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Especial del Terror Crea Cuervos 05: el hechizo de Screamin’ Jay Hawkins

La música ha acompañado al ser humano desde prácticamente su origen. Esta se encuentra presente en casi todos los aspectos de la vida cotidiana y en nuestra quinta entrega del Especial del Terror Crea Cuervos es momento de dejarnos llevar por unos gritos que bien podrían salir del mismo infierno que, sumado a unos accesorios bastante peculiares en el escenario, infundieron temor —especialmente en la población blanca— desde 1956.

Hablamos, por supuesto, de Jalacy Hawkins, mejor conocido como Screamin’ Jay Hawins. Así, mucho antes de Ozzy y Alice Cooper, Rob Zombie y Marylin Manson, este hombre originario de Cleveland, Ohio (Estados Unidos) ya desconcertaba a quienes veían sus presentaciones en vivo o en televisión, pues desde salir de ataúdes hasta una lluvia de serpientes de plástico, sus actuaciones eran toda una experiencia. Revisemos un poco de la historia de este gran cantante.


La creación de Screamin’ Jay Hawkins

Jay Hawkins nació el 18 de junio de 1929 en Estados Unidos. Sin embargo, fue puesto en adopción cuando contaba con menos de dos años. No obstante, fue rápidamente adoptado por miembros de la tribu ‘Pies negros’, uno de los pueblos originarios de la Unión Americana (aunque también se encuentran en Canadá). Jay señaló que sus padres tenían una posición acomodada y esto le permitió tomar clases de piano durante la infancia.

Esta no fue la única dificultad que enfrentó en la vida. Con tan sólo 14 años consiguió documentación falsa para enlistarse al ejercito estadounidense y participar en la Segunda Guerra Mundial. De este periodo de su vida es de donde sacará la mayor parte de las ideas para su carrera musical. Por ejemplo, el usar un hueso en la nariz, clásico de los caníbales del Pacífico, surgió de su estancia en Filipinas.
Screamin Jay Hawkins

Fuente: bbc.co.uk

Allí escuchó testimonios de las tropas estadounidenses de cómo los japoneses odiaban caer en manos de la ‘Tribu moro’ (ubicados no sólo en Filipinas, también en Malasia, Indonesia y Brunéi), pues sufrían crueles castigos en sus manos. Sus compañero de batallón le preguntaron si no era un médico brujo de esta tribu, pues llegaba a sus espectáculos con fuego en las manos, amén de emplear cráneos de plástico como utilería. Un poco de investigación más tarde, Hawkins incorporó el hueso de la nariz de los moros a su indumentaria.

Además, de su estancia en el ejército aprendió a boxear, deporte en el que destacó y llegó a coronarse como el campeón de Alaska. Por si esto fuera poco, entrado en sus 20 años decidió aprender a tocar la guitarra, sumando este instrumento al piano y al saxofón. Todo esto con una idea en mente: Jay Hawkins buscaba convertirse en una cantante de ópera.


I Put a Spell on You

Para la década de los 50 del siglo pasado, Hawkins se había dado cuenta que su futuro no estaba en la ópera, lo que no le impidió perseguir su carrera musical. Desde 1951 había participado como guitarrista del grupo Tiny Grimes. Sin embargo decidió emprender su aventura en solitario y no pasó desapercibido, principalmente por su estilo extravagante: sus vestuarios eran rojos o de estampados de leopardo.

El éxito le llegaría en 1956 cuando grabó el sencillo I Put a Spell on You. La historia detrás de esta canción es por demás peculiar: su autor pensaba que fuera una delicada balada en donde un hombre confesaba su amor. Sin embargo, todo salió diferente a lo planeado. De acuerdo con Never Mind, The Great Rock Discography, cuando Jay Hawkins grabó esta canción estaba en un estado de intoxicación etílica considerable y el mismo cantante dijo en más de una ocasión ser incapaz de recordar cómo había transcurrido la grabación del sencillo.

