mejores trabajos de artistas (escultores, fotógrafos, pintores) y algunas otras actividades para pasar un día agradable.
Es así, que los parques forman parte indispensable en el arquetipo de nuestra ciudad y es menester de cada persona su cuidado y conservación para la recuperación de estos pequeños oasis de la megalópolis.
[Te puede interesar ‘5 vitrales increíbles que decoran la CDMX‘]
1. Parque Alameda Central: ¿No coopera para la música del organillero, ssshh, jóven?
Considerado el parque más antiguo de América e inspirado en la Alameda de Hércules en Sevilla, la Alameda Central es parte del paisaje urbano de la Ciudad de México. En su periferia y hacia la calzada Tacuba se encuentra la Plaza de la Veracruz, lugar en donde se encontraba el Quemadero de la Santa Inquisición, es decir, desde este parque se podía observar de cerca los castigos realizados por la Iglesia. Ya durante los siglos posteriores, las remodelaciones le fueron brindando otro tinte.
‘Los galanes de la ciudad se van a divertir todos los días, sobre las cuatro de la tarde, unos a caballo y otros en coche, a un paseo delicioso que llaman La Alameda’
Entre sus múltiples detalles, se encuentran, el Hemiciclo a Juárez, el quiosco afrancesado del porfiriato, el antiguo Teatro Nacional posteriormente conocido como Palacio de las Bellas Artes, el Museo Franz Mayer, Laboratorio Arte Alameda, el Museo de la Estampa y el Museo Mural Diego Rivera que alberga uno de los trabajos murales más reconocidos y premiados que hiciera el artista, Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.
Actualmente, el Parque Alameda constituye un punto de encuentro entre viejas usanzas y nuevas generaciones. A los ojos de Neptuno y Mercurio, sexoservidoras y vendedores ofrecen sus productos. Un hombre arrodillado ante un Ángel en el monumento a Beethoven escucha el freestyle y las letanías de merolicos diariamente. Bomberos y paramédicos boteando para continuar sus servicios, indigentes, uno que otro despistado y los algodones de azúcar enmarcan perfecta y folklóricamente las actividades cotidianas en este hermoso espacio.
2. Parque México. ¡ Arraaaaancan!
En la colonia Hipódromo Condesa, de la alcaldía de Cuauhtémoc, se encuentra un maravilloso espacio de art deco , el Parque General San Martín, mejor conocido como Parque México. Construido sobre lo que fuera la pista de carreras del Jockey Club de México, debe su arquitectura elíptica a este hecho.
La característica fundamental que hace especial a este parque y que sea reconocido por el INAH como patrimonio de la ciudad, son los detalles artísticos de grandes escultores, pintores y plásticos de la época. Artistas como Roberto Montenegro plasmaron su obra aquí, haciendo alusiones dramáticas del teatro en su Alegoría del teatro.
La torre del reloj con su estilo de art deco, tocaba cada hora entonaciones de Mozart, Beethoven y Joseph Haydn tan solo para avisar que el tiempo transcurría, aunque las personas no lo notaran. ¿Que melodía habrá entonado cuando el piloto aviador Charles Lindbergh realizó su descenso en lo que ahora se le conoce como Foro Lindbergh?
En las inmediaciones del parque y en su periferia se pueden observar edificio de la misma corriente de art deco que contribuyen para crear el marco perfecto para salir a pasear a las mascotas (no confundir con perrhijos) y realizar actividades al aire libre.
3. Parque España. Bienvenidos sean a México.
A un costado del Parque México y a tan sólo dos cuadras de distancia se encuentra el Parque España. Inaugurado conmemorativa e irónicamente en el centenario de la Independencia de México de la Real Corona, este espacio es ideal para diversas actividades.
En el interior del parque se encuentra un monumento en honor al Presidente Lázaro Cárdenas, que consta de una abstracción de una mano abierta para dar la bienvenida a los exiliados del franquismo español.
En su entorno se encuentra la Iglesia de la Coronación de Santa María de Guadalupe, que debe su importancia por ser la única iglesia en toda la colonia con un estilo moderno que armoniza con los edificios de art deco y art nouveau, característicos de este conjunto de colonias.
Cuenta con un pequeño lago al estilo de los jardines europeos de la época y la mayoría de las personas que lo transitan lo hacen acompañados de sus mascotas. También ofrece un área de juegos infantiles y una pequeña biblioteca pública, Biblioteca Carlos Fuentes, que cuenta con un pequeño acervo para realizar una ligera lectura diurna.
4. Parque Hundido. En este sí, no nos ven.
El Parque Luis Gonzaga Urbina, mejor conocido como Parque Hundido, es uno de los sitios ideales para salirse del caos citadino en plena Avenida Insurgentes, debido a que se encuentra por debajo del nivel del suelo.
La historia del parque es de lo más curioso, dado que se trataba de un rancho que abastecía de víveres a la ciudad. Debido a la arcilla que predominaba en lo que fuera el pueblo de Mixcoac, esta ranchería se convirtió en una fábrica de ladrillos de nombre la Noche Buena. Tras el cierre de la ladrillera en la década de los años ’30, se reforesto con varias especies de árboles que lo convirtieron en el Bosque de la Noche Buena.
En su interior se encuentra un reloj floral, el más grande de México, que tiene la peculiaridad de poder ser visto desde cualquier ángulo del parque y que conduce a la Plaza Dolores del Rio, homenaje a la vecina de Coyoacán y de Salvador Novo y diva mexicana de Hollywood.
Se puede apreciar también varias reproducciones de piezas arqueológicas de los principales sitios del México prehispánico. Es un sitio de tranquilidad idóneo para escuchar música clásica y poesía dentro de su audiorama que tiene una capacidad para albergar a hasta 141 personas.
Cabe destacar que el parque constituye el punto de partida para grupos de ciclistas de la Ciudad y así, cumplir una de las finalidades de los programas de recuperación de espacios públicos.
5. Parque La Mexicana. Para el gua-gua fifi.
A penas en el 2017 se inauguró este parque y hoy es lugar de moda para ir a pasear con tu perrhijo. Santa Fé necesitaba algo así, en medio de tantos corporativos que han ido creciendo faltaba un área verde no solo para los lugareños sino para el Godín que pasa gran parte de su día entre paredes de concreto.
El Parque la Mexicana cuenta con un lago artificial, donde en el centro se construyó un anfiteatro al airé libre donde se pueden disfrutar conciertos. Existe una pista para corredores y otra para ciclistas que recorre 3.4 kilómetros de circuito y que pasa por encima de una variedad de establecimientos para comer. La oferta es variada, hay desde sushi, pasta, costillas, churros, comida a la carta y mariscos.
Cuenta con un área skatepark, zonas para entrenar y soltar a tu perro, una tienda Petco, áreas de juegos para niños y hasta un Starbucks en en el centro.
La vista con los edificios es increíble, pues se trata de condominios con diseños muy extravagantes que le dan un toque al parque.