Los guturales gruñidos, acompañados de “gritos” que venían después le ganaron el apodo de Screamin’ Jaw Hawkins. A lo anterior se sumó que el DJ Alan Freed le ofreció 300 dólares a la naciente estrella por salir de un ataúd durante una de sus presentaciones en vivo. El cantante rápidamente llamó la atención de los medios y de la sociedad, pues su utilería que hacía referencia al vudú, más Henri (un cráneo con un cigarro en la boca pegado a un palo de madera) llevaron a que se le criticara por atentar contra la palabra de Dios.


El legado

Tras I Put a Spell on You el estadounidense siguió produciendo música, pero nunca llegó a tener el mismo éxito que con su primer sencillo, el cual no logró ingresar a las listas Billboard o R&B. Sin embargo, allanó el camino para el Rock and Roll y el tema I Put a Spell on You fue seleccionado para ingresar al salón de la fama de las 500 canciones que formaron el Rock and Roll. También se incluyó esta canción en la lista de las 500 canciones más grandes de todos los tiempos de la revista Rolling Stone, donde ocupó el puesto 313.

Por otra parte, abrió el camino para incorporar escenografías consideradas como oscuras y dio oportunidad a personajes como Marylin Manson de incorporarse al mundo del espectáculo. Eso sin olvidar que Screamin’ Jay Hawkins fue un showman pionero: salir de ataúdes, llegar al escenario con fuego en las manos, trajes que eran considerados como de médico brujo, Henri, etcétera, ver una presentación de este hombre es toda una experiencia. Para cerrar, les dejamos un listado de nuestros covers favoritos de I Put a Spell on You:

5) I Put a Spell on You de Garret Clayton ft. Ashley Argota & Desi Dennis-Dylan

Un vídeo que supo aprovechar al máximo el juego de luces y sombras, amén de incorporar nuevos elementos como maquillaje fosforescente. Además, si bien la voz de Clayton no es igual de potente que la de Hawkins, las voces de apoyo intentan compensar la situación.

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4) I Put a Spell on You de IZA

Completamente en blanco y negro y acompañada de una orquesta sinfónica, la promesa brasileña de la canción rinde homenajee a este tema. Destaca no sólo su fuerza vocal, sino el sentimiento en cada palabra.

3) I Put a Spell on You de Nina Simone

Esta cantante estadounidense poseía una voz muy peculiar: su rango de contralto se fusionaba con su intensidad, su trémolo y su «voz jadeante». Todos estos elementos se mezclan en su homenaje a Hawkins y la fama de su interpretación fue tal que en más de una ocasión se atribuye la canción a esta mujer.

2) I Put a Spell on You de Chris Weaver

Este participante de The Voice sorprendió a la audiencia con una interpretación magistral de este clásico. Su gran rango vocal le permite llegar a unos graves increíbles que pasan en segundo a registros altos. Lamentablemente su coach, Jennifer Hudson, decidió eliminarlo en la siguiente fase, no sin antes regalarle al público esta joya.

 

1) I Put a Spell on You de Hocus Pocus

La adaptación que se realiza en esta película de 1993 es una de las más queridas dentro de la cultura pop. Las brujas cantan I Put a Spell on You para lanzar un hechizo sobre los asistentes de una fiesta de disfraces quienes, sin saberlo, han coreado el encantamiento que los hará bailar hasta morir. Definitivamente merece que le den un vistazo.

Por más que su creador se sintiera opacado por su obra, no cabe duda de que lanzó un hechizo sobre la industria musical y su canción está más viva que nunca. No olviden escucharla durante este mes. ¿Conocías antes la historia de Screamin’ Jay Hawkins? ¿Prefieres la versión original de I Put a Spell on You o alguno de los covers? ¿Crees que dejamos algún cover fuera? Déjanos tus impresiones en los comentarios.